LA ENTREVISTA Renato: “Me he granjeado una imagen de hombre honrado que no hace periodismo por dinero”

Renato Álvarez quiso ser médico, luego abogado, pero de último se decidió por el periodismo.

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Renato Álvarez
Renato Álvares quiso ser médico, luego abogado, pero de último se decidió por el periodismo.

HONDURAS. Le realicé tres llamadas telefónicas entre las 10:30 a.m. y las 12:49 p.m. del mediodía para confirmar el lugar de la entrevista y no las atendió, desde ese momento todo tipo de esperanza por estar cara a cara con un periodista de gran trayectoria,  se iba disipando poco a poco y surgió en mi mente  la idea de buscar un plan «B».

Al cabo de las 2:00 pm recibí una llamada que me devolvió la convicción. Al observar la pantalla de mi celular, me percaté que era él, Renato Álvarez. El periodista que dirige los exitosos programas de Frente a Frente y Telenoticias de Canal 5. Al contestar, me preguntó el lugar donde me encontraba.

Inmediatamente abandoné  lo que estaba haciendo y agarré mi auto rumbo al lugar de encuentro. Mi sorpresa fue cuando me comentó que tenía que dejar el auto estacionado en ese sitio. Eso, porque nos iríamos en el suyo a realizar unas diligencias fuera de Tegucigalpa. Yo solo reaccioné con un modesto «Ok».

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Renato Álvarez: «La música en inglés me relaja»

En el camino íbamos escuchando música en inglés. Según me comentó,  lo relajan luego de los «tensos» debates en los que se ve envuelto cada mañana. Dos horas y media, se tardó en concluir con una infinidad de cosas pendientes en su apretada agenda. Ya ahí el escenario estaba libre para realizar las preguntas  que un día antes planifiqué en mi clásica libreta.

Hablamos de una gran cantidad de temas relacionados con sus inicios en la medicina y el Derecho. Asimismo, de su paso por Radio América en donde estuvo 20 años. También de su polémico andar por Telenisa que lo dejó dos años desempleado, y con intenciones de irse del país. Lo anterior, por la desesperación que vivía al creer que ya nadie lo iba a contratar en ningún lugar.

La alegría y satisfacción que le trajo la llamada de José Rafael Ferrari. Quién le preguntó si quería trabajar con él en Televicentro. Sus controvertidas posiciones en el Golpe de Estado de 2009. Así como también sobre cuestionamientos recibidos por el «voto rural» adjudicado por Arturo Corrales en las pasadas elecciones generales.

Además, contó la razón por la que no tiene redes sociales. Así como su deseo por impartir cátedras en la universidad en un futuro próximo. De igual forma, expresó su opinión sobre el actual gobierno. Y, no descartó ni tampoco prometió buscar una candidatura presidencial.

Para concluir dejó un contundente mensaje a la nueva generación de periodistas en el siguiente cuestionario:

¿Cómo fueron sus inicios en el periodismo?

R=/ Comencé en Deportes en 1979, justamente el año que ingresé a la Universidad y no a estudiar periodismo. Sino a instruirme en la medicina. No obstante, mis padres, especialmente mi madre, creía que mi vocación era el periodismo. Pero no hice caso a tales sugerencias. Estuve trabajando en Radio América un año completo sin salario, laborando  como cualquier empleado. Esos fueron mis inicios en el periodismo deportivo durante 9 años. Al cabo de un año me dieron mi primer salario que era de 150 lempiras. Claro que, en ese momento, el lempira se cotizaba a 2 por dólar. Había menos inflación, y no es que se viviera bien con esa cantidad, pero me ajustaba para el bus. Y, para medio mantenerme. Cuando existía alguna crisis económica, recibía el apoyo de mis padres. Así inició mi trayectoria en los medios de comunicación.

¿Por qué optó por la Medicina cuando su verdadero destino estaba en el periodismo?

