Para muchos esto es jugar con fuego, para la ciencia, un paso adelanto en busca de hacer desaparecer algunas enfermedades de la mitocondria, pero lo cierto es que en Reino Unido se legalizó la técnica científica para crear bebés utilizando ADN de tres personas.
Este es el caso de Alana Saarinen, quien aparentemente lleva una vida normal, pero en su interior hay todo un mundo por descubrir.
Actualmente hay unas 50 personas en todo el planeta con nacidas por inseminación artificial que poseen un tercer ADN, esta última parte se deriva de que junto con las células reproductoras de madre y padre se añadió una de la mitocondria, que es un microórgano que se encarga de dar energía y crear las células que mantienen vivo al organismo, en las cuales también va una carga de ADN. Este procedimiento se realiza para eliminar enfermedades genéticas.
Quienes defienden el método, explican que estas no son las únicas personas con tres ADN, y ejemplifican con las personas que requieren de un trasplante de médula ósea. El experto Peter Braude señala que desde ese momento en que se implanta la médula de otra persona, se tendrá ese tercer ADN circulando en el organismo, por lo que descarta eso como una razón para evitar hacerlo.
Quienes se manifiestan en contra, señalan que podría abrirse una caja de pandora para la modificación genética, buscando seres humanos supuestamente perfectos, conforme a un estándar que no sería objetivo, ya que no hay parámetros idóneos de lo que sería el hombre o la mujer perfecta. Algunas de las preocupaciones pasan porque experimentos en animales han manifestado problemas cognitivos o de envejecimiento.
De momento, Alana y su familia consideran que esta es la mejor decisión que pudieron haber tomado para poder formar una familia, y la adolescente quisiera poder conocer y agradecer a la persona que al donar su mitocondria le permitió la vida.
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