TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Este fin de semana, sábado y domingo, se realizará una prueba piloto de visita conyugal en los centros penales, así lo informó en las últimas horas la portavoz del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Digna Aguilar.
Aguilar compartió un comunicado que detalla la determinación que tomaron las autoridades y en el mismo destaca la implementación de medidas estrictas de bioseguridad.
«Se ha recibido la autorización de parte del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) y la Secretaría de Salud para que las autoridades del INP puedan realizar el primer pilotaje de visitas conyugales», indicó la vocera del sistema carcelario de Honduras.
Asimismo, la funcionaria explicó que cada visita tendrá una duración de 30 minutos para cada privado o privada de libertad.
Sin embargo, dijo que las personas que visitarán deben estar inscritas en la base datos del INP, para ello tienen que presentar su carnet y su prueba de COVID-19 negativa.
Las pruebas que serán admitidas son la PCR, antígenos o diagnóstico rápido. Además deben presentar una constancia médica donde se garantice que no padecen de ninguna enfermedad de transmisión sexual. Esto debido a que el departamento de medicina del INP, asegura que los reos están en un buen estado de salud.
Asimismo, tanto visitantes como privados de libertad tienen que portar su mascarilla todo el tiempo, usar alcohol o gel de manos y cumplir con el distanciamiento social.
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Suspensión de visitas en centros penales
Desde el pasado viernes 13 de marzo del año anterior, las autoridades penitenciarias determinaron suspender las visitas a los centros carcelarios y algunos batallones donde permanecen personas privadas de su libertad, debido a la pandemia del COVID-19.
No obstante, desde febrero del presente año, el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), aprobó el primer pilotaje de visita a esos centros de internamiento.
Honduras tiene una población penitenciaria de aproximadamente 22 mil 007 personas. Todos ellos (a) se distribuyen en 25 centros penales y tres anexos en sedes militares, con fallas de infraestructura y en condiciones de hacinamiento. Este es uno de los países con alta incidencia del delito de asociación ilícita, narcotráfico y extorsión.
«El Pozo», una cárcel que se presume es de máxima seguridad, se destinó para recluir a los condenados por esos delitos. Ahí, en los últimos años se han cometido crímenes de alto impacto a vista y paciencia de las autoridades.
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