TEGUCIGALPA. El Cerro de Hula, ubicado a unos 20 minutos de la capital hondureña Tegucigalpa, encierra una historia sin precedentes en el país, puesto que en él está el banco de terrazas agrícolas más grandes de todo Mesoamérica.
Este descubrimiento de dimensiones colosales podría cambiar la historia conocida de los pueblos prehispánicos en lo que se refiere a transferencia de tecnología entre las culturas del continente, kilómetros y kilómetros de terrazas de cultivo prehispánicas se encuentran a la vista de todos en el Cerro de Hula y casi nadie se percata de ello.
Aunque se ha escrito mucho sobre el Cerro de Hula, y sus terrazas agrícolas, fue el Instituto Hondureño de Turismo (IHT), quien confirmó la existencia de este monumento arqueológico, y por consecuencia, fue ratificado por varios investigadores que hasta el momento continúan maravillándose por este descubrimiento que colocaría a Honduras de nuevo en el ojo del mundo.
La obra más espectacular de este tipo son las Machu Picchu, Perú, con grandes terrazas de cultivo que permitieron que miles de personas se alimentaran en zonas montañosas y agrestes y de gran elevación, donde era imposible cultivar de la forma tradicional.
Investigadores aseguran que de no existir esas terrazas Machu Picchu jamás pudo haber existido y mucho menos ser la enorme ciudad que fue y que hoy ha dejado un enorme legado.
De acuerdo a las indagaciones realizadas por el talentoso investigador Arturo Sosa, fue posible que los hallazgos realizados por el Ingeniero Juan Jacobo Zelaya Guillen salieran a la luz pública, y se trata de los campos de cultivo prehispánicos más grandes de toda Mesoamérica, localizados en toda la extensión del Cerro de Hula y, según él, fueron construidos 800 años antes que los de Machu Picchu del Perú.
Zelaya Guillen, investigador del Cerro de Hula por más de 30 años, indicó que la naturaleza del terreno, que tiene apariencia arcillosa, es la misma condición que tiene El Balín en el Lago del Yojoa.
“No está en Siberia, ni en el Sahara, sino a solo 20 minutos sobre la carretera asfaltada de la ciudad capital de este bendito país; Hemos llegado a la conclusión en primera instancia, que las terrazas pueden tener al menos unos mil años de antigüedad, pero debemos seguir investigando, pero de lo que no hay duda, es que si existen”, comentó el estudioso.
El IHT busca el financiamiento para oficializar las hipótesis y teorías que hasta el momento giran en torno al Cerro de Hula, y además, que se convierta en la primera zona geoturística de Honduras y Centro América. Este hecho podría cambiar la historia de Mesoamérica y abre nuevas interrogantes sobre la inteligencia de los Lencas.
CONTEXTO GEOGRÁFICO
El Cerro de Hula es parte de la Sierra de Lepaterique, situado entre la reserva de la biosfera de Hierba Buena y la reserva biológica de Uyuca. Incluye la subcuenca de Upare de los río San José y Guacerique.
El municipio de Santa Ana de Hula (Abundancia de Hule) tiene su territorio discontinuo más hacia el oriente de San Buena Ventura e incluye San Isidro del Izopo, donde también hay una enorme área protegida por terrazas de banco que es patrimonio cultural de los santaneros
CONTEXTO HISTÓRICO
Existe un documento colonial en el archivo nacional de Honduras que registra contundentemente el título de propiedad del Cerro de Hula al reparto de indios de la mina de Guasucarán.
En el capítulo IX del libro “Exploraciones y Aventuras en Honduras 1857” de William Wells, se refiere a las terrazas como sucesión de tierras planas y metas.
DATO
Desde la década de los 80, el Ingeniero Zelaya descubrió que lo que parecían simples “cercos de piedra” que delimitaban propiedades eran los límites de terrazas de cultivo, cientos de kilómetros de ellas en casi toda meseta superior del Cerro de Hula, estas terrazas, según los lugareños de ascendencia Lenca, son herencia de sus ancestros, pero nadie en realidad sabe algo preciso sobre su historia.
Tomado de: http://www.hondurastips.hn/
