Redacción. Un joven hondureño protagonizó un inusual caso de extorsión al fingir su propio secuestro con el fin de obtener tres millones de lempiras, dinero que, según confesó una vez localizado, pretendía usar para cambiar su carro por uno nuevo y saldar algunas deudas personales.
De acuerdo con el informe, la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS) logró descubrir el engaño y dar con su paradero en una vivienda del barrio La Zapera, en el municipio de Oropolí, El Paraíso.
El joven, identificado como Jonathan Adalberto García Ramírez, de 29 años y estudiante universitario, fue reportado como desaparecido hace tres días. La denuncia indicaba que supuestos desconocidos lo habían interceptado mientras se dirigía de Tegucigalpa a San Pedro Sula.

Según el relato, los supuestos secuestradores exigían de forma violenta la suma de tres millones de lempiras. Asimismo, amenazaban con asesinar al joven si no se realizaba el pago.
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Con ayuda de un amigo
La persona a la que se le exigía la recompensa era su madrina, una empresaria de San Pedro Sula que lo ha apoyado desde su infancia y cubre la mayoría de sus gastos. Pese a esta relación cercana, Jonathan decidió urdir un plan junto a un amigo cómplice, con quien se trasladó a la zona oriental del país para ocultarse y simular el secuestro.
Durante estos días, su cómplice era el encargado de realizar las llamadas con tono amenazante y exigir el dinero a la madrina del joven, según las autoridades.
Sin embargo, gracias al trabajo de inteligencia, los agentes localizaron este viernes al joven y a su cómplice descansando tranquilamente en la vivienda de este último, sin que el supuesto secuestrado presentara ningún daño físico.
Una vez detenido, García Ramírez confesó que él mismo planificó el falso secuestro por “necesidad económica”. También, admitió que pretendía utilizar el dinero para mejorar su vehículo y pagar algunas deudas personales.

Las autoridades informaron que este tipo de delitos son particularmente graves porque movilizan recursos institucionales. Además, pueden causar daños emocionales y financieros a las víctimas.
La Policía Nacional continúa con el proceso legal correspondiente contra ambos involucrados, quienes podrían enfrentar cargos por simulación de delito y extorsión.