Redacción. Una imagen que estremeció a miles de hondureños comenzó a circular masivamente en redes sociales este sábado: un hombre caminando con un saco en la espalda, que supuestamente contenía el ataúd de su hijo pequeño, fallecido en el Hospital de Área de Puerto Cortés.
Según el relato viral, el padre, sin recursos para pagar el transporte hasta Corinto —donde sería el sepelio—, decidió cargar a su hijo sobre sus hombros para poder sepultarlo. El caso tocó fibras sensibles.
Usuarios de redes expresaron solidaridad, indignación y hasta hicieron colectas para ayudar al hombre, quien, de acuerdo con la versión difundida, no pudo costear los más de mil lempiras que, supuestamente, le cobraban los bomberos y Cruz Roja por el traslado del cuerpo.
¿Estafa?
Varios relatos lo mostraban pidiendo apoyo económico en distintos puntos del sector. Sin embargo, lo que parecía una desgarradora muestra de pobreza extrema ha sido puesto en duda por autoridades médicas y ciudadanos.
El jefe asistencial del hospital de Puerto Cortés, Marlon Arias, aseguró que, tras revisar registros y consultar con las áreas de Pediatría y Gestión Social, no se reportó la muerte de ningún menor en las fechas mencionadas, ni tampoco se entregó un cuerpo bajo esas condiciones.
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«Esa historia no tiene respaldo en nuestros protocolos ni documentos. Esta noticia nos daña como institución, porque genera desinformación y desconfianza», declaró Arias a un medio local.
Redes hablan
Por su parte, usuarios en redes sociales también comenzaron a denunciar inconsistencias. Una mujer identificada como Annth Bonilla relató que el mismo hombre le pidió ayuda en San Pedro Sula con una historia diferente.
«Nos dijo que venía del (Hospital Mario) Catarino y que iba para Pinalejo. Le dimos 200 lempiras, pero luego lo vimos en otros lugares, con otra versión», aseguró.
«Ese hombre es un estafador aquí. En San Pedro anduvo y no anda nada; en esa caja decía que venía del Catarino», escribió otro internauta.
Estas nuevas revelaciones han llevado a muchos a considerar que la escena podría haber sido una farsa cuidadosamente montada para obtener dinero. Aunque aún no se ha confirmado oficialmente si hubo dolo, se pide a las autoridades esclarecer el contenido del ataúd que el hombre cargaba.
Mientras tanto, el caso ha encendido el debate sobre el uso de las redes sociales para difundir historias conmovedoras sin verificar y la necesidad de un mayor control frente a posibles engaños que se aprovechan de la solidaridad ciudadana.