Redacción. El economista y expresidente del Colegio Hondureño de Economistas, Julio Raudales, lanzó una advertencia sobre el futuro de la moneda nacional: la devaluación del lempira frente al dólar no se detendrá.
Esta tendencia, según el experto, responde a un desequilibrio estructural, en el que el valor de lo que Honduras exporta es insuficiente para cubrir el costo de sus importaciones, un compromiso que ha quedado ratificado en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Raudales explicó que el pacto con el FMI subraya la urgencia de que Honduras recupere competitividad. Ante la incapacidad actual de reducir los costos de producción y de transacción interna, el Estado se ve obligado a recurrir a la depreciación monetaria como la única herramienta viable.
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Al encarecer el dólar, se busca que las importaciones pierdan atractivo y los consumidores vuelquen su mirada hacia los bienes producidos localmente.

Modelo con fecha de caducidad
Aunque esta estrategia es la aplicada actualmente, el economista alertó que devaluar para ganar competitividad no es sostenible a largo plazo. El problema de fondo radica en la limitada capacidad de producción interna que el país ha reportado durante años, lo que genera una dependencia externa difícil de romper.
Para Raudales, existen pilares fundamentales que el país debe atender si desea estabilizar su moneda sin castigar el bolsillo del ciudadano:
- Eficiencia energética: mejorar la generación eléctrica para reducir costos industriales.
- Productividad laboral: elevar el rendimiento de la fuerza de trabajo mediante capacitación.
- Inclusión juvenil: incorporar masivamente a los jóvenes al mercado laboral formal.
Posición sólida frente al mundo
«Es la única forma que tenemos por ahora», concluyó Raudales, refiriéndose a la depreciación como un mal necesario a corto plazo.
Enfatizó que, sin reformas estructurales en la productividad y la educación, Honduras seguirá vulnerable ante el mercado global. Esto depende de una moneda débil para intentar equilibrar una balanza comercial que, por ahora, sigue inclinada hacia el exterior.

