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sábado, mayo 3, 2025

‘La Bestia’ le quitó el brazo, pero no el coraje: hondureño se convierte en hábil leñador

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Redacción. Elmer Ramos es un joven hondureño que, pese a haber perdido su brazo derecho durante su intento por migrar a Estados Unidos, se ha reinventado con determinación y coraje.

Su historia refleja el drama de miles de compatriotas que emprenden la ruta migratoria en busca de un futuro mejor, arriesgándolo todo, incluso la vida.

La Bestia le quitó el brazo, pero no la fuerza: hondureño se convierte en hábil leñador
A pesar de la tragedia, desarrolló habilidades para realizar trabajos pesados como cortar madera, usando su mano izquierda.

“Iba rumbo a Estados Unidos y, lastimosamente, perdí el brazo. Pero Dios sabe por qué hace las cosas”, cuenta Elmer, con la serenidad de quien ha aprendido a aceptar lo irreversible.

El accidente ocurrió cuando intentaba subir al tren de carga conocido como «La Bestia», una de las rutas más peligrosas para los migrantes.

Desde entonces, regresó a su comunidad, Llorona, en Sulaco, donde encontró en la venta de leña una forma digna de subsistir.

“Al principio era complicado para mí, porque yo era derecho… hasta para amarrarme los zapatos era difícil. Ahora ya puedo”, relata. Aunque admite que algunas tareas, como afilar el hacha, todavía requieren ayuda de su familia, él se encarga del resto: cortar, cargar y vender la leña.

Su historia inspira a otros a no rendirse, a pesar de las dificultades y pérdidas sufridas en su camino.

Con las ganancias, compra lo básico: café, azúcar y frijoles para su hogar. “Aquí vivimos vendiendo leña… y si alguien viene a buscar, yo la dejo donde me digan”, dice, mostrando que la discapacidad no ha disminuido su voluntad de trabajar.

Elmer es una muestra de resiliencia en medio de la adversidad. Su historia no solo evidencia los riesgos de la migración irregular, sino también el poder del esfuerzo personal cuando hay amor por la vida y por los suyos.

La bestia

La peligrosa travesía migratoria en México sigue cobrando vidas hondureñas. En los últimos meses, al menos cinco hondureños han muerto tras caer del tren conocido como «La Bestia», que muchos migrantes utilizan para intentar llegar a Estados Unidos.

Entre ellos está Juan Carlos Arteaga Martínez, de 32 años, quien falleció en Hidalgo tras ser arrollado por el tren, y Jefferson Castillo, de apenas 18 años, quien murió en Veracruz al intentar abordarlo.

La Bestia
«La Bestia», el tren de carga, ha sido responsable de arrebatarle la vida a cientos de personas.

Otros casos reflejan el drama y la vulnerabilidad extrema que enfrentan los migrantes. Elvin Moreira, de 22 años, perdió ambas piernas tras una caída en Durango y, aunque sobrevivió inicialmente, falleció semanas después debido a complicaciones médicas.

Su madre, devastada, logró llegar a México para acompañarlo en sus últimos días. Historias como estas exponen no solo el riesgo del trayecto, sino también la falta de protección y atención médica oportuna.

La comunidad hondureña y organizaciones de derechos humanos han alzado la voz. Piden mayor asistencia a los migrantes y mecanismos de repatriación digna para quienes mueren en el intento. Mientras tanto, la ruta del tren continúa siendo un símbolo de esperanza y desesperación, donde cientos de hondureños arriesgan su vida cada día buscando un futuro mejor.

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