Redacción. Cientos de afiliados al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) se quedaron este lunes sin acceso a consultas médicas debido a una nueva caída del sistema informático que afectó a centros de salud en todo el país.
Desde temprano este lunes, varios pacientes (niños, jóvenes y adultos mayores) esperaron sin recibir atención. El personal del Seguro Social ofreció explicaciones, pero la frustración entre los usuarios crecía por la falta de respuestas claras.

En clínicas y hospitales como el de especialidades en La Granja y el edificio de barrio Abajo en Tegucigalpa, los derechohabientes fueron informados que las citas no podían ser procesadas. Algunos decidieron esperar por horas; otros, resignados, se marcharon sin ser atendidos.
Reina Reyes, enfermera y paciente, llegó al IHSS a las 5:20 de la mañana con la esperanza de ser atendida por un especialista.
“Me dijeron que sólo psiquiatría están atendiendo porque no hay sistema. Lo peor es que mañana hay que volver a hacer fila, como si uno tuviera todo el tiempo del mundo”, expresó la hondureña en Hoy Mismo.

Reyes explicó que no sólo es trabajadora del sistema de salud, sino también paciente crónica. “Soy diabética y tengo una infección en la mano. Si eso se me agrava, me la van a tener que cortar. Ojalá no pase, pero cada día que uno pierde puede costar caro”.
«No hay sistema»
La sensación de abandono la compartieron otros pacientes. César Rodeno llegó con su esposa en busca de una cita, pero recibió la misma respuesta: “no hay sistema”. Frustrado, criticó a la administración.

“Esto no es nuevo; siempre es lo mismo. No hay medicinas, no hay sistema y nadie da la cara. Pero eso sí, los políticos bien quieren reelegirse. No tienen vergüenza”, dijo.
Otras personas denunciaron el impacto económico de la situación. Una ciudadana que prefirió no dar su nombre comentó que únicamente le dijeron que regresara al día siguiente: “Uno gasta en taxis, en pasajes, y viene para nada. Esto ya es rutina aquí”.
La falla en el sistema del IHSS afectó los servicios en todas sus sedes del país. Hasta ahora ni las autoridades del instituto ni los miembros de la Junta Interventora han ofrecido una explicación pública ni una estimación de cuándo se restablecerá la atención normal.

Mientras tanto, cientos de derechohabientes siguen pagando el costo de un sistema que no responde, cuya inestabilidad ya no sorprende, pero sí indigna.