LA ENTREVISTA – Bartolo Fuentes: “Me acusaron de arruinar la bota de un policía con un narizazo”

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Bartolo Fuentes
Para Bartolo Fuentes ayudar a los migrantes ya no es algo sentimental sino de convencimiento.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Haberse ido acompañando la primera caravana migrante que salió desde la terminal de San Pedro Sula el 13 de octubre de 2018, es una de las locuras más grande que cometió en su vida y pese a que le resultó una de las experiencias más atrevida, el periodista Bartolo Fuentes no se arrepiente de nada en lo absoluto.

Acompañado, en aquel momento, únicamente de un teléfono celular y su cámara, Bartolo Fuentes emprendió la ruta migratoria con el objetivo de vivir y sentir en carne propia lo que sufren miles de inmigrantes, durante su recorrido hacia los Estados Unidos.

Esa experiencia para el también exdiputado del Congreso Nacional, resultó única aunque cuando regresó al país le acarreó muchos problemas. Sin embargo, aseguró que a él eso no le presta cuidado debido a que su lucha en favor de los migrantes la mantiene viva por más de 40 años.

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Bartolo Fuentes: «Ayudar a los migrantes ya no es algo sentimental»

Para Bartolo Fuentes ayudar a los migrantes ya no es algo sentimental sino de convencimiento. Su experiencia en la ruta migratoria lo hizo reflexionar y lo motivó a seguir adelante con sus objetivos pese a que en Honduras buscan acusarlo por el delito de trata de personas.

Es así como en una entrevista exclusiva con Diario Tiempo Digital, Fuentes relató todo lo que vivió durante su travesía hacia el país del norte.

Además, cedió un espacio para que conociéramos algunas de sus interioridades como ser su familia y aquellas pequeñas cosas que lo llenan de satisfacción.

A continuación las preguntas y respuestas del exdiputado, Bartolo Fuentes

 ¿Cuál es su nombre completo?

Mi nombre completo es Bartolo Antonio Fuentes.

¿Dónde nació?

Yo soy nacido en la zona sur, en el municipio de Goascorán el departamento de Valle, aunque en realidad me trasladé desde los 5 años para la zona norte.

Después que pasó la guerra de 1,969 nosotros vivíamos a unos 5 km de la frontera, nos tocó ser desplazados de guerra, tuvimos que irnos por lo menos 3 meses de la comunidad y cuando regresamos nuestra casa estaba semi-destruida, no habían condiciones realmente de sobrevivencia. Desde entonces yo me radique en el municipio del Progreso, Yoro, prácticamente soy un progreseño porque ahí he estado 50 años de mi vida.

¿Dónde cursó su primaria?

Mi escuela la hice, el  primer grado en la José Trinidad Cabañas de El Progreso,  de segundo hasta quinto lo hice en la escuela Luis Bográn en Las Minas que está a unos 10 km del Progreso, una aldea. Y el sexto grado en la escuela José Trinidad Cabañas de El Progreso. Era muy aplicado en la escuela aunque la verdad no contaba con todos los implementó para el desarrollo de mis actividades, pero era un lector asiduo, me leía todos los libros de lectura y los libros que se usaban en la escuela los repase muchas veces.

Leí en ese tiempo, porque en la casa teníamos la Ilíada, la Odisea lo que caía en mis manos de los adventistas, de los Testigos de Jehová, de la iglesia Católica, el libro de cantos todo lo que se pudiera leer que había en la casa, yo lo leí varias veces, incluyendo novelistas de vaqueros que leían mis hermanos mayores.

¿Cómo se considera Bartolo Fuentes como persona?

Yo me considero como un luchador social que me he apoyado en la comunicación y educación popular para organizar al pueblo en la defensa de sus derechos. Pero no sólo he sido como le llaman algunos, un azuzador.

No sólo le he dicho a la gente, defiendan sus derechos, si no que he estado con ellos acompañándolos en sus acciones, en sus gestiones y en la pelea ya sea dentro de una oficina o en la calle.

Bartolo Fuentes: «He estado con la gente en la defensa de sus derechos»

He estado con la gente en la defensa de sus derechos no sólo he dicho de la cabina de radio hay que defender los derechos laborales, si no que he estado con los obreros ahí peleando por ellos, en la Secretaria de Trabajo o en la toma de una fábrica. Lo mismo con los otros sectores, con los migrantes no sólo les he dicho tienen derecho y hágalos valer, si no que he estado con esos migrantes haciendo valer esos derechos y en el movimiento estudiantil no se diga, porque yo nací ahí desde los 15 años prácticamente.