R=/ En ese momento, a pesar de estar seguro que tenía la vocación porque me gustaba escuchar noticias en la radio. Y, me gustaba escuchar música, siento que opté por escoger una carrera con mayor estabilidad, de mayores ingresos. En ese tiempo el salario de un periodista egresado de la universidad era de 500 lempiras. A raíz de eso, los mismos compañeros de la Radio me decían que siguiera estudiando medicina. Eso, porque de todos modos ya estaba trabajando en los medios de comunicación. Todavía no estaba organizado el Colegio de Periodistas de Honduras hasta un año después de que inicié a trabajar. Esa institución no necesariamente estaba presidido por periodistas, si no por autodidactas. Pero al final de 1980 decidí que la medicina no era mi campo. Sin embargo, me matriculé nuevamente a la universidad sólo que esta vez fue en Derecho -expresó entre risas. Después de un tiempo me di cuenta que estaba cometiendo un grave error, así que me metí a periodismo. Carrera de la cual me gradué en 1987.

Tras más de 40 años ejerciendo el periodismo, usted ha vivido infinidad de experiencias, entre todas ellas, ¿cuál fue la que más lo ha marcado hasta ahora?

R=/ En el área de Deportes estuve en el mundial de México 1986. Esa fue la primera vez que Radio América transmitía un mundial de fútbol. En esos momentos los derechos los tenía HRN por su conexión con Televicentro. Luego el doctor Andonie Fernández que tenía acciones en Televicentro, pidió extender los derechos de transmisión a Radio América. Lo consideré un éxito por la edad a la que lo logré. Estuve a dos días de ir al de España 1982, pero como un compañero se ofreció a pagar su pasaje. En la radio quisieron evitarse ese gasto y le dijeron que fuera a él. Así me quedé sin ese mundial. Conocí muchos países estando en deportes.

Tenía una meta clara que era adquirir experiencia, aprender a improvisar. En deportes entre las décadas de los 70 y 80 era pura improvisación. No se acostumbraba a redactar.  También aprendí a perderle el miedo al micrófono, a sostener transmisiones. Al leer el libro ¨Improvisar no se improvisa», me di cuenta que para improvisar hay que leer mucho. Y, tener conocimiento de datos relevantes para así poder generar opinión entre las personas. No es sólo pararse y sostener transmisiones de dos horas hablando dislates.

Luego de su vasta experiencia radiofónica, ¿cómo se produjo su llegada a la televisión?

R=/ Estuve a dos meses de cumplir los 20 años en radio. Creí que ya había terminado mi ciclo. Me desgasté mucho precisamente por la competencia enfermiza que teníamos con HRN por definir el liderazgo de los noticieros. Llegué a un proceso de saturación, de desgaste producto de esa competencia. Y, sentí que ya estaba dando vueltas en Radio América. Así que después de 10 años en deportes y otra década en prensa general, reflexioné que debía dar el salto. En esos días me llegó una propuesta del Coliseum Nacional de Ingenieros. Estaban formando el canal 63 más conocido como Telenisa y me ofrecieron un mejor salario. Ahí fue cuando le pedí a Miguel Andonie Fernández, a quien consideré  un hombre súper importante, que me dejara ir. Y, aceptó. Así pasé a mi otra faceta en la televisión en 1997.

¿Por qué salió de Telenisa?

R=/ El Grupo del Coliseum comenzó a tener problemas de capitalización. Luego tuve problemas con los dueños por mis enfoques noticiosos y editoriales. No coincidíamos en cuanto a los puntos de vista y así se produjo mi salida del medio.

¿Qué pasó por su cabeza en esos dos años que estuvo desempleado?

