LA ENTREVISTA – «Hola, soy Junior Estrada y vine acá por La Regadera»

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Junior Estrada
Los sueños de Junior se fueron cumpliendo poco a poco.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Cumplir los sueños es una constante en la vida de Junior Oswaldo Estrada Pineda. No es fácil alcanzarlos, como bien lo describe en esta conversación, muy entretenida, el afamado locutor de las mañanas en La Regadera.

Junior Estrada, como mejor se le conoce, nació en un hogar humilde, con dos padres que se la jugaron desde muy jóvenes para poder darle a sus hijos lo mejor. Desde la séptima avenida de Comayagüela, el locutor de La Regadera, que hoy por hoy se dice con mucha facilidad, fue viendo como sus sueños se iban cumpliendo.

«Mi niñez fue difícil, pero muy bonita. No nací en cuna de oro. Mis papás eran personas que luchaban y vivían en la séptima avenida de Comayagüela, y pagaban un cuarto súper pequeño, es más, mi cuarto con el de ellos se dividía por una cortina y yo tenía que dormir en un colchón», recuerda.

La risa es una característica distintiva de Junior. No esconde lo que siente y tiene tanta energía que contagia. Es el segundo de tres hermanos. Sin embargo, los destinos de la vida hacen que no tenga una relación muy cercana con ellos ya que, tanto su hermano mayor como su hermana menor, viven fuera del país.

Junior Estrada
Desde muy pequeño, Junior es un amante de los gatos.

«Mi hermano mayor se crío con mi abuela así que yo no tuve mucho contacto con él. Ya mi hermanita si nació en cuna de oro porque no tuvo que sufrir esa transición. Mi papá era periodista y fotógrafo en varios medios de comunicación. Y él fue ahorrando hasta que se compró un chupadero».

Si, un bebedero fue el hogar de Junior Estrada hasta casi los 14 años. Esto no lo cuenta con tono triste, al contrario, con las dificultades que a veces presenta la tecnología, a Junior, aún así, se le percibe contento y orgulloso recordando la infancia que tuvo.

“Nos fuimos a vivir a ese lugar y pasé una infancia bastante complicada porque en ese tiempo venían brotando las maras, entonces mis papás no me dejaban salir. Yo hasta los 14 años pude salir a la calle. La mayoría de mis amigos eran imaginarios porque nunca tuve la libertad de salir. Cuando ya nos fuimos a vivir a la casa donde ellos vivieron mucho tiempo, pues yo ya estaba mayor”, dijo.

“Una infancia entre un montón de bolos y esto no lo cuento como mártir sino como algo divertido. Los que llegaban eran unos bolos educados”, recuerda en medio de risas.

Junior Estrada
Una vez en la secundaria, el locutor se fue animando a salir en más eventos escolares.

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Un padre que le marcó el camino

Oswaldo Estrada, su padre, fue galardonado en dos ocasiones como mejor periodista del año, en el gobierno de Ricardo Maduro. Eso fue una inspiración para Junior. «Cuando yo vi los reconocimientos que le dieron como mejor periodista, por dos años seguidos, yo dije que yo también quería eso. Él es una leyenda de las notas rojas».

El dueño de las mañanas, con La Regadera, acepta que no siempre fue extrovertido. Pero fue en esa transición de la escuela al colegio en donde desarrolló su personalidad, fue rebelde, enamorado y hasta presidente en varios colegios. Estuvo en muchos, dicho sea de paso.

«En la escuela estuve en la Modelo, con mucho esfuerzo de mis padres. En el colegio pues la historia es otra. Los primeros tres años de ciclo estuve en el Instituto Modelo, pero ya después estuve en varios colegios: El Central Vicente Cáceres, en el Instituto Morazán, en el Atlántida, Monseñor Turcios, Secretariado Honduras. Fueron como seis o siete colegios. De esos como en cuatro me hice presidente, pero solo lo hacía por hobby (pasatiempo) y para demostrar mi capacidad de convencimiento. Me terminé graduando en el Colegio San Juan, en el centro».

¿Y qué hacías como presidente?

«En realidad, ayudaba a mis amigos y les hacía sus cambalaches y después Junior desaparecía, para que nadie se enojara conmigo. Y el problema es que yo soy bien pica flor y me ha gustado desde joven andar molestando a las muchachitas, pero nunca tuve una relación seria. Yo le tiraba paja a un montón y por eso nunca me tomaron en serio» rememora con mucha gracia.

