SAN PEDRO SULA. La imponente industria del azúcar en Honduras, dotada de enormes subsidios y de operar en un mercado cautivo, sigue funcionando como un oligopolio ante la inoperante fiscalización de las autoridades nacionales.
Esta industria anualmente genera 200 mil empleos directos e indirectos, produce 11 millones de quintales, atrae hasta 85 millones de dólares en divisas y hasta genera su propia fuente de energía a partir del bagazo de caña. Ademas, aporta un 1.5 % al Producto Interno Bruto (PIB).
Ese es el lado bueno e impresionante de este rubro. Pero esas bondades, muchas veces, se convierten en cheque en blanco para sus operaciones.
Formalmente la industria está representada por la Asociación de Productores de Azúcar de Honduras (APAH), la Central de Ingenios S.A. (CISA) y seis ingenios enumerados a continuación:
- Azucarera Tres Valles S.A., ubicada en Cantarranas, Francisco Morazán.
- Compañía Azucarera Hondureña S.A., ubicada en Villanueva, Cortés.
- Azucarera La Grecia S.A., ubicada en Marcovia, Choluteca.
- Compañía Azucarera SER Chumbagua, ubicada en San Marcos, Santa Bárbara.
- Azucarera Choluteca S.A., ubicada en Marcovia, Choluteca.
- Azucarera Yojoa S.A., ubicada en Río Lindo, Cortés.
La estructura de esta industria la conforman los ingenios que producen la azúcar y CISA que comercializa y vende el azúcar, bajo parámetros que solo ellos saben.
En los últimos meses, por ejemplo, reportes indicaron que el precio internacional se vino abajo y en contraste CISA anunció alzas en los precios del azúcar que se vende en el mercado nacional.
Vendedores de CISA notificaron a los mayoristas el 11 de junio sobre un alza a los precios; una semana después, el lunes 17 de junio, se cumplió. La variación en el costo del azúcar iba desde L2 hasta L12.
CISA distribuye cinco marcas: El Cañal, Doña Matilde y Prieta, azúcar blanca. Agregadas hay dos más: El Cañal Premium y Doña Matilde Morena.
En el caso de las tres marcas de azúcar blanca, se conoció que la más barata era la Prieta, seguida por Doña Matilde y El Cañal con un costo más elevado. Pero en esta ocasión, cada una sufrió el mismo aumento.
El cuadro de precios expuesto arriba establece el valor que, de ahora en adelante, tiene cada una sin importar si es El Cañal, Doña Matilde o Prieta. El mismo día, igualaron costos en las tres marcas de azúcar blanca.
¿Por qué nadie avisó previamente o reportó el alza? A raíz de las denuncias, reporteros de TIEMPO TV iniciaron una investigación para confirmar o desmentir la información, y se toparon con una industria casi «fantasma».
Desde páginas web, redes sociales, hasta sus directivos, manejan con hermetismo u ocultan por completo los datos referentes a la industria azucarera. Entre más se trataba de corroborar la denuncia de seguidores de Diario TIEMPO Digital, más dudas surgían.
Altos ejecutivos de la industria
Dada la poca o nula información de contacto (correo electrónico o números telefónicos) de la página web de CISA, la comercializadora del azúcar, en primera instancia se contactó a uno de los empresarios del rubro.
Pero se limitó a remitir a los reporteros a hablar con Gerardo Guillén, director ejecutivo de la APAH y vocero de la industria azucarera.
El problema no solamente se centraba en una industria cerrada; medios de comunicación tampoco reportaron sobre el incremento. Los informes o notas publicadas eran antiguos o solo hacían alusión a la producción y generación anual de divisas.
Declaraciones de vocero de la industria
Luego de más de una semana esperando señales de la industria, reporteros de TIEMPO TV se reunieron con Guillén, quien aseguró ser vocero del rubro azucarero, de CISA y de los siete ingenios. No obstante, se negó a brindar una entrevista formal, solo accedió a una plática informal y sin la posibilidad de grabarla.
Reunidos en la recepción del Hotel Real Intercontinental de San Pedro Sula, Gerardo dejó en evidencia que incluso él, como vocero de la industria, desconoce aspectos relacionados a la estructura de CISA, la importante comercializadora.
Pero ante la interrogante de los precios explicó que no se ha registrado ningún incremento y que, al menos durante sus 6 años como vocero, no ha habido variación.
Agregó que ni la industria, ni los ingenios, ni CISA, interfieren en cuánto valdrá el azúcar; factores como el precio internacional o la oferta y mercado son los que, según Guillén, determinan el costo final.
¿Cómo se justifica entonces el alza a los bodegueros? Los afectados indican que vendedores de CISA les notificaron del aumento y lo atribuyeron a una orden de gerencia general de la compañía. Al respecto, el vocero se defiende sosteniendo que puede tratarse de especulación o reventas.
