Redacción. Una hondureña residente en Virginia, Estados Unidos (USA), perdió la vida de manera trágica, luego de que su propio esposo la empujara con fuerza y se golpeara en la pared por intentar revisar el celular, todo esto ocurrió frente a sus hijos menores de edad.
De la misma manera, se conoció que la hondureña estaba embarazada del que sería su tercer hijo. Al parecer, empezaron a discutir y allí fue cuando su pareja en medio de la molestia la lastimó.
Reporte de medios locales e información en redes sociales establecen que el suceso ocurrió entre la noche del 31 de agosto y la madrugada del pasado domingo 1 de septiembre.
A la hondureña se le identificó como Emma Carolina López Navarro, de 36 años. Entre tanto, el agresor es Javier Hernández Orellana, de 47 años, quien ya está en poder de las autoridades estatales.
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Una cena que terminó en tragedia
Los reportes señalan que la pareja tuvo el sábado una cena familiar en compañía de amigos y vecinos. Sin embargo, tomó un rumbo drástico cuando Emma confrontó a su esposo Javier por las sospechas de una presunta infidelidad.
Los testigos del hecho comentaron que el pleito se fue elevando rápidamente cuando la víctima le arrebató el celular a su esposo. En un afán de recuperar el móvil, Javier la empujó con fuerza y pegó la cabeza en la pared.
Sin embargo, se fue elevando la intensidad cuando Emma golpeó a su esposo con una botella de alcohol (vidrio). Tras esto, ella indicó que sentía un dolor insoportable en la cabeza y por eso se fue a descansar.
Unos minutos después, el esposo subió a buscarla y la encontró inconsciente. Pese a que la intentaron reanimar, los médicos la declararon muerta a eso de las 2:25 de la madrugada.
Ante esta situación, se arrestó a Javier Hernández y enfrentará un cargo por asesinato en segundo grado. Él está detenido sin derecho a fianza y se va presentar ante el tribunal para la audiencia el 7 de noviembre.
A través de redes sociales se ha expresado que este caso impacta debido a que el pleito y el hecho lo presenciaron dos niños de 2 y 4 años. Los dos están bajo la custodia estatal de Virginia.
