Redacción. El solsticio de invierno es uno de los momentos astronómicos culturalmente más importantes del año, debido al cambio en el eje de rotación de la Tierra.
Desde el 21 de diciembre las personas alrededor del hemisferio norte le dan la bienvenida al invierno, mientras que las del hemisferio sur reciben el verano.
Durante esta temporada, los puntos de la órbita de la Tierra tienen una inclinación más pronunciada, haciendo que los días sean más largos en el hemisferio de verano y más cortos en el hemisferio de invierno.
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El Sol, de acuerdo con el Observatorio Astronómico Nacional, atraviesa el trópico de Capricornio, al sur del ecuador celeste, marcando así el día más corto del año y el paso del otoño al invierno.
El solsticio representa, sobre todo, un punto de inflexión en la relación dinámica entre la Tierra y el Sol, por lo que trae cambios perceptibles en la duración del día. Así, por ejemplo, de marzo a septiembre, el hemisferio norte está más inclinado hacia el Sol, lo que da lugar a la primavera y el verano; sin embargo, de septiembre a marzo está más alejado, de ahí que ocurran el otoño y el invierno, haciendo que en el Sur las estaciones vayan a la inversa.
Este 2023, la estación más fría iniciará en la madrugada del 22 de diciembre, según cálculos de la institución junto al centro Geográfico Nacional. La temporada «durará aproximadamente 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de marzo de 2024 con el comienzo de la primavera».
¿Qué es un solsticio?
Para entender un poco el significado de este fenómeno y sus efectos astronómicos y climáticos, se puede empezar por comprender la etimología de la palabra que procede del latín solstitium, que significa «Sol quieto».
El portal de la fundación ambiental ‘Aquae’ señala que esto sucede cuando el Sol se encuentra más cerca. De esta manera, aumenta el curso del día en una parte determinada del planeta, mientras que en la otra disminuye.