A la Suplidora Nacional de Productos Básicos (BANASUPRO) le brindan costos preferenciales, más bajos. Al consultársele sobre cómo lo manejan, el representante de la industria dijo que se firma un convenio con cada ingenio azucarero.
Asimismo, BANASUPRO luego envía una solicitud a cada ingenio para obtener rebajas y cada uno decide si lo autoriza. Esta práctica no concuerda con lo que asegura Guillén: las empresas azucareras no fijaban precios.
¿Para BANASUPRO sí pero para los mayoristas no? CISA somete a su antojo a los mayoristas con los precios, marcas y prácticas que ellos desean. ¿Será que sus acciones tienen una segunda intención? ¿Pretenden tachar esa relación y proveer directamente a los vendedores minoristas?
Sin nadie que vigile las prácticas de CISA, los minoristas serán los próximos en recibir el «trancazo» que, al final, afecta el bolsillo de todos los consumidores. Aunque ocurre desde hace ya tiempo y tal parece que no hay ente regulador: ¿Por qué el azúcar en Honduras ($36.50) se vende a más del doble del precio que en el extranjero ($16.50)?
¿Y la competencia?
Siendo el azúcar un producto primordial en las cocinas hondureñas, ¿qué dice la ley sobre igualar costos? La Ley para la Defensa y Promoción de la Libre Competencia en el artículo 5, inciso 1, de «Las Prácticas y Conductas Prohibidas» dice lo siguiente:
ARTÍCULO 5.- PRÁCTICAS RESTRICTIVAS PROHIBIDAS POR SU NATURALEZA. Se prohíben los contratos, convenios, prácticas concertadas, combinaciones o arreglos entre agentes económicos competidores o competidores potenciales, escritos o verbales, cuyo objeto o efecto fundamental sea cualquiera de los siguientes:
1) Establecer precios, tarifas o descuentos;
De acuerdo a la denuncia de bodegueros, los ingenios o CISA están fijando precios para el azúcar, una práctica prohibida por la ley y, por la cual, antes ya habían sido sancionados.
En 2010, la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia (CDPC) sancionó a seis de los siete ingenios de Honduras por «establecer precios, tarifas o descuentos», según dicta la RESOLUCIÓN NÚMERO 023-CDPC-2010-AÑO-V.
La investigación del rubro inició el 5 de enero de 2008 y se analizó el periodo 2006-2008, en los cuales se registraron dos aumentos. Entre los indicios que sirvieron de soporte para la imputación de los cargos figura:
«Se evidenció que los precios de venta por parte de los agentes económicos involucrados a Central de Ingenios (CISA) son exactamente los mismos entre cada uno de los seis ingenios azucareros (diferenciados por tipos de azúcar, categorías y/o clientes y calidades), manteniéndose una igualdad o uniformidad en los precios de venta (sin importar su tamaño, ubicación geográfica y volumen de ventas) a Central de Ingenios S.A. (CISA), durante el periodo 2006-2008 analizado y en el cual se registraron los últimos dos aumentos».
¿Oligopolio en la industria azucarera?
Asimismo, la comisión identificó tres factores que sostienen la actuación concertada y que denota la pérdida de un elemento esencial de la competencia efectiva, que es la independencia en las decisiones entre los ingenios azucareros o competidores del segmento primario de la producción de azúcar. Estos son los siguientes:
- En la industria del azúcar en Honduras, el producto transado es homogéneo.
- El grado de sustituibilidad del azúcar en el mercado nacional es casi inexistente y está dado por pequeñas cantidades de edulcorantes artificiales y por la producción, cada vez más reducida, del producto sustitutivo denominado panela o rapadura de dulce.
- Por el lado de la demanda del azúcar, esta es inelástica, dado que el consumidor (doméstico o industrial) no variará su patrón de consumo ya sea que el precio suba o baje.
¿Qué es colusión tácita?
Es la coordinación consciente de las conductas de los agentes económicos, con el propósito de limitar la libre competencia entre los involucrados. Según la CDPC, no necesita involucrar un acuerdo explícito ni una comunicación entre las empresas, por lo que la evidencia se basará en pruebas indirectas.
Por lo cual, la CDPC señaló a los ingenios de practicar comportamientos colusorios; tales como una estructura de mercado concentrada y la obtención de ganancias en el segmento primario de la cadena que, a priori, no podía explicarse desde escenario libre de competencia.
Interpretando el enunciado y comparándolo con la actualidad, si no se reúnen los directivos de las azucareras para fijar precios, ¿cómo es posible que una panadería de Tegucigalpa y otra de Puerto Cortés, abastecidas por distintos ingenios tengan el mismo precio o reciban aumento de precio el mismo día?
