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domingo, diciembre 22, 2024

La Rose Noire Droptail: el último exceso de Rolls-Royce que apunta a récord

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Redacción. Está empezando a ser costumbre que cada verano (o cada pocos veranos), coincidiendo con la Monterey Car Week y, dentro de ella, en el marco de su afamado Concurso de Elegancia de Pebble Beach, Rolls-Royce nos deleite con alguna de sus más exclusivas creaciones.

Hace dos años lo hizo nada menos que con el Boat Tail, que se convirtió desde ese momento en el coche más caro y exclusivo del mundo. Su precio nunca se desveló oficialmente, pero se especula con que estaba en 23 millones de dólares.

Ahora, dos años después, llega el Rolls-Royce La Rose Noire Droptail, un candidato a superarlo. Aunque, como en el caso del Boat Tail, posiblemente nunca lo sabremos. De momento, la cifra con la que se especula para el nuevo es aún mayor: 25 millones.

Y no es de extrañar que pueda superar al excelso convertible inspirado en un yate de lujo, a tenor de la descripción, el trabajo y los elementos que componen la personalidad del nuevo encargo que han recibido en la fábrica de la marca en Goodwood.

Partiendo de una temática principal, la Rosa Black Baccara francesa que combina los tonos rojos y negros en sus pétalos, Rolls-Royce ha construido un espectacular biplaza roadster con reminiscencias de los años 20 del siglo pasado en su carrocería y tecnología del siglo XXI, como un techo de cristal electrocromático desmontable que varía su opacidad a voluntad de sus ocupantes.

La pintura, exclusiva para este coche y que imita la dualidad cromática de la rosa busca conseguir el efecto de que, dependiendo de la incidencia de la luz, el La Rose Noire Droptail se vea rojo… o negro. A partir de ahí, empiezan las ‘excentricidades’.

La Rose Noire Droptail Rolls-Royce
Se especula con que su valor puede superar incluso al del Boat Tail, el coche más caro del mundo.

Múltiples detalles únicos en un Rolls-Royce

Por ejemplo, su parrilla inferior, diseñada digitalmente, está compuesta por 202 lingotes de materiales compuestos y pintados a mano, obtenidos a partir de una impresora en 3D.

Además, incluye detalles nunca vistos antes en un Rolls. Como, por ejemplo, la adaptación del clásico indicador lateral a una continuación de las manetas de las puertas. O la parrilla de panteón, que en este coche tiene una parte superior inclinada (algo que no se ha aplicado antes en la marca) y unas esquinas inferiores ‘dobladas’ hacia adentro, que rompen, también por primera vez, la rectitud de las columnas.

A estas alturas ya no sorprende ver la estatuilla del Espíritu del Extasis escamoteable eléctricamente, pero sí el logo de Rolls-Royce en forma de doble R aplicado en el pilar C, un recurso que no se ha usado nunca antes en un coche de la marca. Lo mismo sucede con el lingote que culmina el portón trasero, donde por primera vez aparece grabado el nombre del modelo.

Un panel de madera de 1.603 piezas

Hablando de detalles únicos, todo el panel que separa los asientos de la zona del maletero y el techo está construido en madera. Pero de una manera especial. engarzando nada menos que 1.603 piezas triangulares: 1.070 de ellas simétricas y 533 asimétricas (y pintadas en rojo a mano), que simboliza una lluvia de pétalos.

Un elemento tan valorado por los clientes del coche que se ha cuidado al máximo por los artesanos de Rolls-Royce. El encargado de montarla, un veterano en la marca, necesitaba tal concentración que sólo podía trabajar en periodos de una hora, y con cinco repeticiones máximo al día.

Además, lo hacía en una sala perfectamente aislada acústicamente para evitar despistes. Una tarea que llevó nada menos que nueve meses de trabajo… Por ello, el lacado que la protege se desarrolló… durante un año.

Un Audemars Piguet único e integrado

Pero quizá el mayor capricho de los clientes que han encargado el Rolls-Royce La Rose Noire Droptail sea la integración en una posición principal del salpicadero de un reloj de pulsera que la suiza Audemars Piguet ha creado expresamente para su coche.

Un reloj que, en función de su carácter exclusivo, deberían poder lucir tanto en el coche como en su muñeca. Por ello Rolls-Royce ha desarrollado un mecanismo emergente que presenta la pieza a sus dueños si desean vestirla. En cuyo caso, una moneda de oro blanco con el grabado de una rosa rellena elegantemente el hueco del cronógrafo. Audemars Piguet también ha decorado con rosas los altavoces del equipo de sonido.

Además, lo hacía en una sala perfectamente aislada acústicamente para evitar despistes. Una tarea que llevó nada menos que nueve meses de trabajo… Por ello, el lacado que la protege se desarrolló… durante un año.

Un Audemars Piguet único e integrado

Pero quizá el mayor capricho de los clientes que han encargado el Rolls-Royce La Rose Noire Droptail sea la integración en una posición principal del salpicadero de un reloj de pulsera que la suiza Audemars Piguet ha creado expresamente para su coche.

La Rose Noire Droptail Rolls-Royce
El cronógrado Audemars Piguet integrado es un expreso deseo de los clientes.

Un reloj que, en función de su carácter exclusivo, deberían poder lucir tanto en el coche como en su muñeca. Por ello Rolls-Royce ha desarrollado un mecanismo emergente que presenta la pieza a sus dueños si desean vestirla. En cuyo caso, una moneda de oro blanco con el grabado de una rosa rellena elegantemente el hueco del cronógrafo. Audemars Piguet también ha decorado con rosas los altavoces del equipo de sonido.

Fuente: Marca

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