REDACCIÓN.- Se cumplió un año de los desgarradores acontecimientos de Eta, donde familias perdieron casas, personas murieron y todo se tornaba gris para el pueblo hondureño y más para los ciudadanos de la zona norte del país. En medio del caos surgieron héroes sin capa que arriesgaron sus propias vidas para salvar a otros, es el caso de José Mario Alemán Gómez.
Muchos lo recordarán por la icónica foto donde el miembro del Cuerpo de Bomberos hizo maniobras de rescate para salvar a una familia a la que solo le quedaban unos minutos antes de ser arrastrados por el río Cececapa en Santa Bárbara.
Pese al panorama y el tiempo que jugaban en contra, José con valentía logró rescatar no solo a esta familia, sino que a muchas personas más que necesitaban ayuda.
¿Qué pasó con José luego de los huracanes?
Aunque el tiempo pase volando las historias de rescate en José siguen a flor de piel. El bombero relató a Diario Tiempo cómo ha cambiado su vida desde los aterradores hechos de Eta e Iota, hasta los días actuales.
«Me siento muy orgulloso todavía por esa labor que hicimos en general con el Cuerpo de Bomberos y las demás instituciones como Cruz Roja y COPECO y siempre está ese espíritu de ayudar a los demás», declaró el joven bombero.
Asimismo dijo que gracias a las labores durante huracanes llegó a alcanzar uno de sus sueños más anhelados, ser miembro oficial del Cuerpo de Bomberos.
La particularidad del caso es que quien le notificó que sería un bombero oficialmente fue el presidente hondureño Juan Orlando Hernández. El mandatario se comunicó con José para citarlo en persona en el Aeropuerto Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula.
«Llegué, el presidente me estrechó la mano y me dijo que estaba muy orgulloso por mi labor», contó. «Después me dijo: ‘Bombero José Alemán, a partir de hoy es nombrado con plaza permanente en el Benemérito y Heroico Cuerpo de Bomberos de Honduras‘».
A pesar de toda la euforia vivida en esos días por recibir felicitaciones y respeto de los hondureños, se pensaría que este sentimiento acabaría al pasar el tiempo pero no es así. José conserva la misma luz del día que salvó a aquella familia, sigue con el entusiasmo y sobre todo, las ganas de ayudar a los demás.
«Disciplina, honor y abnegación»
«Disciplina, honor y abnegación», ese es el lema oficial del Cuerpo de Bomberos y es por el cual se rige este heroico miembro de la unidad.
«No solo porque ahora ya sea un bombero permanente no significa que me voy a dedicar a esto solo por un salario, no. Siempre hay que tener esa voluntad de ayudar», recalcó.
José afirma que él conserva la misma pasión del día uno como voluntario: «así como yo pertenecí al voluntariado de bomberos, para mí, yo sigo siendo un bombero voluntario», enfatizó el joven.
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Asegura que es algo innato en él, poder ayudar a las personas y de igual forma considera que todos los bomberos tienen la misma intención. También, destacó que hay un valor que tiene intrínseco en su mente y que todos deberían tener: «La sensibilidad humana».
José explicó que este valor es apoyar a una persona cuando se pueda y más importante, sin esperar nada a cambio. «Somos esa institución que no ve el físico, ni dinero, religión, política, o sea, somos una institución que solo trata de apoyar y ayudar a los demás».
La llama de rescate
El bombero comentó que ese día que rescató a la familia les llegó un aviso que tenían que ir a sacar unos cuerpos sin vida que habían quedado soterrados debido a los deslaves que provocaron los huracanes.
Pero de último momento, recibieron un reporte de unas personas que estaban atrapadas por un río se había apoderado de la zona y no podían salir. Es allí, cuando el comandante en Santa Bárbara tomó la dura decisión de cambiar de destino e ir a salvarlos.
«Pasamos por dos partes del río, la primera, llegaba el agua a las rodillas, la segunda, era un poco más profunda, ya la tercera, vi que era muy peligroso. Tiramos la cuerda y los otros tres bomberos que iban adelante de mí los arrastró la corriente, me asusté un poco pero en ese momento lo que uno más tiene es adrenalina y trata de hacer lo posible para cuidar a las personas», añadió José.
Asimismo, relató que al encontrarse en tan difícil situación, decidió sumergirse en las peligrosas aguas y nadar. Gracias a Dios pude llegar hacia el otro extremo del río, seguidamente tenía que cruzar el último paso donde se encontraban dos personas de la tercera edad y dos niños.
Mencionó que un factor clave para el éxito de la misión es la concentración ya que, son vidas humanas con las que tratan a diario.
Además, declaró que una semana después del rescate se reunió con la familia. «Estuve con ellos, hablamos y ellos estaban bien agradecidos. Aunque últimamente no he tenido comunicación con ellos espero que estén bien y que Gracias a Dios estuve ahí para ayudarlos en ese momento», agregó el joven.
Otras hazañas actuales
El bombero mencionó que hace una semana tuvo un rescate en la colonia El Carrizal donde una persona chocó con un bus y quedó atrapada. Él, junto a sus compañeros hicieron la importante labor de poder salvarlo del vehículo donde el ciudadano había quedado inmóvil.
Pero su experiencia más cercana a la muerte fue durante la Semana Santa de este 2021, donde una persona que pretendía salvar casi termina ahogándolo.
«Un señor con un poco de sobrepeso me agarró fuerte y yo me tuve que hundir hasta el fondo para que él me soltara, pero no quería hacerlo. En el fondo del agua yo sabía que tenía que salir con él. Estuve más de un minuto debajo del agua con el señor y como no podía salir, tuve que hacer un técnica de bomberos para soltarme y así poder salir con él otra vez hasta que lo llevé a la orilla», expresó el valiente bombero.
Una institución de disciplina
José reflexionó que a sus inicios él creía que ser bombero solo era apagar fuegos e incluso hay personas mayores que creen lo mismo. Lo cierto es que se trata de una institución de valores, entre ellos, resalta la disciplina.
«Cuando llegué, al principio no me pareció porque tenía que cortarme el pelo y tener disciplina, pero al pasar el tiempo fui viendo que teníamos que apoyar a las personas sin esperar nada a cambio», relató.
Al pasar el tiempo José mencionó que se sintió mejor dentro de la institución y poco a poco aprendió la disciplina de un bombero.
Por otra parte, el entrevistado animó a las personas que sienten esta pasión por ayudar a las personas y pertenecer al Cuerpo de Bomberos a que lo hagan ya que, son bienvenidos y que dentro de la institución son todos una gran familia.
Un año después del icónico rescate, así es como José Mario Alemán Gómez compartió parte de sus vivencias como bombero y la ardua labor que hacen estos «ángeles con casco», traje impermeable y el ímpetu de servir a la población sin excepción alguna.
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