REDACCIÓN. Doña Sonia Guzmán, residente de la comunidad de Cañaveral, San Francisco de Yojoa, Cortés, compartió públicamente su angustiosa situación familiar, pues vive atemorizada por la conducta agresiva de su esposo, Armando Fernández, quien presuntamente padece esquizofrenia.
Ante el temor de que él pudiera hacerse daño o agredir a alguien, Sonia tomó la difícil decisión de mantenerlo atado desde hace cinco días.
«Lo tengo amarrado porque no quiero que lo maten. Él ha sido un hombre trabajador, conduce vehículos pesados, pero desde que comenzó a comportarse así, siento que no tengo otra opción. Pido ayuda con medicinas para él», expresó entre lágrimas.
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La familia vive en una precaria vivienda improvisada, con láminas de nylon y piso de tierra. Sonia y sus cuatro hijos conviven con el miedo constante de que algo grave le suceda a su esposo o a ellos mismos.
«Le he dado la casa a él porque rompe todo lo que encuentra. Aquí duermo con mis hijos, con miedo de que algo le pase a él o a nosotros», comentó con tristeza.
Comportamiento
El comportamiento de Armando se ha vuelto alarmante, pues según Sonia, grita durante la madrugada, está constantemente agitado y parece no ser consciente de sus acciones. «Desde las 3 de la mañana grita: ‘Suéltenme, quiero agua’. No duerme, y a veces parece no ser consciente de lo que hace», relató.
A pesar de la grave situación, la familia no ha recibido atención médica adecuada. Sonia señaló que solo una vez el año pasado un médico realizó una evaluación telefónica, pero no fue suficiente.
«Compramos algunas pastillas, pero no fueron efectivas. Necesitamos que un médico venga personalmente a verlo, que lo evalúe y nos ayude», imploró.
Doña Sonia destacó que su decisión de mantener a su esposo atado no es por maltrato, sino por amor y protección. «No quiero que lo maten, él es el amor de mi vida y el padre de mis hijos. Solo quiero que nos ayuden con medicinas y alimentos», afirmó, haciendo un llamado urgente a médicos y autoridades locales para que brinden la asistencia necesaria.