REDACCIÓN. Lo que inició como un supuesto caso de secuestro terminó siendo una farsa con posibles consecuencias legales graves. Hilder Henly Pedro, un joven hondureño de 21 años, podría enfrentar hasta dos años de cárcel tras fingir su propio rapto con el objetivo de exigir dinero a sus propios familiares.
El hecho fue reportado el pasado martes 8 de abril, cuando parientes del joven alertaron a las autoridades sobre su presunto secuestro en la Central de Abastos del sector Lousiana, donde trabajaba como ayudante de albañil. Incluso, al momento de la denuncia, los familiares aseguraron que Hilder pertenecía a las Fuerzas Armadas, lo cual aumentó la preocupación en torno al caso.
Horas después del reporte, comenzaron a circular imágenes perturbadoras a través de WhatsApp, en las que se observaba al joven atado de pies y manos, con una bolsa plástica cubriéndole el rostro. Los mensajes que acompañaban las imágenes exigían un rescate de 10 mil lempiras para su liberación.
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Ante la alarma, la Unidad Nacional Antisecuestros de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) activó un operativo urgente. Gracias a labores de inteligencia, a Hilder lo localizaron sano y salvo en una construcción ubicada en la colonia Villa Ernestina. Los agentes lo confrontaron y confesó que había planeado un montaje: él mismo había enviado las fotos y los mensajes para obtener dinero de sus parientes.
Ahora, el joven podría enfrentar serias repercusiones legales. De acuerdo con el Código Penal hondureño, quien simule ser víctima de un delito y provoque una actuación procesal por parte de una autoridad competente, incurre en el delito de simulación de infracción penal, el cual se castiga con una pena de prisión de seis meses a dos años y una multa de 100 a 300 días.
Además, las autoridades analizan si podría enfrentar un segundo cargo por tentativa de extorsión, lo que agravaría aún más su situación legal. Lo que parecía ser una broma o un plan para obtener dinero fácil, podría costarle la libertad.
