Atlántida, Honduras. Vendedores del mercado San Isidro, en La Ceiba, sacaron sus productos a la calle porque están a punto de arruinarse.
Esto sucedió en medio de la desesperación de los locatarios después de que la Policía Nacional (PN) cerrara ese centro de ventas.
Es por eso, que tanto frutas y verduras fueron retirados por los ciudadanos a la espera de que la población los consuma.
Una ciudadana expresó que trabajar se les ha hecho muy difícil, ya que no los dejan. Y por eso les toca estar bajo el Sol, colocar productos en las pailas de vehículos o bases de madera.
Agregó también que hay otros tipos de alimentos que ya se les arruinó. Esperaban que en La Ceiba iban a trabajar como lo hicieron en los mercados de Tegucigalpa.
La comerciante dijo que «necesitan trabajar y están dispuestos a someterse a las ordenanzas del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager)». Esto, para evitar contagios de covid-19.
La energía eléctrica aumenta
El empresario Cesar Maldonado denunció que el recibo de la energía eléctrica le ha llegado con «dos mil lempiras más y tiene 40 días de estar cerrado» a su local en el mercado San Isidro.
«Esta pandemia está diseñada para que el millonario se haga más millonario, la clase media se haga pobre y el pobre miserable», aseguró Maldonado.
También indicó que cuando van a los bancos no hay dinero disponible de los agricultores y miembros de la micro empresa. A pesar de que el Gobierno asegura que va a capitalizar ese sector.
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