San Pedro Sula. Óscar Kilgore, exalcalde sampedrano, quedó en libertad esta tarde luego de que un tribunal de sentencia ha fallado esta tarde a su favor.
En ese sentido, A Kilgore lo absolvieron al no comprobarle el delito de enriquecimiento ilícito del que fue acusado. Estuvo dos años y medio en la cárcel.
Según las acusaciones, dicho delito supuestamente había sido cometido por el hondureño cuando fue alcalde de la Capital Industrial: 2002-2006.
Por lo tanto, y como era de esperarse, Kilgore estaba muy feliz por la oportunidad que se le ha dado de volver a estar con su familia.
El exalcalde manifestó: «Esto honra y deja claro que nunca me quedé con dinero del pueblo. Han hecho de mi una fiesta pero yo siempre creí en la justicia. De verdad estoy muy alegre».
El expolítico nacionalista agregó: «Lo primero que haré es intentar reconstruír mi vida. Dos años y medio preso significa que hay una cantidad de cosas que reconstruir».
Además dijo: «Hay que dar gracias. Estoy agradecido. En virtud de que no hay enriquecimiento ilícito limpia mi imagen. Confío que Dios me dará la fuerza suficiente para volverme a levantar».
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Sobre su carrera periodística, Kilgore manifestó: «Necesito regresar al periodismo de inmediato. Llevo la carta de libertad y es un gran valor para mí».
«Hay muchas cosas por las qué luchar, por lo que pasa en los penales. Hay cosas malas, uno se da cuenta de como la pasan (los presos)».
«Dios es la única compañía que uno tiene en el penal, pero cuando uno se agarra de Dios encuentra la paz», expresó el exalcalde.
Familia feliz
El expolítico nacionalista se expresó sobre sus hijos, ya que para él es un regalo haber salido de la cárcel en el Día del Padre.
«Todo ha sido con la gloria de Dios y vamos a salir adelante, y así lo estamos demostrando. Estamos felices. Mis hijos felices».
Por su parte su hija, Raquel Kilgore, dijo: «Es una felicidad abrumadora porque hemos sufrido mucho».
Mientras que Óscar Kilgore Jr. expresó: «No hay palabras para sentir lo que sentimos. Siempre hemos confiado en mi padre, y que bueno que el Tribunal piensa igual».
