REDACCIÓN. La angustia de una madre que, en su intento por salvar a su hijo, ha sacrificado lo más valioso que tiene: su hogar. Doña María, una mujer que se dedica a la venta de tortillas en Choluteca, en el sur de Honduras, no dudó en empeñar su casa por 200 mil lempiras para poder cubrir los honorarios del abogado defensor de su hijo, quien está acusado de tráfico de drogas.
Con lágrimas en los ojos, doña María relató el difícil momento que atraviesa mientras espera en los juzgados de la ciudad sureña. “Tuve que empeñar mi casa por 200 mil lempiras. No sé si lo voy a poder pagar, es muy difícil”, dijo entre sollozos. La mujer expresó que, a pesar de su situación económica crítica, no podía permitir que su hijo enfrentara una larga condena sin defensa legal. «Si no lo hacía, mi hijo se iba a podrir en la cárcel», añadió.
En sus palabras se reflejan los sacrificios que muchas madres enfrentan para proteger a sus hijos, aún cuando las dificultades económicas son abrumadoras. “Cuesta conseguir dinero para comer. Estoy bien enjaranada para pagar ese dinero”, afirmó, destacando las dificultades adicionales que enfrenta para cubrir lo necesario para su vida diaria.
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El hijo de doña María lleva siete meses en prisión, acusado de tráfico de drogas. Durante un procedimiento abreviado realizado el 13 de febrero, fue condenado, a pesar de la insistencia de su madre en su inocencia. “Tengo fe en Dios que me lo van a dar. Es Él el único que puede hacer la obra”, comentó, con la esperanza puesta en que su hijo recupere la libertad.
Doña María también criticó la labor de las autoridades, cuestionando el trato que se da a las personas involucradas en hechos delictivos. “Capturan a los más chiquitos. Es una injusticia, involucran a personas que no deben involucrar”, lamentó.
Según el artículo 18 del Código Penal de Honduras, el tráfico de drogas se castiga con una pena de prisión de entre 15 y 20 años, así como una multa de entre un millón y cinco millones de lempiras.
La historia de doña María resalta el sacrificio y la desesperación de muchas madres que, con el corazón lleno de amor, buscan justicia en medio de la adversidad. Mientras ella aguarda el veredicto final, su esperanza sigue intacta, confiando en que la verdad prevalecerá.