Yo estuve en el movimiento estudiantil por lo menos 8 años. Fui dirigente nacional de los estudiantes de secundaria y luego también participé en el Movimiento Estudiantil Universitario. Junto con otros compañeros fundamos en periodismo el movimiento Ventura Ramos Alvarado, un movimiento pequeño en San Pedro Sula, pero también participamos en el movimiento Dignidad Universitaria que surgió a raíz de la escandalosa corrupción que se daba en la universidad, luchando contra la misma y peleando por la reivindicación de los estudiantes, pues nos vimos envueltos en varias acciones en la universidad.

¿Qué es lo que más recuerda de su infancia?

Fui un lector de la biblia porque mi mamá asistía a la celebración de la palabra, que así se llamaba a esa reunión que mi aldea habían tres señores que lo dirigían: Don Justo Velásquez, don Moncho y otros. Mi mamá no sabía leer y escribir y yo tenía que ser el que llevaba la biblia y que leía para ella cuando así lo indicaban.

Creo que eso me hizo acercarme al cristianismo, estudie después en un colegio católico y me considero católico, pero no soy un feligrés que voy a estar en misa todo el tiempo. Tengo una actitud crítica con respecto a sectores de la iglesia católica, que a mi manera de ver no se apegan al evangelio.

Ya mayor yo me bautice a los 18 años en la iglesia católica por decisión propia y luego fui miembro del movimiento hondureño de estudiantes católicos, que es como una sección que fue de la juventud internacional católica. Un organismo dentro de la iglesia incluso, fui directivo del movimiento hondureño de estudiantes católicos que habíamos de secundaria  y de la universidad.

¿Bebe o fuma?

Yo no fumo y tampoco bebo, bueno así de vez en cuando un traguito especial que invitan, pero no me gusta la cerveza en lo absoluto. Nunca me he emborrachado en mi vida, ni pienso hacerlo, no porque me lo prohíba la religión ni nadie me diga, solo no me apetece no me llama la atención.

Bailar siempre me ha parecido bonito pero yo empecé a bailar ya a los veintitantos años, más obligado por la presión social cuando estábamos en las fiestas de los amigos, que por iniciativa propia. Si me atrevo a bailar pero no aprendí como se debe. Me gusta ver bailar y bailar yo mismo también de vez en cuando.

¿Cuáles son sus pasatiempos favoritos?

Yo creo que mis aficiones han sido el cine, la televisión y la lectura, pero ahora la verdad leo menos en papel estoy leyendo más en pantalla, en la computadora o el celular; y cine, pues ya casi no vienen películas que valga la pena ir a pagar al cine para estar dos horas viendo una película, pero están las opciones de las películas en televisión pero la gente no diferencia. Cine es una cosa y televisión es otra, aunque las pasen por televisión las películas de cine son diferentes y si me gusta mucho la televisión.

Yo creo que el tiempo libre a lo largo de mi vida lo he utilizado más en cine, televisión y lectura y bueno, cuando he podido practicar deporte ha sido correr, me ha gustado correr siempre y la bicicleta. Lástima que en Honduras no hay condiciones para andar en bicicleta, porque las carreteras aquí no son seguras.

¿Qué religión profesa?

A pesar de declararme católico, dentro de mi familia varios son de iglesias evangélicas diferentes. Respeto  todas las creencias, sus congregaciones las he visitado, pero tengo mi propia visión de lo que es el cristianismo. Mi propia posición con respecto a cómo vivir ese cristianismo en parte por lo que he escuchado, por lo que he aprendido y también por las reflexiones que he hecho a partir de lo que he leído.

¿Por qué decidió estudiar periodismo?

Yo creo que lo de estudiar periodismo me nació precisamente en mi experiencia estudiantil. El primer boletín que nosotros hicimos fue en 1,980 cuando yo estaba en primero de bachillerato en Choluteca, sacamos un boletincito a máquina para comunicarle a los estudiantes nuestras idea. Teníamos un movimiento estudiantil que se llamaba Movimiento Estudiantil Revolucionario de secundaria del sur, éramos de Choluteca.

