Tegucigalpa, Honduras.- El hondureño Nino Amador se vio obligado a emprender luego de no poder encontrar trabajo. Lejos de desalentarse, vio una oportunidad y abrió su propio negocio de venta de mariscos, con el que mantiene a toda su familia.
El puesto de comida tiene por nombre «Ninos curiles», y está ubicado en Tegucigalpa, precisamente en la colonia San Miguel, sobre la calle principal, exactamente en la entrada a las canchas de futbol, contiguo a la posta policial del sector.
El hondureño comentó para Noticiero Hoy Mismo que hace muchos años quería un empleo, y al no obtenerlo se vio obligado a crear su propio negocio para sustentar a su familia.
«Gracias a Dios el negocio nos ha dado para salir adelante, he podido pagar la educación de mis hijos, alimentarlos y todo lo que conlleva mantenerlos. Son mis dos hijas y mi esposa», dijo Amador.
El negocio que abrió hace siete años, se ha sabido ganar a todos los amantes de los curiles y del ceviche en esa zona. «Ninos curiles» se ha enfocado en vender producto fresco y de calidad.
Un pequeño local
Pese a que «Ninos curiles» es un pequeño local, genera empleo, directamente e indirectamente. El propietario cuenta con 4 personas trabajando en el local y otras 12 personas que se dedican a recolectar los curiles son sus proveedores.
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A pesar de que su negocio no está ubicado en una locación llamativa como un centro comercial, Nino detalló que su experiencia ha sido la mejor, pues no le faltan clientes. Además, él considera que el secreto está en el buen sazón de los platillos, así como la calidad de los productos que utiliza para realizarlos.
Los precios de sus cocteles y curiles van desde los 70, hasta los 140 lempiras, dependiendo de la cantidad del producto que el cliente deseé. Además, cuenta con un variado menú para los amantes de los mariscos.