Los presidentes de Corea del Norte, Kim Jong-un, y Rusia, Vladimir Putin, sostuvieron un encuentro histórico en la base Vostochny, situado en el Extremo Oriental de Rusia, tras semanas de especulación alrededor de un posible pacto armado que podría reponer los arsenales rusos vaciados por la guerra en Ucrania.
El miércoles temprano, ambos líderes llegaron al puerto espacial, donde Putin condujo a Kim en un recorrido por las instalaciones de la agencia rusa Roscosmos en el óblast de Amur, en Siberia.
Analistas occidentales han especulado que en esta reunión se podrían estar negociando un intercambios de armas norcoreanas, consideradas esenciales para el futuro de los objetivos del Kremlin en Ucrania, a cambio de tecnología rusa vinculada, posiblemente, con misiles nucleares para avanzar en el estancado programa atómico de Pyongyang.
Durante la reunión, Kim Jong-un expresó que desde su Gobierno “siempre” han apoyado las decisiones del presidente Putin. Además, afirmó que juntos “lucharán contra el imperialismo” y que Pyongyang acompañará a Moscú en su “guerra sagrada” contra Occidente.
Nota relacionada: En un tren blindado llega Kim Jong-un a Rusia, a reunirse con Putin
Construcción de satélites y temas de armas
Además de las posibles discusiones sobre armas, Corea del Norte también podría estar buscando asistencia técnica para su programa espacial. Esto después de dos intentos fallidos recientes para poner en órbita un satélite espía.
Cuando se le preguntó si Rusia estaba ayudando a Corea del Norte a construir satélites, Putin respondió: “para eso hemos venido al cosmódromo Vostochny”. Asimismo, respecto a un acuerdo relacionado con armas, Putin mencionó que ambos líderes discutirían «todos los asuntos».
Instantes antes de la reunión cara a cara, Corea del Norte lanzó dos misiles balísticos al mar de Japón, saltando las alarmas en Corea del Sur y en el archipiélago nipón, que ocurren por primera vez sin que el líder comunista esté físicamente en su país, al menos desde que llegó al poder en 2011.