Luego en la normal yo estudie magisterio después de hacerme bachiller, también tuvimos un boletín y otra forma de comunicación como los murales, los carteles, las mantas. Recibí, varios cursos sobre comunicación popular de ese tiempo, contribuimos a distribuir material de comunicación, producíamos después un boletín que se llamaba Accionar, que lo distribuíamos en varias regiones del país. En mi miógrafo era con tinta que había que trabajar y redactando artículos armando los boletines y distribuyendo material.

Creo que logré entender la importancia de la comunicación. Luego en el exilio del 89, 90 y 91, yo trabaje con una agencia de prensa sobre noticias de Honduras. Recibí mucha capacitación en México sobre comunicación con gente muy respetable con mucha experiencia en el campo de la comunicación y digamos que ahí aprendí lo básico del periodismo.

A la universidad de San Pedro Sula ingrese hasta el 92, pero yo ya tenía experiencia en trabajar para la radio, en escribir, en hacer recorte  de periódicos para documentar y todo eso me hace estudiar  periodismo el saber que hay necesidad de desentrañar la verdad en sacar la verdad que está escondida a veces inconscientemente y muchas otras apropósito se escode la verdad entonces es sacar la verdad, conocerla y pero no para el consumo propio si no que para compartirla y divulgarla con los demás. Para mi esa es la esencia del periodismo.

¿Está casado, tiene hijos?

Estoy casado desde el 94, son 26 años con Dunia Montoya que también es periodista. De hecho, nos conocimos ahí en la Universidad, tengo cuatro hijos varones el mayor de 22 el menor de 12. Yo soy licenciado en Periodismo, antes estudié y me hice maestro de educación primaria, me hice bachiller en Ciencias y Letras.

Actualmente estudio una maestría en comunicación y he recibido cursos de diferentes tipos. Me gusta el teatro, hace mucho que no hago teatro.

¿Cómo fue su infancia?

Mi infancia la viví con mis dos hermanas menores, un hermano mayor que pasó más tiempo con nosotros y otro que es el mayor de los varones que es el que prácticamente  se hizo cargo de trabajar y mantenernos. Mi mamá también trabajaba, era sastre y como no sabía leer y escribir pues yo era el encargado de tomar nota de las medidas que ya sabía.

Vivía en la zona rural, tenía que traer la leña para el fogón, eso era de todo los días. También tenía que acarrear el agua para regar el jardín y el agua para la casa. No había agua potable en mi casa, una casa con piso de tierra ya entenderán entonces que no teníamos asegurada la comida, pero digamos que siempre hubo por lo menos las tortilla y los frijoles- A veces con 4 onzas de queso teníamos que comer toda la familia.

También con frecuencia había que ir a quitar fiado a la pulpería para poder comer, esta situación de pobreza yo la viví, hasta que tenía 14 años. Después de ese tiempo ya no viví más con mi familia, sino que busqué por mi cuenta hacerme la vida de verdad desde los 14 años. Yo veo mucha diferencia entre lo que viven mis hijos y lo que me tocó vivir a mí.

Bartolo Fuentes: Con beca gestionada logré estudiar 

He andado por muchos lados viviendo donde uno tiene posibilidades de hacerlo. Así logré estudiar donde me hice mi ciclo común en el Progreso, en el Instituto San José de los Jesuitas, con beca gestionada por mi mamá antes de morir y luego estudie bachillerato en el José Cecilio Del Valle de Choluteca.

Por decisión propia me metí a la Escuela Normal, aunque ya el bachillerato yo tenía posibilidad de una beca para estudiar medicina, que era la inclinación que tenía en aquel  tiempo y en la normal pues estudié ahí en Choluteca un año. Luego finalicé mi carrera de maestro en la normal de Tegucigalpa y luego los estudios de Periodismo y de comunicación, y sigo estudiando verdad.

Ahora estoy tratando de terminar una maestría en comunicación y pienso que seguir estudiando, aunque no necesariamente en lo formal, pero creo que uno debe procurar siempre continuar con sus estudios. No por los diplomas que le van a dar, sino porque así puede entender mejor la realidad y contribuir a transformar esa realidad de mejor manera.

¿Cuáles son las anécdotas que mejor recuerda Bartolo Fuentes?

Bueno anécdota puede ser muchísimo, diferentes ámbitos pero los recuerdos que a mí más me gustan son los de la lucha y particularmente, la lucha que libramos cuando éramos estudiantes de secundaria en la Escuela Normal de Tegucigalpa.

