AFP. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden se rio de los chistes sobre su edad en la tradicional cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca que se realizó ayer sábado.
El evento estuvo lleno de bromas pero también con sombríos llamados a liberar a los periodistas encarcelados en el extranjero.
El gobernante estadounidense asistió a la gran fiesta anual de las élites políticas y mediáticas de Washington. La fiesta es un ritual centenario en la capital estadounidense que se había visto deslucido en los últimos años, boicoteado primero por el exmandatario Donald Trump. La cena había sido cancelada en el pasado por la pandemia de la COVID-19.
El show después de la cena estuvo a cargo del humorista del programa «The Daily Show» Roy Wood Jr., quien aludió a las masivas manifestaciones en Francia contra el aumento de la edad jubilatoria para remarcar que Biden, quien se postula a la reelección, podría llegar a permanecer en el cargo hasta los 86 años.
En Francia, «se alzaron porque no quieren trabajar hasta los 64 años. En Estados Unidos, en cambio, tenemos a un hombre de 80 años que ruega por tener trabajo por cuatro años más», espetó a unos metros de Biden. El presidente respondió ese comentario con una sonrisa.
«‘Déjenme terminar el trabajo’, no es una consigna de campaña, es una súplica», agregó Wood. «Pueden decir lo que quieran sobre nuestro presidente, pero cuando despierta de su siesta, hace el trabajo».
Chiste sobre Harry Styles
A su turno, Biden se burló del magnate de los medios Rupert Murdoch, un multimillonario de 92 años dueño de la cadena conservadora Fox News.
«Ustedes podrían pensar que no me gusta Rupert Murdoch, pero eso no es verdad. ¿Cómo no me podría gustar un hombre que hace que yo parezca Harry Styles?», dijo el presidente en referencia a una estrella del pop de 29 años.
Biden también apuntó contra el expresentador de CNN Don Lemon, despedido días atrás tras hacer comentarios negativos sobre las mujeres. Asimismo, el despido también se debió a chistes referentes al envejecimiento que fueron considerados sexistas.
«Díganme que soy viejo, yo lo considero estar curtido. Ustedes dicen que soy anciano, yo considero que soy sabio. Ustedes dicen que ya estoy mayor, Don Lemon diría que eso es ser un hombre en la flor de la vida», afirmó.
Libertad de prensa
La velada, una cita imperdible en el calendario de la vida social de la capital estadounidense que el año pasado se reinició pero se vio eclipsada por el uso de mascarillas y el distanciamiento social, tuvo lugar ayer en horas de la tarde-noche. Las entradas estaban agotadas, dijo una fuente.
A la gala asistieron 2.600 invitados, realizada en el hotel Washington Hilton. En la cena estuvo presente tanto Biden como la vicepresidenta Kamala Harris.
La asistencia del presidente y la vicepresidenta restauró una tradición cumplida por última vez en 2016, la cena final de Barack Obama antes de que Trump ingresara a la Casa Blanca.
«Amigos, es maravilloso estar aquí de nuevo, demostrando que no he aprendido nada», dijo Biden.
La ocasión está destinada a celebrar las garantías de libertad de expresión de la Primera Enmienda de la Constitución y abogar por una prensa libre en todo el mundo.
Antes de la cena, Biden se reunió con la familia de Evan Gershkovich, un reportero del diario The Wall Street Journal arrestado y encarcelado en Rusia el mes pasado por cargos de espionaje.
Rusia
Los funcionarios estadounidenses niegan enérgicamente las acusaciones y se ha lanzado una gran campaña mediática para presionar por su liberación.
Gershkovich, quien anteriormente trabajó para la AFP, es el primer periodista extranjero arrestado en Rusia por cargos de espionaje desde el colapso de la Unión Soviética.
«Estamos trabajando todos los días para asegurar su liberación. Estamos buscando oportunidades y formas para traerlo a casa. Mantenemos la fe», dijo Biden.
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia siguen congeladas más de un año después de la invasión rusa de Ucrania. Esta semana, Moscú dijo que le había negado una visita consular a Gershkovich en represalia porque Washington no emitió visas a varios periodistas rusos.
Entre los invitados estrella de la cena del sábado también estuvo la basquetbolista Brittney Griner, liberada por Rusia como parte de un canje de prisioneros el año pasado, quien prometió luchar por otros detenidos.