Redacción. La actriz Jennifer Aniston sorprendió al revelar la razón por la cual no utiliza ni piensa en un futuro cercano o lejano abrir una cuenta en la famosa plataforma de videos TikTok.
En 2019, la protagonista de la serie Friends causó asombro al abrir su cuenta personal de Instagram, pues durante años se había resistido a dar el salto a la esfera digital, tanto por el celo con el que protege su intimidad como por los riesgos que a su parecer entrañan las redes sociales.
Desde entonces, las fotos que comparte la estrella de Hollywood en la plataforma generan millones de ‘likes’, precisamente porque no aparecen con frecuencia.
El rastro de la artista también se aprecia en los comentarios que deja de vez en cuando en las publicaciones de sus amigos y compañeros de profesión. Podría decirse que Jennifer Aniston le ha perdido un poco al miedo a la cultura de internet: nada más lejos de la realidad.
Lea también: Muere inolvidable actor de la serie «Friends»
«No tengo TikTok, y nunca lo tendré»
Sin embargo, en su última entrevista con ‘Entertainment Tonight’, a la intérprete de 55 años se le ha preguntado si ha considerado la posibilidad de hacerse una cuenta en TikTok, la red social más popular del momento entre los jóvenes.
Al respecto, su respuesta ha sido rotunda: «No tengo TikTok, y nunca lo tendré. Simplemente no quiero. No me voy a suscribir a otra cosa que me arruinaría la vida, o la de otras personas».
Jennifer ya ha experimentado de primera mano algunos de los efectos más perniciosos del uso prolongado de las redes sociales. «Es que te atrapa y luego te das cuenta de que has malgastado horas de tu vida. A veces no puedo creerlo, cuando me veo inmersa en una espiral absoluta de vídeos de perritos, cachorritos, animales rescatados, bebés y gatos. Y esas son las cosas que me gustan…», ha contado.
Hay muchos contenidos que no sólo no le gustan, sino que considera peligrosos para la salud mental, sobre todo la de las nuevas generaciones. La actriz se refiere concretamente a esas publicaciones que tratan de proyectar una realidad tan idílica como artificiosa, que «promueve las comparaciones» y reafirma los cánones de belleza «menos realistas».
«Creo que como sociedad no estamos diseñados para procesar toda esa información, a esa velocidad y con esa frecuencia. Creo que no es bueno para nosotros. No es sano», ha afirmado.