Honduras. Después de que una fuente revelara a Tiempo Digital que la muerte de la doctora forense Karol Lizeth Córdova Burgos no fue natural, hemos platicado con la reconocida patóloga forense Julissa Villanueva, quién pide una investigación exhaustiva.
Villanueva lamenta la muerte de su colega, con quien trabajó y de quién fue jefa en años anteriores dentro del Ministerio Público.
Es por eso, que al consultarle que si la fallecida trabajó en el caso de la agente Sherill Jubissa Hernández, Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic), a quien según expertos asesinaron aunque el MP diga lo contrario, Villanueva fue enfática y dijo que no.
Al contrario, afirmó que no tenía conocimiento que la doctora Karol estuviera en un proceso delicado o de riesgo, lo que sí dijo es que hacía una labor de autopsiante dentro del departamento de Medicina Forense.
En consecuencia, la doctora Villanueva fue muy enfática al recalcar que la autopsia de la médica forense «no tuvo que estar a cargo de sus compañeros en San Pedro Sula.
«El hecho de su muerte es en su habitación merece una investigación profunda. No conformarse simplemente a que ella se murió en su cuarto con un control en la mano».
«La investigación siempre debe primar, (sus compañeros) están consternados. Mucho menos van a hacer una calidad de investigaciones porque tienen sentimientos encontrados», detalló la especialista.
Es por eso, que considera que el Ministerio Público tuvo que haber pedido que expertos forenses de Tegucigalpa o La Ceiba hicieran el levantamiento del cuerpo.
«Entendemos que el cuerpo estaba putrefacto, desde hace tres tres días mínimo. Hay que averiguar que enfermedades ella tenía o si hay alguna muerte violenta». Esta última puede ser incluso accidental o provocada, pero debe probarse.
Es por tal razón, que la doctora Julissa Villanueva pide que la muerte de Karol no se meta en «el saco de los suicidios. Allí hay mucho que investigar», reafirma.
Que no digan que es suicidio sin investigar
Lo anterior se refiere a que no suceda lo mismo que con la doctora Ana Lourdes Mejía, de 31 años de edad, de quien aseguraron que se quitó la vida ya hasta «un año después no había un informe detallado de la autopsia», explica. «No creo que se haya suicidado y pasado un año y se hizo mal el trabajo de levantamiento», afirma Julissa Villanueva.
Y agrega: «Así es como cierran los casos, y siempre, en toda muerte vamos a pensar que es homicidio si no demuestran lo contrario».
Por ende, se requiere que el profesionalismo de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI). En especial de la Atic, que se refleje en este nuevo proceso de la doctora Karol.