Hombre trabajador

Un hombre trabajador. Así se podría describir a Junior. Antes de salir de la secundaria, en su periplo por tantas instituciones académicas, Estrada se dio un tiempo y dejó de lado los estudios. Comenzó a trabajar como vendedor de zapatos. «Era un vendedor estrella», asegura.

Junior Estrada
La radio es una pasión que fue transmitida gracias a su padre, Oswaldo Estrada.

“En segundo de técnico en computación me salí del colegio porque no quería que mis papás siguieran gastando de puro gusto. Mi primer trabajo fue como vendedor de zapatos en Plaza la Norteña, siempre lo hice a mi estilo”.

Cabe mencionar que Estrada se siente muy patepluma, con mucho orgullo asegura que se siente más santabarberense que ningún otro. Aunque nació en la Policlínica de la capital.

«Fui ayudante de mecánico, trabajé en una bodega, fui impulsador y también trabajé de camionero en Santa Bárbara. Acá se me complicó conseguir trabajo. Estuve trabajando como ayudante de albañil, y como yo era ayudante, entonces estábamos trabajando en la construcción de un billar. Después me dieron trabajo en ese billar, de coime, y me pagaban 200 lempiras semanales», confió.

En este último empleo, trabajando en el billar en donde, además, aprendió a jugar, Junior recuerda que le volvió la pica por estar en la radio.

«En lo que estaba en el billar, escuchaba la radio y yo decía: ‘yo puedo hacer eso, yo quiero hacer eso’. A veces la gente te apaga los sueños y la gente a veces te dice que no podes hacer eso. Varios me decían que no lo podía hacer», reveló.

Sin embargo, la pasión que el hijo de don Oswaldo Estrada y doña Nila Pineda sentía cada vez que escuchaba a los locutores en la radio, no era tan fácil de apagar. Como cualquier genio, entendió que para poder alcanzar su sueño, primero tenía que prepararse.

Junior Estrada
Su gran amor es Motagua. Sus ídolos son «El Venado» Castro y «El Nene» Obando.

«Lo que hice fue entrenarme y conseguí trabajo de animador. Obviamente yo lo hacía a mi estilo, no como presentador de la ‘Power’. Un día un ‘brother’ me escuchó y me dijo que yo podía trabajar en radio. Eso fue como en el 2012. Entonces, me prendió la curiosidad y conseguí la oportunidad en Diario Diez, yo era el animador».

«Mi meta era andar en uno de los carritos y andar vendiendo, pero yo tenía que pasar una prueba y me dieron un parlante y dos modelos. Y lo dejaban a mi talento. Entonces venía yo y con mi talento era uno de los animadores estrellas», recordó con mucha emoción.

«Yo en ese tiempo escuchaba todas las radios, pero había un programa que todo el mundo escuchaba, que era La Regadera que lo dirigía Erick Chavarría. Yo sentía que yo lo podía hacer igual o mejor. La gente se reía cuando yo decía eso y todo el mundo me apagaba la llama que se encendía en mí cuando decía que quería trabajar de locutor», comentó.

Llegó el momento 

Trabajando como animador y también en el billar, Junior no tuvo un buen día y por alguna razón se quedó dormido. No fue a trabajar porque se quedó dormido y obviamente eso trajo repercusiones. «Me gané un regañada tremenda, bien merecida».

Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, diría un sabio en cualquier conversación del parque. Junior escuchó la voz de la oportunidad.

«Ese día que no fui a trabajar, estaba en el billar y con la autoestima baja, pensaba que me iban a despedir. De repente escuché en la radio que había un gran casting para un nuevo locutor. Hice la prueba y dicho y hecho, no lo pasé. Ni siquiera el primer filtro porque me puse demasiado nervioso. Se quedaron con Italo Marcelo y él parece que no que funcionó y a la semana lo estaban despidiendo».

Premios Extra
El trabajo en La Regadera lo ha llevado a lo más alto. Junior muestra el premio a mejor locutor.

«Entonces hicieron otra prueba y en la segunda, también me volvieron a rechazar. Pero una semana después como que no encontraron a nadie y yo llamé para preguntar si los que ya habíamos hecho la prueba podían ir a probarse. Pero me dijeron que no. A mí no me importó e igual fui», agregó.

