Redacción. La reciente aprobación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos del paquete fiscal conocido como «One Big Beautiful Bill Act», impulsado por el presidente Donald Trump, ha encendido las alarmas en Honduras y otros países que dependen fuertemente de las remesas, al contemplar un gravamen del 3.5 % sobre el dinero enviado por migrantes no ciudadanos ni residentes permanentes.
Esta medida aún debe ser avalada por el Senado estadounidense, pero ya preocupa debido a sus consecuencias directas.
De acuerdo con proyecciones del Banco Central de Honduras (BCH), el país recibiría este año unos 10,260 millones de dólares en remesas familiares. Sin embargo, con la implementación del nuevo impuesto, se estima que Honduras dejaría de percibir aproximadamente 360 millones de dólares. Eso equivale a más de 9,300 millones de lempiras menos en los bolsillos de los hogares que dependen de estos envíos.
“Es bastante grosero. El porcentaje que sea va a afectar enormemente a la economía, tanto familiar de la gente que está enviando las remesas como para el país en general”, expresó Rolando Alvarenga, expresidente de la Federación de Cámaras de Comercio e Industrias de Honduras (Fedecamara), a TN5.
El impacto económico se traducirá en una pérdida promedio de unos 3,000 lempiras anuales por familia, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP). “Para hacer una relación simple, estamos hablando de que cada familia estaría sufriendo un castigo de 3 mil lempiras al año”, señaló Santiago Herrera, gerente de Política Económica del COHEP.
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Un doble pago fiscal
Desde el Gobierno hondureño también se alzaron voces de preocupación. El ministro de Trabajo, Wilmer Fernández, pidió que el Senado de Estados Unidos considere el valor del trabajo de los migrantes dentro de la economía estadounidense.
“Consideramos que en el Senado debe evaluarse que el trabajador migrante ya paga impuestos, y que hay quienes generan empleo dentro de la economía estadounidense”, sostuvo.
Aún no está claro si la medida logrará pasar en el Senado, donde se prevén modificaciones al texto aprobado por la Cámara Baja. No obstante, el avance de esta propuesta ya genera incertidumbre en más de 500,000 hogares hondureños que dependen directamente de las remesas.