Durante 4 años consecutivos luchamos porque no se impidiera el ingreso de los estudiantes a la misma, lo intentaron hacer con índice académico, con este examen de admisión, con límites de cupo y siempre los derrotamos. Dentro de esas luchas recuerdo la de 1,986 y para mí es la anécdota que está más clarita. La película es cuando fuimos a protestar a la Basílica de Suyapa, porque ahí iba a llegar el presidente de la República recién electo.

El 3 de febrero, ya había tomado posesión el 26 de enero José Azcona  y nos reprimieron de manera horrible. Nos golpearon a dos compañeros. Nos patearon, era de mañanita, nos llevaron al DIN y nos hicieron cosas horribles. A mí me metieron la cabeza en un sanitario lleno de excremento, nos golpearon y estuvimos encerrados ahí pero no eran tanto los golpes.

A mí me metieron a una celda húmeda la que se filtraba toda el agua del baño que estaba al lado. Un frío tremendo, pero el mayor sufrimiento era las amenazas que nos hacían. ‘Ya los vamos a llevar y los vamos a torturar, ya verán un montón de amenaza que nos hacían los del DIN’. El DIN era la Dirección Nacional de Investigación.

Bartolo Fuentes: Estuve 6 días preso en la PC

Al siguiente día nos llevaron a la PC. Nos presentaron a los juzgados acusados de haber atentado contra tres policías. Siempre hacíamos el chiste porque a mí me torcieron el tabique de la nariz, entonces le digo, bueno la acusación es que yo le arruiné la bota a un policía con un narizazo que le pegue y luego en la PC, 6 días en la Penitenciaría Central cuando estaba en El Centro de Tegucigalpa.

Nos tocó vivir esa experiencia junto a los presos políticos, algunos yo ya los conocía porque los visitaba en la PC. Fue algo doloroso, de mucha presión, se puede decir, pero esos 6 días para mí son inolvidables por haber compartido con gente que estaba presa, no por ser delincuentes sino por estar haciendo una lucha tratando de transformar este país.

Yo creo que es la anécdota que más recuerdo y que de alguna manera me hizo pues templar los golpes, la cárcel, la acusación y es el compartir con esta gente en la en la Penitenciaría Nacional.

¿Dónde pasa la cuarentena?

La cuarentena la estoy pasando en mi casa con mi familia. Es difícil porque los muchachos no aguantan estar encerrados, entonces hay que estarles recordando. Ellos quieren jugar la potra y eso, pero en general hemos respetado la cuarentena.

Son momentos bien complicados porque sentimos todos síntomas, mi esposa, mi hijo mayor y yo. A pesar de que las pruebas nos dan negativos, púes creemos que estuvimos con la enfermedad por todos los síntomas que tuvimos y es difícil también por tantos amigos y compañeros que han muerto.

Asimismo, siento un poco de indignación, porque algunos han muerto simplemente por el sistema deficiente de salud que tenemos en el país.

A raíz de una amiga que falleció porque no tuvieron un cilindro de oxígeno a tiempo para aplicarle, yo me metí a facilitar el kit completo de oxígeno a las personas que no tenían para pagar en ese momento 15, 20 o hasta 35 mil lempiras por un cilindro de oxígeno y mucho menos para ir a internar a sus familiares a una clínica privada.

Aun en cuarentena hemos tratado de contribuir en algo. No es la gran cosa pero creo que es una pequeña contribución y una muestra para animar a la gente hacer solidarios.

En esta cuarentena digamos que no hemos pasado calamidad por falta de comida y eso, pero si el dolor de ver morir a las otras personas y el miedo. Hemos tratado de controlarlo al máximo, pero siempre tenemos el temor de padecer una complicación de salud.

¿Cuál es su color favorito?

Mi color favorito es el verde. Yo creo que es porque me gusta la naturaleza, el bosque es mi lugar preferido para estar, pero en general, me gusta lo colorido.

¿Qué lo hace enojar?

Lo que me hace enojar es la incomprensión de lo obvio, como popularmente se dice cuando la gente se hace la “maje” o como que no entiende, cuando se trata de ocultar la verdad y no digamos la mentira.

En términos generales me indigna la injusticia y el irrespeto. O sea, ver que una sola persona solo porque tiene poder o porque puede humillar a otro o ver de menos eso me indigna. Me hierbe la sangre solo ver que alguien oprime a otro solo porque puede hacerlo.

¿Su mayor defecto?