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La tercera es la vencida

La prueba constaba de lo siguiente: era introducirse a uno mismo, presentar una canción y luego despedirse. Desde afuera parece muy sencillo. Pero, del otro lado de la cabina está nada más y nada menos que el dueño de la radio observando. En las primeras dos ocasiones, Junior Estrada se puso nervioso, según aceptó el mismo locutor. «La tercera vez la pasé, la hice tal cual la quería hacer», mencionó.

«Había un man que tenía voz de trueno y todo mundo pensaba que él se iba a quedar, pero yo no. Yo sabía que a él es a quien tenía que darle pelea. Yo me preparé, ensayaba, y sobre todo sin olvidar el caliche», subrayó.

Primera semana fue dura 

Desde las seis de la mañana, en La Top 107.7 (Tegucigalpa), uno puede escuchar a Junior Estrada en el programa de La Regadera. El tráfico ni se siente y desde muy temprano el buen humor y la buena vibra mejoran cualquier día laboral.

Pero para que Junior lograra llegar a ese calidad de locutor, tuvo que seguir un proceso y realizar mucho trabajo. Desde practicar frente a un espejo por largas hora, como también descubrir nuevos géneros musicales.

La Regadera
Es un rockero, género que sigue siendo su favorito, pero gracias a su rol como locutor, Junior ahora se describe como un amante de la música.

«Cuando entré a la radio, en una semana que tenía de estar ya me querían correr porque me escuchaba fatal al aire y cuando entré en la primera reunión, que había personas como: Fernan Enrique, “El Riquicuqui”, Erick Chavarría, Marlon Martínez “El Socio” QDDG, Edgardo Rivera, estamos hablando de personas que eran unas leyendas de la radio difusión, pues ellos empezaron a volar maceta», comentó.

Junior inició en el programa La Calle, en el horario vespertino. Pero la actitud de sus nuevos compañeros no le agradó mucho y dejó las cosas claras desde el principio. «Yo vengo a esta radio por La Regadera«.

Al locutor estrella de las mañanas se le rieron en la cara. «Me dijeron que estaba loco. Cómo un cipote nuevo estaba bufando en que quería estar en el top show de la radio».

Sueños cumplidos 

Han pasado poco más de ocho años desde que Junior Estrada comenzó su camino por la radio. Al recordarlo, lo hace con mucha madurez y se siente feliz. Asimismo, no se olvida de las personas que le dieron una mano, como el director de la radio para donde labora, Edgardo Rivera.

«El director de la radio, el señor Edgardo Rivera, él tiene un ojo para encontrar talentos increíble. Él ve talento donde nadie más lo ve, y siempre confió en mí. El sabía que yo era un rockero y siempre dijo que yo iba a ser una estrella, y te lo digo como él lo cuenta porque yo no me considero una estrella. Yo pasé de ser rockero a un amante de la música», apuntó.

Junior tampoco se olvida de su equipo de trabajo, con el cual, remarcó, se siente muy cómodo y la pasan muy bien cada mañana.

¿Cómo se describe Junior Estrada?

«Yo solo soy un loco que va a contar sus experiencias de vida a una cabina. Y la gente se siente identificada con esas cosas. Yo estuve un año en el programa La Calle, rompí récords y me fui preparando. He cumplido mis sueños de pequeño y ahora estoy infinitamente agradecido con Dios por eso. Pero tengo nuevas metas. Ahora hay nuevas cosas que quiero conseguir y ya estoy trabajando en ello».

El camino a La Regadera, programa al que lo ha tildado como «su bebé», no fue sencillo. Lleno de obstáculos, pero sin duda, de 31 años de edad, Junior Estrada hoy es el dueño de las mañanas capitalinas en la radio.

Curiosidades de Junior 

¿Cuáles son tus ambiciones a largo plazo?
Te voy a confesar algo que no se lo he dicho nadie: yo quiero involucrarme en la política, pero, ojo, esto no lo quiero hacer como lo han hecho otros. Yo me quiero preparar y ser parte de un cambio en mí país y no ser uno más del montón. Ya he tenido propuestas, pero no he aceptado porque me quiero preparar bien.

¿Deporte favorito?
Fútbol

¿Equipo?
Motagua

¿Película favorita?
Vaselina

¿Canción preferida?
Fijate que escucho de todo. Pero un grupo que siempre voy a escuchar es todo lo de The Doors. Me encanta.

¿Comida favorita?
Lasaña

¿Apodo? 
El Cirujano

¿Por qué ese apodo?
Por que soy El Cirujano del entretenimiento, el que extirpa la tristeza y te implanta felicidad.


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