Tegucigalpa, Honduras. – La masificación de la tecnología y la aparición de las redes sociales provocaron un cambio radical que impactó las formas de relacionamiento social a nivel mundial.

Actualmente vivimos en la era de las redes sociales. Estas se han convertido en un espacio más para compartir con nuestros semejantes en cualquier momento y lugar. Hoy en día se trata un mecanismo habitual de comunicación.

El experto digital, Carlos Castañeda, aseguró que los hondureños no estamos exentos de la era digital. Sin embargo, confirmó que los jóvenes que pertenecen a la generación «millenial» son los más dependientes de estos medios.

«En Honduras hay 2.6 millones de usuarios de Facebook, la mayoría son mujeres», afirma.

Según Castañeda, el 27 por ciento de usuarios de esta red social tiene entre 12 y 20 años de edad. Mientras que los usuarios entre los 21 y 30 años alcanzan el 35 por ciento.

Asimismo, señaló que el 20 por ciento de clientes de Facebook tienen entre 31 y 40 años de edad. El restante 18 por ciento corresponde a personas con más de 41 años.

Para algunos, el tiempo que los hondureños invertimos en las redes sociales puede resultar alarmante. «A nivel regional se estima que el 38 por ciento de los usuarios pasan más de tres horas al día conectados. El 29 por ciento se conecta de una a tres horas y el 19 por ciento usa las redes de 30 minutos a una hora. Solo un 12 por ciento afirma que las utiliza menos de 30 minutos al día», apuntó Castañeda.

«La intensidad de uso de los centroamericanos es equivalente a la de los usuarios de Argentina, México y Brasil. En promedio ellos pasan 3.2 horas al día en estos espacios», agregó.

De acuerdo a las estadísticas, el 42 por ciento de los hondureños acceden a las Redes Sociales de una a tres horas diarias. Mientras que solo un 32 por ciento las utilizan más de tres horas al día.

Registros de este año revelan que 91 de cada 100 hondureños tienen un celular y 1,942,056 tienen internet móvil. No obstante, la brecha digital en nuestro país aún es grande; se estima que solo 30 de cada 100 hondureños tiene acceso a internet.

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Factores culturales, económicos y sociales

Los expertos señalan que el aspecto cultural, económico y social de los hondureños influye en la forma en que utilizamos las redes sociales. Estos factores impactan en nuestros patrones de conducta, en el tipo de información que consumimos y las publicaciones que generamos.

En cuanto al elemento social, este se relaciona con nuestros intereses. «En Honduras, los usuarios utilizan las redes para informarse y para estar en contacto con otros. Por eso Facebook y Twitter son las redes más utilizadas», explicó Castañeda.

Sin embargo, el experto detalló que un bajo porcentaje las usa para compartir opiniones sobre hechos de interés general. Esto limita la capacidad de utilizarlas para cambios significativos.

«Ahora que nos preparamos para las elecciones, en vez de usarlas para generar un debate constructivo en lo social o recibir propuestas ciudadanas para conformar un plan de gobierno participativo, se utiliza para generar información unidireccional. Es lo mismo que hacen tradicionalmente», ejemplificó.

Castañeda resaltó que la ética y los valores también se relacionan con aspectos culturales. «Al analizar las publicaciones en redes sociales de la población en general, te das cuenta que la mayoría tienen vinculación con la sexualidad, la violencia y los chistes», indicó.

En el ámbito económico reiteró que pocos hondureños tienen acceso a internet. «Nuestra economía se ha desarrollado muy poco. Las personas no tienen una calidad de vida adecuada y no pueden acceder a bienes y servicios, entre ellos internet», expresó.

Al hacer referencia del aspecto social, destacó la importancia de la educación y el control parental. «Los bajos niveles de calidad educativa del país suponen un riesgo a la hora de utilizar las redes sociales. Las personas no han desarrollado habilidades para filtrar la información que consumen», manifestó.

«Por ejemplo, en Honduras existen varios casos de trata de personas o asesinatos donde han utilizado las redes para enganchar a las víctimas», añadió.

Como conclusión apuntó que «un uso adecuado de las redes pasa por una correcta formación de valores en el hogar y una educación de calidad».

Adictos a las redes sociales

Castañeda restó importancia a los motivos que llevan a una persona a desarrollar una dependencia o a volverse a adicta a estos medios. «Yo no considero que los jóvenes estén obsesionados con las redes sociales. Cada vez que ocurre un cambio tecnológico, las generaciones que no son parte de ese cambio imponen sus prejuicios», explicó.

«Los jóvenes buscan satisfacer su demanda de socialización y las redes sociales ayudan a obtener esta visibilidad social. Lo que les interesa no es utilizar las redes, sino la vida pública que las redes sociales les posibilitan», subrayó.

En ese sentido, Castañeda sostuvo que lo que genera una dependencia o adicción es el consumo no responsable. El experto señaló que en los casos de adicción a las redes sociales, las etapas y las consecuencias son las mismas que con cualquier tipo de obsesión.

«En las etapas iniciales de adicción, el usuario de redes sociales tiene episodios de uso compulsivo con gran inversión de tiempo. Luego empieza un daño progresivo a su calidad de vida; comienzan a postergar responsabilidades, padecen síndrome de abstinencia y al final comienza el deterioro cognitivo», pormenorizó.

Además, indicó que al tomar medidas se puede experimentar tensión, estrés psicológico y emocional, e incluso episodios de violencia.

Consejos prácticos

Ante esta situación, Castañeda aconsejó buscar asistencia médica profesional. Al mismo tiempo que brindó los siguientes consejos prácticos:

• Apagar el celular cuando no sea imprescindible, por ejemplo: cuando duermes.
• Al acostarse pueden activar el modo avión.
• Establecer un horario para utilizar las redes sociales o el celular en general.
• Dale tiempo a compartir con amigos y familiares sin tener el celular en la mano.
• Desarrollar un ambiente de confianza para que hijos e hijas no tengan una necesidad imperiosa de reconocimiento público.
• Tener programas de educación digital en las escuelas y colegios.
• Si estás trabajando, no tengas el celular junto a ti, guárdalo en una gaveta (a menos que tu trabajo implique el uso del celular).
• Fijar tiempos límite de uso.

«No existe un uso correcto o incorrecto de las redes sociales, esto siempre va a depender de la persona que la utilice. No debemos demonizar las redes. Un buen uso siempre será determinado por los intereses de las personas», resaltó.

Por consiguiente, incentivó el uso de estos medios, siempre y cuando no se convierta en una obsesión.

«En lo personal, me gustaría que Honduras empleara las redes para crear espacios de diálogo. Para incrementar la participación ciudadana en el país, auditar y fiscalizar a las autoridades públicas y así disminuir la corrupción», expresó Castañeda.

«Que las empresas formen diálogos con sus clientes y desarrollen marcas de calidad. Utilizar las redes de acuerdo a los objetivos de desarrollo social para superar las condiciones vulnerables que padecen más del 65 por ciento de hondureños y hondureñas», concluyó.