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domingo, septiembre 7, 2025

Insomnio: la clave podría estar en tu intestino

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Redacción. El insomnio es un trastorno que afecta entre el 10 y el 20 % de la población adulta a nivel mundial. Aunque tradicionalmente se ha asociado con estrés, ansiedad o hábitos de sueño irregulares, recientes estudios sugieren que el origen del problema podría estar en el intestino.

Investigadores del Hospital Cerebral Afiliado a la Universidad Médica de Nanjing, liderados por el doctor Shi Shangyun, analizaron perfiles genéticos de más de 387.000 personas con insomnio y datos de microbioma intestinal de 26.500 voluntarios europeos. Utilizando un enfoque de aleatorización mendeliana, lograron identificar relaciones de causa y efecto entre genes asociados al insomnio y la presencia de ciertas bacterias intestinales.

Los resultados revelaron 41 tipos de bacterias que podrían influir en el insomnio. De ellas, 14 aumentaban la probabilidad de presentar trastornos del sueño y ocho tenían un efecto protector. Además, el insomnio se vinculó con una disminución de hasta un 79 % de siete grupos bacterianos y un aumento de otras 12 especies. Entre las más destacadas, Odoribacter mostró una relación significativa con el riesgo de insomnio, mientras que Faecalibacterium, productora de butirato —un compuesto antiinflamatorio— se asocia con un efecto protector sobre el sueño.

intestino
El intestino es un órgano del sistema digestivo encargado de procesar los alimentos, absorber nutrientes y eliminar los desechos.

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El eje intestino-cerebro

El microbioma intestinal no solo interviene en la digestión, sino que también se comunica directamente con el sistema nervioso central a través del llamado eje intestino-cerebro. “La microbiota regula la producción de metabolitos, modula la respuesta inmune y se conecta con el cerebro, influyendo en el sueño, el ánimo y la conducta”, explica la médica gastroenteróloga Jesica Andruetto, del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.

Según Ana Carolina Garrafa, residente de Gastroenterología y especialista en trasplante de microbiota fecal, la relación es bidireccional: “El insomnio afecta la microbiota y un desequilibrio intestinal empeora la calidad del sueño. Además, la escasez de bacterias protectoras aumenta la inflamación y modifica la producción de neurotransmisores vinculados al descanso”.

Factores que influyen en la microbiota y el sueño

Diversos factores alteran la composición bacteriana y, con ello, la calidad del sueño:

  • Alimentación: Una dieta rica en fibra —frutas, verduras, legumbres, cereales integrales— y alimentos fermentados como yogur, kéfir, chucrut, kimchi o miso favorece la diversidad microbiana y la producción de metabolitos que promueven un sueño saludable.

  • Estilo de vida: Mantener horarios regulares de sueño, realizar actividad física y reducir el estrés ayuda a sincronizar los ritmos circadianos y preservar la microbiota.

  • Hábitos nocivos: El consumo excesivo de ultraprocesados, azúcares refinados, cafeína y alcohol, así como la alteración de ciclos de luz y comida, modifica negativamente la flora intestinal.

  • Factores médicos: Uso de antibióticos, antiácidos y enfermedades inflamatorias pueden alterar la microbiota y agravar el insomnio.

El estrés también juega un papel central. La activación del eje hipotálamo–hipófisis–adrenal incrementa la liberación de cortisol. Esto altera la motilidad intestinal, la producción de moco y la permeabilidad de la barrera intestinal. Además, genera un aumento de bacterias proinflamatorias y la reducción de especies beneficiosas. Es decir, creando un círculo en el que el mal descanso y el estrés se retroalimentan.

Perspectivas terapéuticas

El estudio de Shangyun y su equipo abre nuevas posibilidades para tratar el insomnio. Entre las estrategias futuras se incluyen el uso de probióticos y prebióticos específicos, así como trasplantes de microbiota fecal individualizados. Algunas cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium ya mostraron, en modelos experimentales, capacidad para mejorar la percepción del sueño y modular la respuesta al estrés.

Aunque aún faltan estudios clínicos en humanos que confirmen plenamente estos hallazgos, la evidencia indica que cuidar la microbiota intestinal podría convertirse en una herramienta clave para mejorar el descanso y prevenir trastornos relacionados con el sueño y el ánimo.

Entre las causas comunes del insomnio se encuentran el estrés, la ansiedad, la depresión, ciertos medicamentos, el consumo de cafeína o alcohol, y hábitos irregulares de sueño.

El insomnio deja de ser un problema exclusivo de la mente: su origen podría estar en el intestino. Mantener un equilibrio bacteriano adecuado mediante alimentación, hábitos saludables y manejo del estrés se perfila como una estrategia prometedora para quienes buscan dormir mejor y mejorar su bienestar general.

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