Redacción. Las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) han identificado similitudes en los crímenes en contra de dos jóvenes técnicos de una compañía de cable y dos estudiantes del Instituto Tecnológico de Administración de Empresas (INTAE), y tendrían que ver con disputas entre grupos criminales.
En el caso de los técnicos, desaparecieron luego de acudir a realizar una instalación en una vivienda en la colonia El Pedregal de Comayagüela. Sus familiares alertaron a las autoridades sobre su desaparición y tras días de búsqueda, los localizaron sin vida en la aldea Yaguacire, al sur del Distrito Central.
Entre tanto, a los dos jóvenes estudiantes, también los raptaron, pero en San Pedro Sula, Cortés, al norte de Honduras, mientras, presuntamente realizaban tareas en la colonia La Pradera, pero aparecieron muertos en la colonia Reparto Lempira.

De acuerdo con las primeras investigaciones de las autoridades policiales, todos habrían sido ejecutados por estructuras criminales, bajo la sospecha de que colaboraban con sus grupos rivales.
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Las víctimas: personas trabajadoras y estudiantes
Los técnicos de la empresa de cable asesinados eran Mario Enrique Medina Vásquez, de 28 años, y Cristopher Enmanuel Vallejo Centeno, de 22 años. Un punto toral en este caso es que, ambos andaban en su jornada laboral, realizando una instalación cuando los raptaron y llevaron por la fuerza para quitarles la vida.

A tan solo un par de semanas del violento hecho que sacudió la capital hondureña, se confirmó que Brayan Josué Núñez y Luis Eduardo Cardona de tan solo 17 años, atravesaron prácticamente la misma situación.
En los dos casos, las autoridades indicaron que miembros de la estructura criminal Pandilla 18, que opera principalmente en las ciudades más grandes del país, estaría detrás de la ejecución de los crímenes.
La investigación derivada del asesinato de los dos técnicos señaló que los habrían confundido de manera errónea con miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13), y al ingresar a El Pedregal, dominado por la 18, encontraron su sentencia de muerte.

Se ensañan con inocentes
Mientras tanto, las indagaciones en torno a los dos estudiantes revelan que los interceptaron también pandilleros en la colonia La Pradera. Los adolescentes cruzaron un sitio dominado sin saberlo, lo que muestra que los delincuentes tienen «fronteras» que dividen los territorios controlados.
En el caso de los técnicos, los llevaron hasta una zona en las afueras de la capital para ejecutarlos. Los cuerpos quedaron en medio de promontorios de basura y por los días que habían pasado, los hallaron en estado de descomposición.
Por su parte, a los dos estudiantes los llevaron a un basurero, donde les dispararon hasta quitarles la vida. Un tercer muchacho logró sobrevivir al ataque armado. Las autoridades del centro educativo aseguraron que los jóvenes no tenían nada que ver con las estructuras.

Los dos crímenes con un saldo de cuatro víctimas en las dos principales ciudades del país, estaría reflejando una situación alarmante en torno al «control territorial» que ejercen las maras y pandillas en algunas colonias, sumado a que están aplicando patrones de violencia en contra de inocentes.