Redacción. Ante la reciente decisión del Gobierno de Honduras de desistir en la construcción de la mega cárcel en las Islas del Cisne, surge una interrogante crucial: ¿qué hacer ahora con este valioso territorio?
Este archipiélago, ubicado en un punto estratégico del Caribe, no solo es un activo geopolítico, sino también un enclave con un rico ecosistema que merece ser analizado desde una perspectiva integral.
Con ocho kilómetros cuadrados de extensión, la Isla del Cisne se caracteriza por su belleza natural y su aislamiento geográfico. Sus playas de arena blanca y aguas cristalinas esconden un entorno desafiante para cualquier intento de urbanización.
Asimismo, su ubicación remota, a más de 250 kilómetros de la costa de Honduras, presenta un reto logístico significativo para el transporte de materiales y provisiones, de acuerdo con un informe de Alerta Temprana realizada por el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).
Terreno de la Isla del Cisne
Ante la incertidumbre sobre qué hacer o que proyecto implementar a futuro en el terreno de la Isla del Cisne, Diario Tiempo se contactó con el delegado adjunto del Conadeh, Ricardo López. Él explicó las afectaciones que hubiera traído una construcción como la que se pretendía en dicha zona.
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«Las autoridades no pueden construir algún proyecto en el terreno de la Isla del Cisne, sin antes investigar y mandar un equipo de expertos ambientales para que evalúen las condiciones y las afectaciones que provocaría la instalación de algún proyecto en dicha isla», expresó López en exclusiva para Diario Tiempo.
Asimismo, el representante del Conadeh destacó que en el informe de Alerta Temprana que envió el ente al Gobierno de Honduras, se especificaba el impacto negativo que traería la construcción de algún proyecto habitacional en dicha zona.
López también remarcó que la construcción de una cárcel de máxima seguridad en el Caribe de Honduras fue una idea mal analizada tomando en consideración todos los aspectos de logística que deben de ser primordiales a la hora de edificar un centro penitenciario.
Afectaciones por construcción en la Isla del Cisne
Según el Conadeh, el clima extremo de la isla, con frecuentes tormentas tropicales y exposición a huracanes, representa un riesgo constante para cualquier estructura construida en el lugar.
Además, la falta de una fuente natural de agua dulce obliga a depender de tecnologías costosas como plantas desalinizadoras o el transporte de agua desde otras zonas.
Ricardo López remarcó que una de las mayores afectaciones a considerar para construir un proyecto es el acceso limitado para las personas. Esto se debe a la difícil ubicación de la Isla del Cisne, lo que complica cualquier tipo de desarrollo.
«Ningún proyecto de construcción es viable»
Sobre la construcción de proyectos en la zona insular, el geógrafo Carlos Héctor Sabillón explicó para Diario Tiempo que el terreno no es apto para la construcción de ningún proyecto habitacional.
«Ahí no hay un uso intensivo de la tierra. Además, al no tener agua dulce las islas limitan las actividades que puedan hacerse. Y al haber sido declarada como una reserva no se puede pensar en ir a construir hoteles o zonas de uso intensivo del suelo», dijo Sabillón.
El geógrafo considera que la Isla del Cisne solo puede utilizarse con el objetivo de proteger el ecosistema en ese lugar. También mencionó que podría destinarse para la instalación de un equipo de radares que identifique embarcaciones o aviones que cruzan por esa zona.
«Son islas muy pequeñas, que básicamente son utilizadas como zona de protección de especies, porque ahí se encuentran aves, reptiles y animales marinos. Por lo tanto, el uso para una estación meteorológica es para lo que se puede utilizar el terreno de la Isla del Cisne», dijo el experto.
Desaprobación de cualquier proyecto
La especialista ambiental de la Asociación por una Sociedad más Justa (ASJ), Ana Velásquez, enfatizó que el sector ambientalista desaprobará cualquier construcción en la Isla del Cisne debido a las afectaciones que causaría al país.
«En primera instancia, la seguridad nacional no debe implicar la destrucción del medio ambiente. Existen alternativas sostenibles y respetuosas de los derechos humanos y ambientales para garantizar la seguridad en zonas estratégicas como las Islas del Cisne, sin necesidad de construir algún proyecto», detalló Velásquez.
Asimismo, la especialista destacó que cualquier construcción en la isla representaría una destrucción de la única área protegida oceánica de Honduras. Por ende, la ASJ está en contra de la instalación de algún proyecto.
«Las Islas del Cisne representan un área protegida de incalculable valor para la biodiversidad y la sostenibilidad pesquera de Honduras y países vecinos. Cualquier intervención que amenace su integridad constituye un crimen contra el patrimonio natural y los derechos de las generaciones presentes y futuras», aclaró la ambientalista.
Concluyendo, la ASJ exigió al gobierno tomar medidas inmediatas para derogar definitivamente el proyecto de construcción en la zona insular. Además, la entidad de sociedad civil enfatiza la importancia de proteger este territorio único, preservando su valor ecológico y cultural.
Por último, la ASJ remarcó que la urgencia de atender las demandas de comunidades como La Mosquitia y Guanaja, priorizando su bienestar y desarrollo sostenible.
Belleza de la Isla de Cisne
Desde la década de 1970, esta área protegida ha mantenido presencia militar. Es la única con este tipo de resguardo de las que conforman el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Honduras y Vida Silvestre de Honduras (SINAPH).
Aunque su belleza y aislamiento la convierten en un lugar fascinante, la Isla del Cisne tiene serias limitaciones que afectan su habitabilidad. Estas condiciones complican su uso para asentamientos humanos o desarrollos sostenibles.
Por esta razón, resulta difícil considerarla viable para futuros proyectos de desarrollo a gran escala, especialmente en términos económicos y ambientales.
Su mejor uso podría ser como un refugio para la biodiversidad, como sugieren los expertos, y un ejemplo de cómo preservar la vida marina.