Redacción. La ciudad industrial de San Pedro Sula se encuentra consternada tras el asesinato de Lilian Elizabeth Padilla Martínez, ingeniera civil de 37 años, quien fue acribillada a tiros el pasado sábado mientras se desplazaba en su camioneta por el bulevar Mackey, cerca de la entrada a la residencial Los Cedros.
Su vehículo, una camioneta Toyota Prado de color blanco, quedó estacionado con múltiples impactos de bala y el cuerpo de la ingeniera en su interior.

De acuerdo con las autoridades policiales, el crimen estaría vinculado a una nota de extorsión que Padilla había recibido días antes. La misiva estaba relacionada con un proyecto de plaza comercial que ella estaba próxima a inaugurar en Santa Bárbara.
Detalles de a muerte
La víctima se dirigía a supervisar los últimos detalles de la obra cuando desconocidos interceptaron su automotor y dispararon reiteradamente, provocando que perdiera el control y chocara contra un muro en la residencial. Lilian falleció de manera inmediata debido a los impactos de bala.
El hecho ha generado una profunda consternación entre la comunidad profesional y empresarial, quienes destacan el compromiso, profesionalismo y trayectoria impecable de la víctima.
Para muchos, su muerte refleja la vulnerabilidad de emprendedores y profesionales frente a la violencia y la extorsión en el país.

Lilian Padilla era originaria de La Ceiba, Atlántida, y provenía de una familia de amplio reconocimiento social y profesional. Su padre, Jorge Padilla, trabajó como subgerente del Banco Central de Honduras, mientras que su madre, Linda Ruth Martínez Navarro de Padilla, se desempeñó durante 20 años como Registradora Civil Municipal de La Ceiba.
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Desde temprana edad, Lilian mostró disciplina y dedicación, graduándose del Instituto María Regina, antes de trasladarse a San Pedro Sula para desarrollar su carrera profesional.
Vida laboral de Lilian
En la ciudad industrial, Lilian trabajó inicialmente para una reconocida embotelladora y, con el tiempo, se convirtió en consultora para una empresa internacional, laborando desde su hogar. Su carácter reservado, sin vicios y profundamente apegado a su familia, la convirtió en una profesional destacada y muy apreciada por colegas y amigos.
Paralelamente, emprendió un proyecto propio: la construcción de una plaza comercial en Santa Bárbara, fruto de una sociedad en la que ella asumió la inversión y ejecución de la obra física, mientras que una amiga cercana aportó el terreno.

La inauguración del edificio estaba prevista para los próximos días, pero la violencia acabó con la vida de la profesional hondureña, lo que ha generado un fuerte impacto en la comunidad empresarial y en su entorno personal.
Quienes la conocieron la recuerdan como una mujer brillante, dedicada y comprometida con cada proyecto que emprendía, además de ser una hija ejemplar y una amiga leal. Su muerte ha dejado un vacío profundo en su familia, amigos y colegas, quienes lamentan la pérdida de alguien que combinaba talento, disciplina y ética profesional.
Último adiós
Los restos mortales de Lilian Padilla están siendo velados en la Funeraria Amor Eterno de La Ceiba, donde familiares, amigos y conocidos han acudido a rendir homenaje a su vida y trayectoria. El sepelio está programado para el lunes, aunque la hora y el cementerio aún están por confirmar.
Este crimen ha generado alarma y preocupación sobre la seguridad de profesionales y empresarios en Honduras.

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Autoridades locales mantienen abiertas las investigaciones para identificar a los responsables y esclarecer los móviles del homicidio. Mientras tanto, la comunidad lamenta la pérdida de una ingeniera comprometida y recuerda su legado profesional y personal.

