Redacción.- En el evangelio de Mateo se menciona que unos magos llegaron de oriente siguiendo una estrella que se detuvo encima del lugar en el que había nacido el niño Jesús.
Como regalos, llevaban oro, incienso y mirra. Eso fue todo. Con el tiempo, se supo que eran tres y que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltazar.
Sin embargo, había un cuarto rey, llamado Artabán. La historia fue retomada a finales del siglo XIX por el teólogo y escritor estadounidense, Henry van Dyke, en su obra The Other Wise Man, que publicó en 1895.
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Según Van Dyke, Melchor, Gaspar y Baltazar partieron desde Europa, Asia y África, respectivamente, para reunirse en Borsippa, hoy Birs Nimrud, en Irak. De ahí iniciaron el viaje a Belén para llevar una ofrenda a niño Jesús.
Partió desde Persia
El cuarto rey mago, Artabán, que comenzó su viaje desde la zona montañosa de Persia, hoy Irán, no pudo llegar a tiempo al punto de encuentro porque en su camino ayudó a un anciano necesitado. Sin embargo, continuó su viaje y llegó tarde.
Convencido de su misión, siguió su camino, pero se detenía a ayudar a todo el que lo necesitara. Después de 33 años, muy cansado, logró llegar a Jerusalén, donde evitó que una mujer fuera vendida como esclava.
No logró llegar con Jesús. Triste y fatigado se sentó a descansar afuera de una vieja casa, pero en ese instante la tierra tembló por la crucifixión de Jesucristo y una piedra le golpeó la cabeza.
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Casi moribundo, con sus últimas fuerzas se dio cuenta de que su bondad hacia la gente fue su verdadera misión.
La historia ha sido llevada al cine en varias ocasiones, una de las más conocidas es The Fourth Wise Man, película para la televisión dirigida por Michael Ryde Rhoades en 1985.