TEGUCIGALPA, HONDURAS.- «La violencia en el país debe cesar», demandó el Cardenal Rodríguez en la Homilía Dominical en la Catedral de Tegucigalpa.
El Cardenal dijo que “no podemos caer en el síndrome de Caín, matándonos entre hermanos”. esa violencia criminal tiene que acabarse en nuestra Honduras, no podemos seguir así, verdaderamente todos debemos hacer un esfuerzo muy grande, nadie puede decir yo no tengo nada que ver con esto, todos lo menos que podemos hacer es oración confiada…
Señor tócale el corazón a aquellos que está lejos de ti para que te conozcan, para que conociéndote puedan cambiar su vida”, reflexionó.
Añadió que con mucho dolor se ven todos los días bombardeos y tantas muertes en Siria, y muchas se argumenta que eso queda muy lejos, pero eso queda muy cerca de Dios y el corazón de Dios está sangrando por esa violencia “y a nosotros también nos toca, no podemos ser indiferentes, tenemos que orar con fe para que pronto pueda terminar esa guerra que lleva más de cinco años ya que está destruyendo pueblos enteros, está creando una problemática terrible en todo el mundo, no es con las armas, no es con las bombas, no es con la violencia, es con la luz de Cristo”.
Rodríguez se refirió al papel que debe jugar la Pastoral Misionera de la Iglesia Católica que debe apoyar la nueva evangelización, con el testimonio, la oración y con el sacrificio que se acepta y se ofrece para acompañar a los misioneros.
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Refirió que el papa Francisco ha recordado que entre los siglos XX y XXI, han muerto más mártires católicos que en las persecuciones de los romanos al inicio de la era cristiana y siguen muriendo y los matan por decir la verdad.
“Simplemente en nuestro continente en los últimos días cómo han matado sacerdotes, por qué, si no les hacemos ningún mal, pero cuando se siembra el odio, entonces se aleja completamente el temor de Dios y entonces se desatan los instintos de la violencia y de la muerte”, apuntó.
Insistió en que todos los laicos están invitados a salir como discípulos misioneros ofreciendo cada uno sus propios talentos, su propia creatividad, su sabiduría, su experiencia para llevar el mensaje de la apertura y compasión de Dios a toda la familia.
“Todos estamos invitados a salir de la propia comodidad, atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del evangelio y hay una periferia que aquí en nuestra Honduras necesita la luz del evangelio, cuál es, la de los jóvenes que andan metidos en maras, en pandillas, quienes sin el evangelio no podrán cambiar, es importantísimo que entendamos esto”, subrayó.
En ese sentido, el purpurado pidió a los fieles que si conocen a algún joven que está en peligro de caer en esas redes criminales, la obligación es salir y hablarles de la luz del evangelio porque a eso invita la Jornada Mundial de las Misiones a salir a todas las periferias que necesitan la luz del evangelio.