Ese es un defecto que tengo, enojarme rápidamente, creo que soy azufre. Una chispa y estoy encendido. Afortunadamente tengo la capacidad de minutos después de pasar el enojo de volver a la completa calma y de no guardar ningún resentimiento. Digamos que soy explosivo pero no resentido. De ese defecto soy consciente y trato de controlarlo hasta donde puedo aunque es muy difícil.

¿Cómo es el ámbito familiar?

En el ámbito familiar soy demasiado tolerante. Tengo 4 hijos varones, el mayor de 22 y el menor de 12 años. Trato de mantener la armonía en la casa. Nos llevamos bien con mi esposa, nunca hemos tenido un pleito con ella y ni siquiera intentos de irme de la casa ni ella tampoco.

Mi suegra vive con nosotros y nos llevamos muy bien. Yo no entiendo todos los chistes que hacen de las suegras y que les molesta que llegue a su casa. Yo no, paso encantado con ella y tiene más de diez años de estar con nosotros y no es porque no tenga donde vivir, porque ella tiene su propia casa, pero desde que llegó a cuidar a nuestro último hijo se quedó con nosotros.

También vivieron con nosotros su mamá y papá, de hecho sus últimos días los pasaron en nuestra casa. Ahí fallecieron, la abuela de mi esposa a los 94 años y el abuelo casi a los 90 años. Y fue muy bonito compartir con ellos.

Creo que me gusta eso porque yo perdí a mi mamá a los 13 años y que esté mi suegra o los abuelos de mi esposa ha servido para llenar ese vacío de mi juventud.

¿Si llegara a ser presidente qué es lo primero que haría?

Nunca he pensado en ser presidente, pero la primera acción que se debe realizar en el país es garantizar el alimento para la población. Pero no de ir a repartirles las bolsitas de maíz traído de otro país, arroz  traído de Estados Unidos, o aceite comprado a Canadá como se reparte la merienda escolar.

Para mi es garantizar la alimentación con productos nacionales. Eso implica levantar la producción nacional pero eso se puede hacer de inmediato. Sembrar todos los frijoles que ocupamos en el país porque no es posible que tengamos que traer frijoles de Nicaragua. Recuperar la producción de arroz con lo que recuperaríamos más de 100 mil empleos.

El cerdo que comemos no es posible que lo traigan de Canadá, producir nuestros alimentos y encaminarlos, en meses recuperaríamos nosotros gran parte de nuestra soberanía alimentaria y desde luego que estos alimentos lleguen a la gente.

A través de las escuelas es una buena vía, merienda pero de verdad, que coman los cipotes. Con eso diéramos prevención a muchas enfermedades que se dan por la mala alimentación que tiene nuestra población.

Bartolo Fuentes: Gobierno puede motivar el trabajo

De allí parte una larga lista de acciones que deberían hacerse, pero de inmediato para mi es que la gente coma.

Si la gente come puede trabajar y si puede trabajar pueden tener cubiertas las otras necesidades que tienen. Puede procurar la vivienda, vestirse y todas las otras necesidades por su cuenta, lograr cubrirlas  producto de su trabajo.

El gobierno puede motivar el trabajo y ayudar a que la gente produzca. No es que les tenga que dar trabajo en el aparato estatal, pero si mandamos a reparar los 22 centros educativos, pues allí nomás se generan cien mil empleos.

Si manda a reparar todos los hospitales, centros de salud, si contrata a todas las enfermeras, si amplia la jornada escolar, construir más escuelas porque hay lugares donde necesitan que los niños estén todo el día en la escuela si se les da su comida, con tal que aprendan letras y números; pero también aprenden a producir de una manera diferente a como se hace ahora, tratando de respetar el ambiente y la tradición de la agricultura en el país.

Gobernar no puede ser en función de un grupo privilegiado o de compensar a quienes financiaron la campaña, sino que es beneficiar a la mayoría de la población pero no dándoles limosnas en tono de caridad, sino ayudando a la gente para que, por su propia cuenta, se conviertan en el sostén de su casa. En Honduras está todo por hacer pero la primera cosa por hacer no es una sola, sino que es un abanico.

¿Cuál es la locura más grande que ha cometido en su vida?

La locura más grande no sé cuál sea la más grande, porque he cometido muchas (risas). Pero la más recientes es haberme ido acompañando la caravana de migrantes hasta México.

