L60 millones ha costado rehabilitación de reclusos, según organismos de DDHH

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Solo la cárcel "El Pozo" alberga 2,000 privados de libertad, el 100% de su capacidad máxima.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. El sistema penitenciario hondureño continúa siendo una catedral del crimen pese a la inversión de mil millones de lempiras en la construcción de las cárceles de alta seguridad y otros 60 millones de lempiras para el desarrollo de políticas de rehabilitación, según organismos de Derechos Humanos (DDHH).

Amplios segmentos de la opinión pública coinciden que las cárceles del país, particularmente las de máxima seguridad, siguen siendo una escena del crimen y el centro de trasiego de armas, drogas y dinero. Además, son establecimientos donde se violentan garantías esenciales.

Según un informe de HRN, Organismos de Derechos Humanos, expertos en el tema de seguridad e incluso delegados de la Organización de Naciones Unidas en Honduras, exigen que todos estos casos sean investigados en profundidad.

De acuerdo a datos revelados en 2018, la población carcelaria del país incrementó al diez por ciento. También se elevó el porcentaje de casos pendientes de sentencias en los tribunales de justicia.

En virtud de eso, el número de internos de los módulos de máxima seguridad se amplió y, con ello, el peligro de los amotinamientos. Asimismo, surgieron más opciones para la planificación de hechos sangrientos, como sucede actualmente.

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Dos mil reos permanecen en El Pozo I

De acuerdo a cifras detalladas, solamente en «El Pozo», ubicado en Ilama, Santa Bárbara, permanecen casi dos mil reos considerados de alta peligrosidad. Lo anterior, representa prácticamente el 100% de su capacidad máxima.

Mientras que en «La Tolva», situada en Morocelí, El Paraíso, están recluidos unos 1,300 privados de libertad. Eso es el total de su límite de albergue.

Entre tanto, la cárcel de Siria en El Porvenir, Francisco Morazán, tiene un registro de 1,600 personas acusadas por diversos delitos graves. Los cupos en dicho establecimiento están a punto de quedar agotados.

De igual forma, las opciones de rehabilitación y de reinserción de los privados de libertad al parecer, no se están llevando a cabo, detallaron. Lo anterior, pese a que para esa finalidad se han destinado no menos de 60 millones de lempiras.