SAN PEDRO SULA, HONDURAS. La lucha es constante para muchos hondureños que, a raíz de la pandemia del COVID-19, han perdido sus empleos, y ahora les toca emprender algún negocio para buscar la manera de sobrevivir.
La situación es aún más complicada para los jóvenes del país, quienes, además, deben pagar sus estudios por cuenta propia. Al no tener ingresos, se les dificulta seguir avanzando, sin embargo, muchos deciden no quedarse estancados.
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Un gran ejemplo de lo antes expuesto es la joven Mirian Coffe, quien, después de perder su empleo, tomó la determinación de comenzar un negocio, acompañada de su madre.
TIEMPO Digital se contactó con ella. Durante la conversación, explicó más a fondo cómo inició la idea y qué resultados ha tenido. Mirian dijo que la iniciativa fue suya, pero también recibió apoyo de su mamá. Entre ambas han logrado tener una buena aceptación y clientela.
«La idea empezó porque hace prácticamente dos meses perdí mi trabajo, y recién había empezado otra vez, por razones personales a estudiar en la universidad», agregó.
Después de eso, la joven se vio en un problema, pues no tenía ingresos para poder pagar las mensualidades de sus estudios, o continuar de lleno en la carrera de Psicología en una universidad privada de San Pedro Sula, donde actualmente cursa su primer año.
Según Mirian, a su madre siempre le ha gustado coleccionar cactus, por tanto, se les «prendió el foco», y decidieron comenzar a venderlos. La idea surgió de repente, pero, sin duda, ha sido una gran ayuda para la joven.
Hay días buenos y malos, como todo negocio, pero la joven comenzó a hacerse notar con una determinante acción. Ella le comentó a su madre que haría un cartel, colocó en él: «Vendo cactus para pagar la universidad».
Su madre no puso ‘peros’ a su idea, sino todo lo contrario, pues consideró que así podrían atraer a más personas. Así es como la joven se hizo notar. Un día, un ciudadano que llegó al lugar vio el cartel y le pidió autorización para una fotografía. El poder de las redes sociales se hizo evidente, pues de un momento a otro, la joven ya comenzó a tener más clientes.
Los precios de sus cactus son accesibles, pues van desde los 80 lempiras hasta los 120.
Por otro lado, la interacción de los internautas fue una enorme ayuda, pues muchos comenzaron a compartir la publicación
La visión de ella a largo plazo es similar a la de muchos jóvenes: «Poder graduarme de licenciada en Psicología, tratar de buscar otro país para sacar mi maestría y poder ejercer mi carrera», indicó.
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