Los tiburones blancos son grises por encima y blancos por debajo, pero el ejemplar que captaron -de casi 1,5 metros- era blanco por completo. Los expertos han explicado que, al ampliar las imágenes y ponerlas a cámara lenta, comprobaron que la capa blanca se desprendía del cuerpo mientras nadaba. Sospecharon entonces que se trataba de una cría que se estaba desprendiendo de su capa embrionaria.

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