REDACCIÓN. «Lo perdí todo», dice con la voz rota por la desgracia Cinthya Torres, una hondureña que vio como el agua entraba en tromba por puertas y ventanas en su piso, en los bajos de un edificio en Alfafar, uno de los pueblos de Valencia más castigados por el temporal.
«La puerta se derrumbó y todo se inundó. Si nos quedábamos nos ahogábamos, así que salimos como pudimos y subimos al piso de arriba, a casa de los vecinos», relata en una conversación telefónica con Efe.
Cinthya vive en Alfafar, una de las llamadas «zonas cero» del mayor temporal que ha azotado España en lo que va de siglo, y que ha provocado más de 200 muertos -entre ellos un matrimonio británico, una ciudadana venezolana y un colombiano-, un número no precisado de desaparecidos y decenas de miles de damnificados.
Ella vivía en el domicilio de una anciana a la que cuida, con una amiga y el hijo de la señora. Todos tuvieron que abandonar la casa y ahora están refugiados en viviendas de familiares y allegados porque el piso todavía está inhabitable.
Antes de que el agua les obligara a salir, Cinthya llamó a su familia en Honduras, donde viven sus dos hijos, su madre y sus hermanos, pero a media conversación se cortaron las comunicaciones y su familia estuvo dos días sin saber nada de ella.
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Preocupados, llamaron a amigos y conocidos en España, pero el agua había cortado los accesos a la casa de Cinthya.
«Yo no me atrevía a salir de casa -explica- ni quise bajar a recuperar mis cosas porque era muy peligroso, así que lo he perdido todo».
Entre las cosas que ha perdido le duelen especialmente los 600 euros que tenía preparados para mandar a su familia en Honduras, las fotografías y su pasaporte.
También está muy preocupada por su futuro, porque no tiene donde vivir y toda su ropa, comida y pertenencias se las ha llevado al agua.