TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Olvin Alexander Perdomo es un joven hondureño de 16 años de edad que, durante la pandemia, le ha tocado buscar trabajo para poder comprar recargas y así recibir sus clases de manera virtual.
El menor de edad quien es originario de Agua Blanca, Francisco Morazán, expresó a medios locales que su sueño es poder graduarse de Contaduría y Finanzas para poder ayudar a su familia.
En ese sentido, el joven contó a la organización Transformemos Honduras que para comprar recargas y recibir sus clases, realiza mandados, vende leña, y lleva agua a los habitantes de la comunidad de Agua Blanca.
También trabaja medio tiempo en una ladrillera en la que ingresa a las 6:00 a.m. y sale a las 11:30 a.m. para continuar con sus estudios.
Además, Olvin no solo obtiene dinero para comprar internet y poder estudiar, sino que también le ayuda a su madre con la comida.
Otro sueño del menor, una vez que se gradué de la universidad, es conseguir un trabajo fijo para apoyar a su familia.
Según la información que se difundió, debido a la pandemia de la COVID-19, el padre del menor de edad tuvo que viajar al Distrito Central en busca de un mejor empleo.
Mientras que él (Olvin) y sus dos hermanos (un niño y una niña) quedaron bajo el cuidado de su madre en la comunidad de Agua Blanca.
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Grave profundización de la pobreza en el país
De acuerdo con el sociólogo, Eugenio Sosa, el caso de Olvin tiene que ver con la grave profundización y generalización de la pobreza que tiene el país.
Según el experto, los programas para la creación de empleos que años atrás se anunciaron han sido una farsa para todos los hondureños.
«Con la pandemia y los huracanes, según los empresarios, como mínimo se perdieron 500 mil empleos, la economía tiene problemas y la pobreza creció hasta el 70 por ciento, la extrema pobreza casi llega al 50 %. Es decir, que se tiene un deterioro enorme de las condiciones de vida».
«Sin embargo, el ejemplo de ese niño que trabaja para comprar recargas e ir a la escuela son casos excepcionales. La verdad es que la mayoría de niños, jóvenes y adolescentes que entran en una situación de extrema precariedad, incertidumbre y de no esperanza que el país va a cambiar, no toman el camino para trabajar y comprar recargas, sino que el camino que toman muchas veces es el de la violencia, de las pandillas, maras, migración, etc», expuso Sosa.
En ese sentido, aseguró que para enfrentar el gran tema de la pobreza se requieren políticas claves y certeras para la generación de empleos.
Educación para todos y de calidad
Asimismo, indicó que desde el Estado, las autoridades gubernamentales deben comprometerse primero con una educación para todos y todas, y de calidad.
«En esta pandemia estamos llegando a lo más profundo del deterioro educativo. Eso va a significar que la gente se va a retirar al tener una educación tan mala sin condiciones de conectividad. Se insiste en que en esta pandemia el Estado tuvo que garantizar la conectividad al 100 % de los educandos», expresó.
También, es necesario una política de salud que realmente atienda a la gente. Los sectores que medio trabajamos y que tenemos un salario como un profesor universitario como es mi caso, cuando tenemos hijos los mandamos a escuelas privadas o al centro de salud privado, el gasto es impresionante porque hay un sistema público totalmente fracasado», concluyó el experto.
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