Hondureño dejó las armas y con su voz, ahora busca «ganar almas para Cristo»

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Hondureño dejó las pandillas
Su música aparece en las plataformas digitales Spotify y YouTube.

REDACCIÓN. Franklin Figueroa, el hondureño que abandonó las pandillas; su vida dio un giro de ciento ochenta grados y ahora es un reguetonero cristiano, radicado en España. Su objetivo ahora, es «ganar almas para Cristo«.

Durante seis años, el catracho formó parte de las pandillas en un barrio de Comayagüela, hasta que llegó el día de tomar la decisión entre «morir o vivir«. Su vida corría peligro, las drogas y el alcohol también lo estaban acorralando, hasta que decidió «seguir a Cristo«.

«Desde pequeño soñaba con hacer cosas diferente a los demás, no quería ser uno más y eso me llevo a tomar decisiones que hasta hoy en día, algunas me alegran y otras me hacen sentir mal (…), algunas de ellas me hicieron que despreciara a los demás», reveló a un medio local.

Añadió que «creía que era mejor que ellos y al sentir eso en mi corazón, deje que el mundo me envolviera en  lo malo e ingresé a una de las pandillas de mi barrio».

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Testimonio

Franklin, contó su testimonio y recordó el tiempo que trabajó para las pandillas y la idea de suicidarse, que en su momento se convirtió en una alternativa para escapar de las garras delictivas.

«En las pandillas sentía que verdaderamente era entendido, donde hacia lo que quería y unas de ellas eran las drogas, el alcohol y todo lo que se le puede anexar a un mundo lleno de pecado», externó.

«Desde los 12 hasta los 18 años estuve sirviendo en las pandillas y fue cuando sentí que ya era la hora de morir o seguir viviendo, porque tenía más problemas; estaba ahogándome en mi propia vida y sentía ganas de suicidarme«, reveló.

¿Cómo salió de ese mundo?

Habría sido una invitación, la que cambió el rumbo de su vida y lo hizo acercarse a Dios, a quien ahora dedica su vida.

«Una señora de mi barrio me dio la oportunidad de conocer a Cristo, ya que ella me invitó a una reunión en su iglesia; la rechacé muchas veces, pero ella insistió hasta que me llevó con ella», dijo.

Por lo que, desde «ese día dije: ‘Dios si tú eres real y esto es tu poder que esté frente al púlpito y cuando me di cuenta (…) estaba como un niño llorando y pidiéndole perdón de rodillas, frente al púlpito’. Ese día conocí el amor y misericordia de Dios».

«Ganar almas para Cristo»

Para Franklin, el inicio no fue fácil, su talento aún era inexplorado, hasta que sus improvisaciones en la música tocaban los corazones de sus amigos. En ese momento entendió que podía «ganar almas para Cristo«, a través de la música.

No obstante, los problemas económicos causaron que en Honduras no pudiera grabar sus canciones, hasta que decidió emigrar a España.

«En Honduras nunca tuve la oportunidad de grabar por cuestión de dinero, pero al llegar a España, Dios me abrió las puertas para grabar con un dominicano (Carlos Miguel)», detalló.

Actualmente, trabaja en su tercer álbum donde «tengo el honor de trabajar con muchos amigos que han colaborado en algunos de los temas del álbum «Heme aquí«, producido por José Cuellar de Argentina», comentó.

Sobre su vida personal, el catracho tiene tres hijos, a quienes considera «una de las mejores motivaciones para seguir adelante», concluyó.


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