En 2010, al mismo tiempo, la comisión acusó a los ingenios de sostener una estructura oligopólica. A continuación la explicación brindada en el documento de la resolución:
«Si bien se enmarca a esta industria bajo una estructura oligopólica, no estamos aseverando que la misma ‘per se’ sea restrictiva de la libre competencia, pero sí reafirmamos lo que la teoría enuncia, en el sentido que el número de participantes en un mercado facilita o determina una mayor probabilidad de colusión, que conduzca a la realización de acuerdos, en este caso de fijación de precios».
Agregando sobre la fijación de costos que «bajo esta estructura, la generalidad es que todas las empresas se beneficien al evitar las guerras de precios y al intentar ponerse de acuerdo para aplicar precios más elevados y proteger el volumen de ventas».
CISA, durante casi cuatro décadas, ha sido la única comercializadora nacional de azúcar. Al alinear sus acciones para eliminar de la cadena de distribución a los mayoristas, la imagen de oligopolio se afianza.
¿Y la competencia internacional?
Por otro lado, ¿qué ocurre con la competencia internacional? Según el vocero de la industria, cualquier productor extranjero puede venir a Honduras a vender su azúcar, siempre y cuando pague los aranceles, pero ¿de cuánto hablamos?
Sumado a ello, sostuvo que a industria azucarera hondureña sí tiene competencia extranjera. No obstante, este extremo fue desmentido por reporteros de TIEMPO TV que visitaron los supermercados siguientes:
- Supermercado Colonial
- Comisariato Los Andes
- Supermercados La Colonia
- Supermercado Junior
- Supermercados La Antorcha
En supermercados Colonial, Los Andes y La Colonia se encontró azúcar Splenda; en el Colonial y La Colonia también había Domino Sugar (mayormente utilizada para hornear) y Azu Lite con Stevia (azúcar light).
¿Se puede considerar estas tres marcas como competencia real para el azúcar hondureña? Splenda y Azu Lite son sustitutos y Domino no cumple las funciones para todas las actividades de cocina.
Sanciones impuestas
En 2010, cuando la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia (CDPC) probó las acusaciones contra los ingenios azucareros se impusieron millonarias sanciones.
«ARTÍCULO 37.- MULTAS SANCIONADORAS. Por las prácticas o conductas prohibidas en los artículos 5 y 7 de la presente ley, la comisión impondrá mediante resolución motivada y tomando en consideración los criterios del Artículo 39, una multa por agente económico equivalente a tres (3) veces el monto del beneficio económico obtenido. En caso de que no sea posible determinar el monto de este beneficio, la Comisión fijará una multa que en ningún caso podrá exceder el diez por ciento (10 %) de la utilidad bruta en ventas del año fiscal precedente.
En caso de notificación extemporánea de una operación de concentración, falta de entrega o atraso en la entrega de la información solicitada por la Comisión, se aplicará al infractor una multa igual a la establecida en el Artículo 41.
Sin perjuicio de la imposición de las multas a que se refiere el presente artículo, la comisión ordenará el cese de las prácticas o conductas prohibidas por la presente ley.
El Reglamento de esta ley establecerá diferentes grados en la aplicación de estas penas, tomando en consideración la gravedad de la conducta y los demás parámetros que establece el Artículo 39 de esta ley.«
Según el Beneficio Económico Obtenido y la Utilidad Bruta en Ventas, las sanciones fueron:
Las razones por las que en 2010 fueron sancionados parecen repetirse: ¿CISA y los ingenios con prácticas oligopólicas otra vez? ¿Por qué en esta ocasión la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia no ha investigado o se ha pronunciado? ¿Acaso no dieron seguimiento al caso?
Se envió un cuestionario con 15 interrogantes a la CDPC el pasado 22 de agosto y casi un mes después, no hay respuesta. La relacionadora pública de la institución no respondió los mensajes y llamadas de los reporteros. La misma entrevista se envió el 18 de septiembre mediante una solicitud al Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).
TIEMPO TV se encontró con una industria cerrada y hermética, ¿ahora también se convirtió en el rubro intocable? ¿Quiénes y por qué lo protegen? Según una fuente confiable que contactó a los reporteros del medio, los azucareros fueron de los mayores aportantes a las campañas políticas en el último proceso de elección.
Por lo cual se procedió a consultar a la Unidad de Política Limpia a través del IAIP y una semana después respondieron escudándose en que es INFORMACIÓN RESERVADA.
Las instituciones se niegan a hablar de la industria y personas del rubro se niegan a informar sobre cómo definen precios y cómo CISA comercializa azúcar. ¿Cuál es la razón?
La encuesta con estas preguntas fue entregada en las instalaciones de CISA para hacerla llegar a la junta directiva; mas no se recibió respuesta, solo la seguridad que llegó a manos del director ejecutivo, el Licenciado Robert Vinelli.
Mientras tanto, el silencio de los azucareros obliga a imaginar que el oligopolio de la industria del azúcar sigue esquilmando los bolsillos de los consumidores ante la mirada e incapacidad de las organizaciones encargadas de fizcalizar la libre competencia y proteger a los consumidores.
