Redacción. Osman Geovanny González es un dedicado y luchador hondureño que ha logrado cumplir uno de sus sueños: obtener su título como abogado. Lo logró gracias a su esmero y trabajo en la construcción.
El joven fue uno de los graduados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Él se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchos hondureños que desean graduarse.
González nació en un humilde pueblo y desde pequeño soñó con ser un respetado abogado. La falta de recursos económicos lo empujó a que trabajara desde su adolescencia para poder costearse los estudios.
El compatriota desde hace 8 años comenzó a laborar como albañil, oficio que lo ayudó a pagar su educación superior en el Alma Máter.
Las más de 8 horas diarias que Osman trabajaba como albañil no le impidieron tener buenas calificaciones en la UNAH. El joven se graduó con la distinción honorífica de Cum Laude, con un índice de 82%.
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«Un albañil también tiene derecho a cumplir sus sueños»
En sus redes sociales, el joven compartió con alegría la noticia de que había obtenido su título como abogado.
Osman subió una imagen de su título al lado de un casco que tenía escrito: «Un albañil también tiene derecho a cumplir sus sueños».
El aguerrido hondureño no pudo contener su emoción y en su cuenta de Facebook contó sobre su dura experiencia como albañil y estudiante.
«Lograr lo que estoy logrando me pone nostálgico. Cuando estoy solo me pongo a pensar todo lo que he vivido, cosas malas y buenas, pero que han dejado tanto marcas duras como bonitos recuerdos, esto quizá sea para poder demostrar en un futuro que en la vida todo es de perseverar, ser constante y de nunca rendirse, que los sueños se cumplen despiertos«, escribió.
Osman, además, animó a los demás compatriotas a luchar por sus sueños y confiar en Dios, enfatizando que todo lo que se quiere se puede lograr.
«Para mi este título es la mitad de mi vida invertida en dedicación, tiempo, dinero, estrés, etc… Es mi título, el cual me lo he ganado con sudor y sudor de verdad, trabajando como albañil más de 8 horas diarias. Todos los días me decía a mi mismo: tenés que salir de aquí, tenes que lograrlo», agregó.
Y concluyó diciendo: «Ojalá algún día pudiesen decir: «mírenlo, de donde salió y todo lo que logró»… Solo le pido a la vida más tiempo y que en ese tiempo las oportunidades que se den poder aprovecharlas».