Me estuve casi un mes con ellos, desde Ciudad de México hasta Tijuana, viajamos en cuatro trenes diferentes. La verdad fue una locura porque yo no sabía quién iba allí ni nada. Afortunadamente en el grupo iba una compañera que también fue diputada al Congreso Nacional y que por razones muy personales tuvo que huir del país. Ella ya había hecho un círculo de amigos y eso me sirvió de apoyo, sino quien sabe cómo me hubiese ido en ese recorrido, viajando de noche, solo, con escaso dinero, y solamente con un teléfono, mi cámara y sin conocer la ruta. Eso es algo atrevido pero que quería hacer de verdad.

¿Cómo inició su lucha por los migrantes?

Me meto a esto de los migrantes desde 1,999 cuando trabajaba en Radio Progreso y me mandaron a participar sobre esta temática.

Estuve en Guatemala, conocí gente que se dedicaba a eso. Yo creía que los migrantes solo eran de agarrar el viaje, subirse a los buses e irse a los Estados Unidos. No sabía realmente la tragedia que era la migración.

Luego desde la misma radio estudié un diplomado sobre políticas migratorias en Guatemala también muy interesante, después decidimos montar un programa de radio que se llamó Sin Fronteras. Empezamos en septiembre de 1,999 el día que se celebra el Día del Migrante.

A partir de ahí nos conectamos con gente que estaba viviendo situaciones difíciles como muertes de parientes, familiares desaparecidos, gente presa en Guatemala y México y todo el sufrimiento de la gente que ya estando en Estados Unidos se sentía perseguida o con problemas.

Bartolo Fuentes: En el 2000 organizaron la primera caravana de familiares migrantes

Esa problemática nos hizo comprometernos con los familiares, organizamos, el Comité de Familiares desaparecidos de migrantes de El Progreso. Luego con ellos fuimos a la frontera de México en el año 2000, en la primera caravana de familiares buscando a migrantes desaparecidos.

En una ocasión me tocó ir a traer el cuerpo de una muchacha de 15 años a la frontera de Guatemala que se ahogó en el rió. Y ese sufrimiento me atrapó definitivamente y aunque me separé unos años, todo este tiempo estuve de diputado y de la lucha de los migrantes nunca me desprendí.

Al terminar mi periodo como diputado quise regresar a la actividad periodística de lleno, pero ya no metido en los derechos laborales que era lo que hacía desde hace diez años, sino volver y apoyar la lucha de los migrantes.

Creo que ahora que conozco más de los migrantes el compromiso es más razonable. Ya no es por sentimiento sino que por convencimiento.

Bartolo Fuentes: «Solo muertos hay algo para los migrantes»

Los migrantes son los que aportan la mayor parte de recursos a este país. Se podría decir que Honduras está en pie por la contribución de los hermanos que están en el extranjero, pero que son muy maltratados allá y desde aquí del Estado de Honduras.

No hay en el presupuesto ningún renglón para los migrantes, lo único que hay es un fondo para traer los cuerpos de los que mueren. Solo muerto hay algo para los migrantes.

Este compromiso no solo es con los migrantes hondureños sino que con los migrantes en general, igual con los que vienen de África, Haití, y pasan por nuestro territorio.

Estoy consciente de los riesgos que se corren porque hay persecución. Ahora mismo me siento perseguido. Estoy en una lista de policía de Estados y México. La Interpol me ha interrogado 4 veces.

Bartolo Fuentes: «Que me acusen de lo que sea»

También tengo problemas al salir de Honduras u otros países donde aparece una alerta por haber estado con los migrantes en la caravana, pero no me arrepiento en lo absoluto y no me van a impedir que siga apoyando a los migrantes. Si me acusan de organizador o lo que sea pues que venga.

Aquí en Honduras tengo una denuncia en el Ministerio Público y tratan de calificarme como traficante de personas, cuando yo jamás he recibido un centavo de alguien por orientarle o buscar que se respeten sus derechos. Ni de los migrantes ni de otro sector social. Mi Lucha es corazón entregado. Son 40 años de lucha y nunca he cobrado, menos con los migrantes.

Sin duda son bastas las experiencias que ha vivido el periodista Bartolo Fuente, quien actualmente aún se mantiene activo en pro del beneficio de los migrantes hondureños.

De 2006 a 2010, Bartolo Fuentes fue regidor en El Progreso con el Partido Unificación Democrático. Y de 2014 a 2018 Diputado al CN por Libre.


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