R=/ Fueron dos años muy difíciles en los que pensé en irme del país. Creí que ya nadie quería darme trabajo por la forma en que salí de Telenisa. Es un país pequeño y los dueños de los medios se dan cuenta quién es quién. Y, sólo pensé en que me iban a cerrar las puertas de todos lados. Pero afortunadamente comenzamos a planificar un proyecto con Rossana Guevara, que había sido directora de TN5. Pero salió de él  justamente para trabajar conmigo en Telenisa. Fue en esos momentos que a Rossana la llamó nuevamente don Rafael Ferrari para que tomara la dirección del noticiero. Luego me llamó a mí para preguntarme si quería trabajar con él. No lo dudé ni un solo segundo. Imagínate que te tripliquen el último buen salario que tuviste, como decir que no.

Luego de 15 años en la cúspide televisiva con Frente a Frente y Telenoticias, ¿qué tan complicado le ha resultado mantener los altos ratings de sus programas?

R=/ La perseverancia ha sido la clave. Frente a Frente inició como un programa de media hora, luego cuando llegué lo extendieron a 45 minutos. A medida pasaba el tiempo lo independizaron de TN5 Matutino y comenzó a ser un foro de dos horas. Para lograrlo implica estar las 24 horas comprometido con él. Con los temas del momento, con mucha lectura de los problemas nacionales. Cultivar fuentes para que los invitados estén todos los días. Claro que no soy sólo yo, tengo un productor que colabora mucho conmigo. Sobre todo en las invitaciones que es lo que más desgasta. Si un tema ya planificado con los invitados y todo me lo desplaza otro que puede generar mayor opinión pública. Los llamo y les digo que ese programa se pospondrá. El éxito de Telenoticias y Frente a Frente también radica en el compromiso de los compañeros con los que trabajo. Tengo la suerte de contar con un equipo enorme. Claro que somos humanos y a veces fallamos. Pero tengo un grupo  que está consciente que trabaja en el noticiero más influyente de Honduras. Un noticiero donde sí se coloca una coma donde no debe ir. O, una noticia sin contrastarla genera reacciones que me dejan asombrado.

Algunos sectores de la población guardan cierto resentimiento con usted por el papel que ejerció durante el golpe de estado en 2009, ¿cómo maneja las críticas que recibe a diario por ese tema que aún no olvidan muchos hondureños?

R=/ Con mucho respeto, es decir, yo no puedo cambiarle la forma de pensar a la gente. Yo sé que hay gente que piensa que me presté. Pero ellos no conocen las interioridades que tampoco me voy a poner a decir a esta altura. Era un periodista invitado frecuentemente a almorzar por Mel. Unos meses antes, le dije al presidente los riesgos que implicaban una cuarta urna para validar o crear una Constituyente. Con el deseo de una nueva constitución y quedarse más tiempo en el poder. Eso se lo dije en su mesa de trabajo en Casa Presidencial. En ese momento no estaba la reforma al Artículo 5 de la Constitución. El cual ahora si nos permite consultarle al pueblo sobre cualquier tema. Al final yo lo que defendí fue el espíritu de la ley en ese instante. La gente no lo entendió y otros si lo comprendieron. Sé que ese episodio provocó que la gente perdiera credibilidad en mí. Pero yo soy un periodista que cuando suceden esas cosas trato de reinventarme. Creo que lo logré gracias al trabajo en conjunto con mis compañeros. Con ellos le demostramos a la gente que somos de una sola pieza. Que en nuestro noticiero prima la honradez y la independencia. He tenido la fortuna de encontrarme con don Rafael Ferrari. Y, Rafael Villeda, quienes han sido muy amplios y toman en cuenta mis sugerencias u opiniones. De repente piensan que soy muy intenso o apasionado cuando digo algo, pero me lo respetan. Sé que frecuentemente les llama gente poniéndoles quejas de mí, ya sean de izquierda o de derecha. Uno comprende que cada quien tiene su ideología política. Y, cuando su partido no está pasando por un buen momento. Y, el periodista lo saca a relucir, entonces se enojan con él.

Un episodio similar ocurrió después de las elecciones generales de 2017, cuando invitó a su programa a Arturo Corrales, quien adjudicó el controvertido término del «voto rural» que es mal recordado por algunas personas, ¿qué pasó ese día?

