Juan Martín Del Potro luego de eliminar a Novak Djokovik de JJOO Río 2016

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Juan Martín Del Potro, quien quedó atrapado largo rato en un ascensor de la Villa Olímpica y que Novak Djokovic le guarda aprecio, quizás debió cerciorarse de que el argentino no saliera de ese elevador.

Del Potro se anotó el triunfo más importante desde su regreso al tenis nada menos que ante el serbio Djokovic, máximo favorito al oro en los Juegos Olímpicos Río 2016, por 7-6 (4), 7-6 (2).

«No esperaba ganarlo, me sorprende el nivel que he tenido», admitió Del Potro, 145 del mundo. «Después de tanto que he luchado por volver al tenis le gané una vez más a un número uno».

Del Potro llegó al certamen olímpico sin estar todavía en plenitud tras una nefasta racha de lesiones en la muñeca que lo mantuvo prácticamente inactivo en los últimos dos años.

«La pongo en el podio (de victorias), es número uno desde lo emocional por todo lo que he pasado», indicó el tenista de 27 años.

La superioridad que ejerció sobre Djokovic parece evidenciar que esta vez el campeón del Abierto de los Estados Unidos en 2009 sí está de regreso después de tres cirugías en la muñeca izquierda.

«Fueron dos horas y media de una intensidad de juego espectacular. Volví a disfrutar de pegarle fuerte con la derecha y la gente exclamando», reconoció la «Torre» de Tandil.

Horas antes del partido, Del Potro fue rescatado por jugadores del seleccionado de balonmano de Argentina de un ascensor de la villa de atletas, en el cual quedó encerrado durante 40 minutos por un corte de electricidad.

El estadio principal del complejo olímpico de tenis se convirtió en una cancha del fútbol por la rivalidad en las tribunas entre los argentinos que alentaban a su compatriota al grito de «Delpo» y los brasileños apoyando al número uno del mundo.

Tras el último punto, Del Potro hizo el clásico gesto al cielo de dedicatoria a una hermana fallecida y luego se fundió en un abrazo con su amigo Nole, quien no tuvo desquite de la derrota hace cuatro años en Londres por la medalla de bronce. El serbio le dijo algo al oído y el argentino se quebró.

Djokovic, para el cual la medalla dorada se convirtió en una obsesión tras ganar los cuatro grandes torneos y la Copa Davis, se retiró llorando del estadio.

«Es un gran campeón, un amigo mío desde hace tiempo, sé lo importante era para él este evento», comentó el tenista argentino. «También sabe él del esfuerzo que he hecho. Siempre voy a estar agradecido por sus palabras y el respeto mutuo».

El argentino jugará la siguiente ronda ante el portugués Joao Sousa (36 ), quien la víspera se convirtió en el primer tenista de su país en ganar un partido de tenis en un Juego Olímpico.