Redacción. Honduras, un país lleno de historia, cultura y belleza natural, también ha sido terreno fértil para el surgimiento de leyendas y mitos que ya forman parte del alma del pueblo.
Aunque algunos de estos relatos son conocidos a nivel nacional, existen muchas historias misteriosas que, aunque se mantienen vivas en el imaginario colectivo de sus regiones, se desconocen en buena parte del país.
Hoy le contamos sobre cinco leyendas fascinantes que probablemente no conocía de este Honduras.
1. La mujer que se convertía en coyote
En las montañas del occidente, donde las sombras de los árboles son más densas y el aire se siente pesado con el misterio, se habla de una mujer que tenía la capacidad de transformarse en coyote.
Esta leyenda pertenece a la tradición indígena Lenca, un pueblo que aún mantiene muchas de sus costumbres y creencias.
La historia cuenta que, cuando la mujer se encontraba en la cúspide de su belleza, pactó con fuerzas oscuras para obtener poderes sobrenaturales, entre ellos la habilidad de convertirse en coyote. En su forma animal, merodeaba por los caminos desolados, acechando a los viajeros solitarios.
La leyenda también tiene un toque trágico: se dice que la mujer no pudo escapar de la maldición y terminó perdida entre las montañas, condenada a vagar como un coyote por toda la eternidad.
2. El duende de Santa Cruz de Yojoa
Santa Cruz de Yojoa es conocido por su belleza natural, con su impresionante lago y montañas que lo rodean, pero también es el escenario de una leyenda que ha perdurado a lo largo de generaciones: la del Duende de Santa Cruz.
Según la tradición, se trata de una criatura pequeña, de aspecto burlón y travieso, que suele aparecerse durante la noche, especialmente cerca del lago. Los testimonios hablan de extraños ruidos y luces que se ven a lo lejos, y muchos aseguran haber escuchado risas malévolas provenientes de la oscuridad. A veces se describe al duende con un sombrero grande y una risa inquietante que paraliza a quienes lo oyen.
Los más viejos del lugar aseguran que este ser está destinado a proteger los secretos del lago, guardando celosamente sus aguas y todo lo que se encuentra en su entorno. Se dice que esta criatura suele llevarse los niños.
De hecho, recientemente una familia de Santa Cruz de Yojoa reportó a una pequeña desaparecida y luego fue encontrada con un hilo rojo. Estos hondureños aseguraron que el duende la había capturado.
3. La dama blanca de Tegucigalpa
En las oscuras calles de Tegucigalpa, la capital de Honduras, se cuenta la historia de una dama blanca que, en plena madrugada, aparece en los caminos solitarios.
La leyenda es conocida por muchos, pero pocos se atreven a hablar de ella abiertamente. La Dama Blanca es el espíritu de una joven que, según se dice, murió trágicamente durante la época colonial tras un desengaño amoroso.
Su alma, rota por el dolor, quedó atrapada entre el mundo de los vivos y los muertos. Se aparece como una figura espectral, vestida de blanco, con el cabello largo y flotante, y los ojos llenos de tristeza. Los testimonios hablan de su aparición cerca de la Iglesia del Calvario, donde muchos aseguran haberla visto caminando lentamente por las aceras, buscando a su amor perdido.
4. La Serpiente Emplumada
La Serpiente Emplumada, conocida como «Quetzalcoatl» en las antiguas culturas mesoamericanas, tiene una presencia también en las leyendas de Honduras.
Esta criatura mitológica es una mezcla entre un reptil y un ave, con el cuerpo de una serpiente y plumas resplandecientes que recuerdan al quetzal, el ave nacional de Guatemala.
En las leyendas hondureñas, la Serpiente Emplumada aparece como un ser protector, asociado con la sabiduría, el poder y la creación.
Se dice que vive en las profundidades de la tierra, pero se deja ver de vez en cuando, especialmente durante las noches de luna llena. Los pueblos cercanos a las ruinas mayas de Copán aún cuentan historias sobre encuentros con la serpiente. Se considera como un guardián de los secretos del pasado.
5. El cihuateteo o las mujeres espectrales
En la tradición precolombina de los pueblos indígenas de Honduras, especialmente en las culturas Lenca y Maya existen historias sobre el Cihuateteo, o las mujeres espectrales.
Según la creencia, las mujeres que morían durante el parto, en la adolescencia o en circunstancias violentas, se convertían en seres sobrenaturales que vagaban por la noche. Estas mujeres, conocidas como «cihuateteo», tomaban forma de espíritus vengativos, que buscaban a aquellos que transgredían las normas de la comunidad.
Se consideraban tanto figuras de terror como de advertencia, ya que se creía que podían llevarse a los niños pequeños o causar enfermedades. Los testimonios sobre las apariciones de estos espíritus persisten en las áreas rurales de Honduras. Se dice que, al caer la noche, su lamento puede oírse a lo lejos.