R=/ Ingeniería Gerencial presidida por Arturo Corrales  es la empresa que dirigió las encuestas en los procesos electorales transmitidos en Televicentro. Esta vez no fue la excepción, sólo que en esta ocasión a mí me tocó moderar la participación de Arturo. Eso, cuando se generó la información sobre los primeros resultados de las elecciones. Corrales dijo que había una diferencia de nueve puntos. Luego que el voto rural fue el que acercó la diferencia que tenía Libre sobre el Partido Nacional. Al siguiente día el mismo Arturo dijera que los nacionalistas estaban alcanzando a los de Libre. A mí sólo me tocaba moderar. A mí no más me tocaba ir conduciendo la transmisión de lo que arrojaban profesionalmente los resultados de Ingeniería Gerencial. Mucha gente hubiese querido que yo rebatiera a la empresa que contrató Televicentro para que divulgara estos datos. Pero no era mi papel hacerlo. Si creo que me faltó haber tenido a la otra parte que contrastara. Aun cuando el espacio no era para ese tipo de debate. Pero entiendan que yo era el moderador de una transmisión con la empresa que Televicentro había contratado. Sé que hicimos mal en no tener a la otra parte, pero eso nos queda de lección.

¿Han intentado sobornarlo?

R=/ No, gracias a Dios. Me he granjeado una imagen de ser un periodista honrado. Claro, yo la honradez no sólo la miro del lado del dinero, sino de una forma más integral. Admito, mi conducta, desde que trabajaba en Deportes, ha hecho que se me genere una imagen de un hombre honrado. Un hombre que no hace periodismo por dinero. Cuando se trabaja así, nadie ofrece nada. Claro que uno sabe cuándo alguien quiere acercarlo, pero yo tengo 40 años en esto. Y, sé cómo contrarrestar cualquier mecanismo para cooptarme. Estoy consciente que tampoco se trata de hacer enemigos, ni de ser un ermitaño en el medio. El periodista debe cultivar fuentes y debe estar cercano a ellas para informarse. Como decía una periodista colombiana: «Distante para no embarrarse». Creo que la sociedad hondureña ha sido muy respetuosa conmigo en ese aspecto.

Me causa cierta curiosidad que en un mundo altamente tecnológico donde las redes sociales juegan un papel tan vinculante, figuras públicas como usted no tengan una, ¿a qué se debe esa decisión?

R=/ Admito  que me ha faltado adaptarme a los nuevos tiempos. Un periodista no puede estar divorciado de las redes sociales, debido a que son herramientas importantísima ahora. No sólo para transmitir, sino para recabar información. Reconozco que algunas veces para no leer ofensas, máxime cuando son expresiones sin sustentaciones, sin la verdad. Cuando son expresiones para descalificar, para dañar el corazón de la persona como sucede generalmente en Honduras. País donde no se genera debate ni forma de rebatir que no sea inventando cosas de la gente. Yo para no dañarme, mejor me aíslo de las redes sociales. Tengo mi mecanismo para contar con salud mental y es: no leer tonterías. Ese tiempo mejor lo ocupo en leer o estar en otras cosas.

¿Nunca pensó en transmitir sus amplios conocimientos en un salón de clases como catedrático universitario?

R=/ Sí, lo que pasa es que yo siempre he trabajado en los extremos del día. En la mañana me toca estar a las 6:30 para el Frente a Frente. Y, salgo a las 12:00 del mediodía porque tengo que organizarme con mis compañeros para el noticiero de la noche. Me reincorporo a las 2:30pm para el proceso de elaboración del guion que uno lee en el prompter. Tengo que revisar los guiones de los periodistas y resulta que a las 9:00pm ya tengo el noticiero. Creo que eso es lo que me desmotiva, pero claro que lo he soñado. Quizá cuando termine mi ciclo, que no sé cuándo será.

¿Cuáles son sus planes cuando llegue la hora de despedirse de la televisión?

