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jueves, abril 25, 2024

Infectólogo: Es una estupidez no dejar sepultar y pedir cementerio para COVID-19

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El infectólogo Tito Alvarado opinó «es una estupidez de que la gente no está dejando sepultar a personas fallecidas y quieren que hagan cementerios solamente para COVID-19. Es una locura”.

La ciudadanía, ante el temor de contagiarse de coronavirus, no permiten la entrada de vehículo funerarios por las calles de sus barrios. Ellos creen que el cadáver puede ir infectado y el virus se propagaría a toda la comunidad.

Es por esa razón que los familiares de los fallecidos por cualquier enfermedad viven un calvario; incluso con uso de violencia los han obligado a retirarse del sitio donde deben enterrar a su ser querido.

Hasta con machete en mano, pobladores de barrios y comunidades ubicadas camino a los cementerios han amenazado a todo el que quiera entrar y dar santa sepultura a cualquier persona sin importar de qué murió.

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Los muertos no transmiten el COVID-19

Sobre estos penosos acontecimientos, Alvarado señaló: «El que está enterrado no va a tener ningún problema de transmitirle a nadie la enfermedad. Estas tonterías ocurren en estos países en donde tenemos como promedio siete años de escolaridad, es pura ignorancia”.

Eventos de este tipo han ocurrido en varias zonas del país, principalmente en Tegucigalpa, Francisco Morazán, en Villanueva, departamento de Cortés, y salida de Olancho.

En el caso de la capital de la República, esta semana suscitó uno de estos escandalosos hechos en la colonia La Era; se armó un enfrentamiento entre la Policía y los pobladores que no permitieron la entrada de un cadáver que murió por causas ajenas al COVID-19.

Sin embargo, los pobladores manifestaron que no confiaban en las autoridades y debían comprobarles que el fallecimiento no era por el virus.

“Una vez que la persona muere, el cadáver de por sí no le va a transmitir la
enfermedad; si hay velatorio, se reúnen los familiares y amigos del paciente que a
lo mejor están infectados, ahí sí van a propagar más la infección”, explicó Alvarado.

Virus depende de células vivas

Por su parte, la subdirectora de la Dirección General de Medicina Forense, la médico Etelinda López, explicó que “la supervivencia del virus dentro del organismo depende de que tenga una célula viva, una vez que el organismo deja de funcionar, el virus también va a morir”.

El virus solo puede transmitirse al expulsarse por estornudos o a través de la tos, también al momento de escupir, por ejemplo al momento de hablar. Obviamente, un cadáver no puede hacer esto, por lo cual sería imposible que lo transmita.

Además, la especialista explicó que el lapso de extinción del virus en el cuerpo sin vida es cuestión de unos pocos minutos.

A la población, López recomendó: “Debemos dejar de tener ese miedo de que el cadáver va a hacer la transmisión del virus. Los vivos somos los que estamos trasladando el virus de un lugar a otro”.

Desinfectan cuerpos antes de sepultarlos

De la misma forma expresó el doctor y anestesiólogo Carlos Umaña, cuando reafirmó que “los cadáveres no transmiten el COVID-19 porque son dispensados en dos bolsas totalmente herméticas”.

A la vez, explicó: “Previamente se ha fumigado el cadáver, las bolsas y el ataúd, luego es sellado y atornillado y se vuelve a fumigar otra vez. Entonces no existe ninguna posibilidad que un cadáver o un carro que va transportando el cadáver pueda transmitir el COVID-19”.

Al momento de realizar el proceso de desinfección de los cadáveres antes de su sepultura, la médico López indicó: «En el caso nuestro, estamos utilizando clorine, que tiene actividad antifúngica para matar hongos, bacterias y virus. Pero, también se puede utilizar cloro o amonio paternario, que son soluciones que tienen capacidad de eliminar ese tipo de gérmenes”.

El personal forense que realiza la labor debe utilizar un overol, y encima de él una gabacha, además, lentes para protección de la vista, mascarilla, guantes, gorro y cubrezapatos o botas de hule. Luego estos implementos se desechan, a excepción de las botas de hule que son lavables.

Cuando trasladan el cadáver, solo los empleados de la funeraria deben ir dentro del carro fúnebre. Los especialistas han recomendado que los familiares no vayan en el mismo vehículo, debido a la posibilidad de que el pariente intente abrir el cajón.

En su opinión, Carlos Umaña manifestó: “En mis 30 años que tengo de ejercicio personal, el COVID-19 es la enfermedad de la soledad. Entonces, no es justo que usted no tenga un entierro noble porque no hay ningún problema, deben dejar a la gente escoger el lugar donde enterrarlo”.


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