TEGUCIGALPA, HONDURAS. El talentoso volante del Club Olimpia, Jorge Álvarez, habló en exclusiva con Cronómetro y dio detalles de la operación, el proceso de recuperación y hasta se atrevió a dar fecha en la que volverá a ponerse los botines y vestirse de pantalón corto.
Ayer, en horas de la mañana, el 23 albo fue operado por un desgaste en el menisco de la pierna izquierda y ligamento cruzado. A su vez, detalló que en los primeros días de marzo ya estará a disposición de su entrenador, Pedro Troglio y disponible para ser tomado en cuenta por el seleccionador, Fabián Coito.
«La operación duró unos 30 o 40 minutos. Será un mes de recuperación, pero de reposo solo será una semana. Después de eso empiezo terapia, esto por unas dos semanas», explicó el diminuto medio centro tricolor.
De igual forma, ve con buenos ojos su participación en el Preolímpico de Guadalajara que se disputarán el próximo 20 de marzo hasta el 01 de abril del año en curso.
«Hay muchas probabilidades de que me recupere para el Preolímpico. El 10 de marzo o antes ya estaría listo», aseveró.
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Jorge Álvarez: «Troglio y Coito me escribieron»
Asimismo, Jorge confió a Cronómetro que tanto el técnico del Campeonísimo, Pedro Troglio, como el estratega de la Selección Nacional de Honduras, Fabián Coito, le escribieron tras salir del quirófano.
«El profe Troglio me escribió para decirme que estaba contento de que haya salido bien de la operación. Igual que el profe Coito, me mandó un mensaje de apoyo, de ánimo y me dijo que estaba contento porque todo salió bien y me deseó una recuperación rápida», reveló.
Jorge Álvarez comenzó a sentir molestias en su rodilla previo a los Juegos Panamericanos de Perú en donde, dicho se de paso, consiguieron la medalla de plata.
«Es una lesión vieja, que viene desde julio, antes de ir al Panamericano. Se me inflamó la rodilla, me sacaron líquido y después de eso se me calmó, pero cuando comencé a entrenar fuerte y en cancha dura comenzaba a sentir malestar en la rodilla y además de que se me inflamaba», contó.
Del mismo modo, indicó que operarse fue la mejor decisión. Lo anterior, porque, aunque siguiera realizando terapias, el dolor siempre iba a volver.
«Estoy muy positivo porque sé que tomé una buena decisión. Si no me operaba, podía seguir con terapias, pero siempre iba a estar el mismo problema. Operarme era lo mejor. Además de que después de la operación, me dijo el médico que todo iba a quedar bien», concluyó.
