Redacción. Honduras llegó a la Navidad con el panorama político más claro que en las semanas previas, pero todavía lejos de una calma plena; la declaratoria oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamó a Nasry “Tito” Asfura como presidente electo para el período 2026-2030, cerró formalmente el proceso electoral presidencial, aunque dejó abiertas diferencias políticas, reclamos legales y lecturas opuestas sobre el desarrollo de los comicios.
La proclamación se realizó de manera virtual, en una sesión marcada por la ausencia del consejero propietario Marlon Ochoa, representante del partido Libertad y Refundación (Libre), quien rechazó la resolución.
En su lugar, las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López activaron la sustitución de un consejero suplente, siendo Carlos Enrique Cardona el elegido, lo que permitió que el pleno aprobara por unanimidad la declaratoria presidencial.
En la resolución, el CNE sostuvo que la decisión responde a la “voluntad mayoritaria del pueblo hondureño, expresada de forma soberana en las urnas”. Asimismo, declaró a Asfura como presidente constitucional de la República a partir del 27 de enero de 2026.
Con el 97.86 % de las actas escrutadas, el órgano electoral confirmó que el candidato del Partido Nacional obtuvo el 40.26 % de los votos, superando por un estrecho margen al aspirante liberal Salvador Nasralla, quien alcanzó el 39.54 %. En tercer lugar, se ubicó Rixi Moncada, candidata de Libre, con poco más del 19 % de los sufragios.
Una declaratoria en medio de tensiones
El cierre del proceso no estuvo exento de dificultades. La declaratoria presidencial se dio luego de semanas de escrutinio lento, denuncias cruzadas y un ambiente de tensión en el Centro de Logística Electoral (CLE), donde se desarrolló el recuento especial de actas con inconsistencias.
Un informe técnico presentado por la Secretaría General del CNE recomendó emitir la declaratoria con base en los resultados consolidados del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), argumentando que las condiciones excepcionales en el proceso de verificación ponían en riesgo el cumplimiento del calendario electoral.

El documento mencionó retrasos deliberados, conflictos entre representantes partidarios y un clima de inseguridad que complicó el desarrollo normal del escrutinio.
Ante ese escenario, el organismo electoral optó por cerrar el nivel presidencial y trasladar las impugnaciones pendientes a las instancias correspondientes, particularmente al Tribunal de Justicia Electoral.
Asfura: del tercer intento a la victoria
La declaratoria convirtió a Nasry Asfura en sucesor de la presidenta Xiomara Castro, quien en su mensaje navideño garantizó una transición pacífica sin “un día más ni un día menos en el poder”.
Conocido popularmente como “Papi a la orden”, Asfura logró imponerse, luego de haber perdido las elecciones de 2021.
Empresario del sector construcción y exalcalde del Distrito Central durante dos períodos, Asfura construyó su imagen política sobre un discurso centrado en el trabajo, la cercanía con la gente y la ejecución de obras visibles.
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Durante la campaña, apostó por mensajes de estabilidad económica, generación de empleo, impulso a la infraestructura productiva y un latiguillo popular para las generaciones más jóvenes.
Tras conocerse la declaratoria, el presidente electo publicó un mensaje en redes sociales en el que afirmó: “Honduras: estoy preparado para gobernar. No te voy a fallar”.
En un posterior video, dirigió un mensaje a la nación en el que llamó a la unidad, la reconciliación y la paz, en un tono conciliador y alejado de la confrontación política.
Durante su intervención, Asfura apeló al significado espiritual de la Navidad y afirmó que “el amor y la unidad tienen más fuerza que cualquier división”, invitando a los hondureños a reconocerse como una sola familia.
Respaldo nacional e internacional
Su victoria también estuvo acompañada por un respaldo internacional temprano, particularmente de Estados Unidos, con su presidente Donald Trump, declarándose de su lado días antes de las elecciones.
Con la declaratoria oficial, comenzaron a llegar mensajes de felicitación desde distintos países de América Latina, Europa y Asia.
Gobiernos como los de Argentina, Panamá, Paraguay, Uruguay y Chile expresaron su reconocimiento al resultado electoral y su disposición de trabajar con la próxima administración hondureña.
Estados Unidos instó a respetar los resultados confirmados y a garantizar una transición pacífica de poder. Por su parte, la Unión Europea y España manifestaron su interés en fortalecer las relaciones bilaterales con Honduras bajo el nuevo gobierno.
China se acerca pese a desacuerdo de relaciones
Por su parte, el Gobierno de China manifestó que “respeta la decisión del pueblo hondureño” tras la proclamación. Además, expresó su disposición a mantener relaciones bilaterales con Honduras bajo el principio de “una sola China”, según declaró el portavoz de la Cancillería china, Lin Jian.

El funcionario señaló que Pekín está “dispuesto a colaborar con Honduras para impulsar conjuntamente el desarrollo continuo” de los vínculos entre ambos países, pese a que durante la campaña electoral Asfura planteó la posibilidad de restablecer relaciones diplomáticas con Taiwán, suspendidas en 2023.
También sectores religiosos y económicos del país se pronunciaron tras el cierre del proceso electoral presidencial. La Confraternidad Evangélica de Honduras felicitó a Asfura y llamó a la oración por su futura administración, pidiendo sabiduría y discernimiento para el ejercicio del poder.
Mientras tanto, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) felicitó a los hondureños por acudir a las urnas, al CNE por su labor y al candidato por su victoria.
La empresa privada reiteró su llamado a trabajar en conjunto y reactivar la economía hondureña con dinamismo y colaboración bilateral.
Rivales no aceptan resultados
Pese a la declaratoria, el consenso político está lejos de alcanzarse. Salvador Nasralla, candidato del Partido Liberal y segundo en la contienda, rechazó públicamente los resultados, argumentando que la declaratoria no refleja completamente la voluntad popular.
“No acepto la declaratoria porque no se debió dar un resultado sin contar todos los votos”, afirmó Nasralla. A su vez, anunció que continuará defendiendo su postura por la vía legal, cívica y pacífica.

Nasralla descartó llamados a la movilización o a la confrontación. Sin embargo, insistió en que el proceso dejó pendientes que, a su juicio, deben ser revisarse por transparencia.
Libre sostiene discurso
Desde Libre, la reacción fue aún más dura. Rixi Moncada calificó la proclamación como una imposición y denunció injerencia extranjera en el proceso.
En un extenso pronunciamiento, acusó al CNE de traicionar la voluntad popular y aseguró que su partido mantendrá una postura de resistencia política.
«En Honduras, el CNE está atendiendo las instrucciones del imperio, asesinó nuestra incipiente democracia. Pero nuestro pueblo no es ingenuo: la proclama del “presidente electo” es un fraude y una imposición extranjera», manifestó.

A pesar de la dureza de algunos discursos, el día posterior a la declaratoria transcurrió sin grandes movilizaciones ni movimientos sociales. La Navidad encontró al país con un clima político tenso, pero contenido, marcado más por pronunciamientos públicos que por acciones en las calles.
El cierre del año deja a Honduras con un presidente electo reconocido institucionalmente, una oposición que no acepta el resultado y un proceso electoral que seguirá siendo objeto de debate en los tribunales y en la arena política.
El CNE deberá continuar escrutando los votos de los diputados y alcaldías, niveles electorales de vital importancia para el funcionamiento de Honduras de cara a la próxima administración.
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