Redacción. Como una persona honorable y enfocada en ayudar a los demás es recordado Jorge Juan Faraj Kalil, quien en vida fue un reconocido empresario que con su compromiso con el desarrollo de Honduras pudo alcanzar grandes éxitos.
Don Jorge es reconocido no solo por su visión empresarial, sino también por su integridad y responsabilidad. Siempre enfocado en el bienestar de las familias hondureñas, promovió la creación de empleo digno.
Su perdida ha generado mucha triste tanto en el mundo empresarial como comercial de Honduras. Con 86 años de edad, Don Jorge logró destacar como una de las personas más influyentes en Honduras mediante el trabajo duro y la dedicación.
Jorge Juan Faraj Khalil nació el 13 de enero de 1938 en Choloma, Cortés. Hijo de Juan y Elena Faraj, inmigrantes palestinos que llegaron al país en 1924.
El empresario junto a su esposa, Lili Faraj, con quien compartió 65 años de matrimonio, formó una sólida familia integrada por 5 hijos, 19 nietos y 10 bisnietos.
Inolvidable trayectoria
Su carrera comenzó en el comercio familiar en Casa Faraj y más tarde fundó Almacén Novedades.
Para 1965, se trasladó junto a su esposa a la ciudad de San Pedro Sula, lugar donde comenzó a perfilar su sueño: dedicarse por completo a ser un distribuidor de éxito. En 1974, junto a otros socios, fundó la empresa Zippers de Honduras.
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En 1976 dio un paso trascendental al fundar, junto a otros empresarios, Distribuciones Universales S.A. Diunsa, que con el tiempo se convirtió en la cadena de tiendas por departamento líder en el país.
Su legado sigue vivo en Diunsa, una empresa que continúa su labor bajo los principios y valores que él instauró. A Jorge Juan Faraj Kalil lo recordarán como un ejemplo de esfuerzo, compromiso y liderazgo en Honduras.
Tristeza en la familia Faraj
En un comunicado, la familia y la empresa pidieron oraciones a Dios por su descanso eterno, destacando la importancia de su vida y legado en el país.
El mensaje de despedida incluyó un versículo bíblico que resume el sentimiento de paz y consuelo en este momento difícil: «El Señor es mi pastor: nada me falta; en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce, y reconforta mi alma…» (Salmos 23:1-3).
