INTIBUCÁ, HONDURAS. Dar un buen uso a las redes sociales para vender piezas de arte u otros productos se convirtió en lo más usual con la llegada de la pandemia al país y ese es el caso de Nancy Waldina Romero, quien permite apreciar sus obras artísticas a través de su negocio en las plataformas sociales.
La artista catracha de 25 años también es estudiante de Arquitectura y reside en La Esperanza, Intibucá, zona occidental de Honduras.
Waldina Romero es la creadora de cada pieza artística que vende en su negocio digital llamado «ARTEsano1001», que se fundó hace 1 año.
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Talento oculto
En una comunicación con Diario Tiempo, la joven compartió un poco sobre su negocio y cómo ha logrado tener éxito.
Romero comenzó diciendo que desde pequeña hacía dibujos en cuadernos, pero no se percataba del talento que tiene en el arte.
«Mis compañeros del colegio me decían que yo era buena haciendo eso y que siguiera dibujando. Por eso, después me atreví a hacerlos en grande, me gustó como quedaban y cada vez hacía más», destacó.
Asimismo, indicó a TIEMPO que luego empezó a hacer pinturas y las presentaba en exposiciones de arte en su colegio.
Llaveros hechos a mano: impulso de su negocio
En cuanto a su página «ARTEsano1001», la joven artista comentó que aperturó sus ventas solamente con llaveros hechos a mano.
«Solo vendía los llaveritos, a la gente le gustó bastante y tenía muchos pedidos. Después empecé a ofrecer varias cosas como pinturas, retratos, tarjetas, etc», relató.
Además, detalló que una de las ventajas de su negocio es que los productos son personalizados.
«Lo que la gente me pide, yo se los hago y lo mejor es que me han apoyado de diferentes puntos de Honduras. También, he hecho varios envíos a México y me siguen pidiendo de esos lugares», expresó.
En ese sentido, Nancy Romero señaló que las obras de arte más demandadas por los consumidores son los llaveros y las pinturas.
Estudio y trabajo de la mano
Por otro lado, la artista hondureña puntualizó que dosifica su tiempo y planifica bien la rutina ya que debe estar al día con los pedidos y sus clases.
«Yo disfruto mucho lo que hago. Desde muy temprano que me levanto, avanzo en los encargos que tengo, después me dedico al estudio y al terminar, en la noche, sigo pintando y haciendo los encargos», explicó Romero.
Por último, la joven aseguró que tiene muchas metas y planes a futuro para dar a conocer más sobre el arte en esa zona ya que los pobladores de su municipio no apoyan mucho ese ámbito.
«Más adelante pienso tener una galería aquí en La Esperanza para poder exponer todas mis obras porque aquí no hay un lugar donde los turistas pueden apreciar el arte«, finalizó.
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