REDACCIÓN. Grevil Alvarado, originario de Santa Rosa de Copán, Honduras, lleva 16 años viviendo en México, un país que ha marcado su vida de manera profunda, tanto a nivel personal como profesional.
Desde su llegada, su labor ha estado centrada en brindar apoyo a los migrantes que transitan por el territorio mexicano, un gesto que refleja su compromiso con la solidaridad y la justicia social.
En entrevista con Diario TIEMPO, Grevil comparió que su motivación para ayudar a los migrantes comenzó en su infancia. Su madre, una mujer dedicada a la asistencia social en su comunidad en Veracruz, Copán, fue su principal fuente de inspiración. “Mi madre siempre hacía actividades y ayudaba a las personas en el municipio, y yo junto a mis hermanos continuamos esa labor, llevando canastas navideñas a las personas de la tercera edad”, relató Alvarado.
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Su labor se ha centrado especialmente en el apoyo a los migrantes, atendiendo a hondureños y personas de diversas nacionalidades que se encuentran en su paso por México.
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«Es una experiencia increíble, ya que ayudar a los demás me brinda una satisfacción enorme», afirma. Su trabajo no solo se limita a la atención de migrantes, sino que también abarca causas sociales dentro de México, especialmente en zonas rurales. El año 2023 fue un hito en su vida cuando recibió un doctorado honorífico en la Ciudad de México, otorgado por un senador de la República, convirtiéndose en el primer hondureño en recibir tal reconocimiento.
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Sin embargo, la labor de Grevil no está exenta de dificultades. “En la ruta migratoria, los migrantes enfrentan extorsiones, secuestros, y muchos pierden la vida en su intento de alcanzar el sueño americano”, señala con tristeza. Las adversidades que enfrentan los migrantes son uno de los aspectos más difíciles de su trabajo.
A pesar de estos desafíos, su compromiso sigue intacto. “Mi compromiso en seguir con esta labor es más grande”, asegura, subrayando que los desafíos vividos le han fortalecido en su misión.
Finalmente, Grevil hace un llamado a la población para que se unan a esta causa. “Que no generalicen a los migrantes. Muchas personas son buenas y trabajadoras, y salen de sus países por cuestiones de fuerza mayor, como el desempleo y la falta de oportunidades”, dice. Su mensaje es claro: cualquier ayuda, por pequeña que sea, es valiosa. “Cuando veamos una familia migrante, les ayudemos con agua, comida o medicamentos, porque para ellos cualquier gesto de solidaridad es importante”.
La historia de Grevil Alvarado es un testimonio de dedicación, empatía y valentía, una muestra de que, en tiempos de crisis, la humanidad sigue siendo la mayor fuerza de cambio.