ATLÁNTIDA, HONDURAS. La falta de cupos en los hospitales apagó la existencia de una joven mujer originaria de Colón, pues, en busca de un espacio para ser atendida, su cuerpo se rindió y expiró.
Se trata de Dailin Obando Zavala, de 24 años de edad, quien pese al esfuerzo que realizaron sus familiares, murió de camino a un hospital de La Ceiba, ciudad novia de Honduras.
Y es que, según manifestaron sus parientes, su salud decayó de un día para otro, no por COVID-19, sino por una enfermedad en la sangre, con la que venía luchando desde hace varios años.
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Intentaron salvarle la vida a Dailin
Primero la movilizaron desde su natal Tocoa, Colón, hacia Tegucigalpa, capital del país, pero allí no encontró cupo para ser atendida por médicos. Entonces, un tanto resignados, sus familiares le llevaron de nuevo a su pueblo.
Estando allí, pensaron en llevarla esta vez a La Ceiba, Atlántida, y así lo hicieron, sin embargo, cuando iban en camino, Dailin Obando dio su último aliento. No alcanzó a llegar.
A pesar de que vivió poco, Dailin dejó una marca positiva e imborrable en los corazones de cada que persona que la conoció. El día 12 de este mes, mayo, iba a cumplir 25 años.
Amigos, familiares y vecinos le dieron cristiana sepultura este mismo día en el campo santo de la aldea de Lérida.
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