R=/ El periodismo digital y una necesidad que tengo de dar mi testimonio desde una perspectiva espiritual.  Me miro en el interior de Honduras con proyectos humanitarios. Y, además con testimonios de vida que ayudarán a la gente, desde un punto de vista espiritual y de superación. Las cosas no han sido fáciles, llevar 40 años en el periodismo implica tremendos «chichotes». Tremendos golpes en la vida con noches de desesperación, noches sin dormir y de suma tristeza. Pero el periodismo es bello, hermoso, con días de una exaltación y alegría enorme. Creo que hay mucho que contar para que la gente vea que uno puede lograr lo que se propone. Siempre y cuando no se deje caer por la emotividad. Hay que levantarse, superar la depresión. Tengo días que no quiero que salga el sol. No acordarme de que hay que trabajar ni difundir ninguna noticia, pero Dios me da esa fortaleza para hacerlo.

En el pasado usted fue vinculado con la candidatura presidencial del Partido Liberal, ¿la cinta presidencial está entre sus aspiraciones a futuro?

R=/ Yo no sé qué pueda pasar en un futuro. Creo que la rechazaría, ahora yo estoy consciente de algo. Aunque según la Constitución, todos tenemos derecho a participar en política y poder ser electo a un cargo de elección popular, creo que la gente debería ver si tiene la capacidad para poder ejercer un cargo en la administración pública. Yo jamás me propondría aspirar a un cargo de elección popular por la vanidad de ser un funcionario o de aspirar a ser diputado, alcalde o presidente. Lo que realmente valoro es si tengo la capacidad de dejarle una huella a Honduras. No digo que no, pero todo a su tiempo. En este instante yo disfruto el periodismo, pero lo demás no lo descarto ni tampoco lo prometo.

¿Honduras está cambiando?

R=/ Yo creo que Honduras antes de que se reformara el artículo 102 de la Constitución no extraditaba a ningún nacional. Ahora extradita nacionales que andaban metidos en lavado de activos y narcotráfico. Cada presidente ha puesto su granito de arena para tratar de resolver los problemas estructurales del país. Unos han hecho más que otros, unos han robado más que otros.  Si me lo preguntas por el actual presidente creo que, en materia de seguridad. Pese a que los índices de homicidios todavía son altos. Creo que ha hecho todos los esfuerzos, pero los logros que pudiera haber obtenido en esta materia, los opacó. Eso, con una reelección que para todo mundo fue ilegal. Considero que ese es el gran manchón negro de este gobierno. Ya en materia económica, al igual que casi todos los gobiernos que hemos tenido desde el retorno a la democracia. El problema del desempleo y la extrema pobreza siguen siendo los lastres. Creo que el presidente que cambie todos esos flagelos. El presidente que le corte las uñas a los uñudos aunque sean sus familiares. Y, el  que se decida a luchar abiertamente contra la corrupción, dejará huella en el país.

¿Cuáles son los principales retos de la nueva generación de periodistas?

R=/ Creo que, en un país fraccionado, en un país conflictuado políticamente, requiere de un periodismo riguroso. Un periodismo que esté comprometido a generar una opinión pública objetiva. Eso, para que la gente sea capaz cada cuatro años de decidir quién merece o no merece un puesto en la administración del país. Necesitamos un periodista tecnológicamente bien dotado. Pero sobre todas las cosas, necesitamos un periodismo en que no prime la fama, el dinero y el poder. Porque el periodista que entra a nuestra Escuela con el ánimo de ser famoso, de hacer dinero o de codearse con el poder, ese es un pésimo periodista. La fama lo vuelve vanidoso y lo destruye. La ambición por estar cerca del poder lo vuelve corrupto. Creo que ese es un problema que se debe resolver. El periodista nunca llega a ser millonario, a menos que tenga esa vocación empresarial. Esa creatividad que lo ayude a generar dinero de forma honesta. El periodista que busque fama, poder y dinero es una vergüenza para el país, esos son mis consejos.